Todos
nosotros deberíamos tener ese intenso propósito de reservar un día
de nuestra vida para contarlo todo... para mí que un día sería
insuficiente, mejor reservamos un par de ellos.
La
primera novela de Daniela Krien nos presenta un relato muy breve de
escasamente doscientas páginas que se leen fácilmente y a la que no
le he sabido sacar el partido que yo esperaba. En un marco histórico
determinado por la Caída del Muro de Berlín, la vida de María una
adolescente de diecisiete años que vive en una granja, va a protagonizar con sus
vivencias en dicho entorno la trama única de esta opera prima de la
autora alemana. Junto al personaje femenino y para consolidar la
historia, Henner un cuarentón se cruza en su camino y establece con
la misma una relación pasional, tórrida y turbulenta con
extraordinarias cargas de sexualidad que se presentan a lo largo del
relato sin justificación aparente; un “aquí te pillo, aquí te mato”, que salvo excepciones resulta pasable y en la
mayor parte hasta inapropiado. Francamente, sobra tanto sexo y se
echa de menos la parte emocional, social y psicológica de dicha
relación, algo que hubiera enriquecido más la calidad de los
personajes.
Entiendo
que la autora ha pretendido contarnos una historia de adaptación o
más bien de inadaptación en la persona de María, que vive sumida
en la obligación de vivir en un mundo rural que no ha elegido, en
una familia que no es la suya, con un novio al que ama pero no desea
y desquiciada por una relación prohibida y sin futuro.
La
contextualización de la novela tiene como trasfondo la reunificación
de las dos Alemanias tras la caída del muro y el duro camino por
recorrer para los que han de enfrentarse a una convivencia llena de
recelos, desconfianzas y marcas de un pasado que ha dejado huellas
muy profundas. Bien documentada por parte de la autora, pero
escasamente perfilada en cuanto a personajes ya que no profundiza más
allá de detalles que no trasmiten lo que verdaderamente debió ser
a nivel humano la división histórica de la Alemania de Posguerra.
Echo
en falta el atrevimiento y la valentía para contar el desgarro y la
experiencia de los personajes de ambos lados, creo que es un intento
muy sutil de abordar un tema al que se le podía haber sacado mucho
partido y haber creado una novela de contenido brutal y conmovedor;
más bien ha sido un “nadar y guardar la ropa”.
Pienso que ha desaprovechado una ocasión excepcional para
acercarnos a un tema que es contemporáneo y del que aún
desconocemos mucho en lo que a sufrimiento humano debió ser.
Ya
es habitual no abandonar lecturas y aunque mi critica no es para que
se lea mañana mismo, tampoco era para cerrarla sin más. Terminada y
misión cumplida.
“A
veces es difícil saber quien llama a tu puerta: la oportunidad o la
tentación; no dejes pasar ninguna de ellas”.
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