jueves, 30 de enero de 2014

La nevada del cuco, Blanca Busquets

Buscando un libro relacionado con la palabra “nevada”, se cruzó en mi camino este título sin permiso y no por la portada, pero sí por la sipnosis, me pareció que merecía la pena leerlo y sin ser el libro del año y superando el trauma de poder caer en el olvido; os digo que me ha resultado agradable y original, de manera que os voy a contar algunas cositas sobre él para que decidáis por vosotros mismos.
Es una novela que catalogaría de contemporánea; la temática gira entorno a la necesidad de escribir que comparten dos mujeres separadas por un siglo y que sin saberlo acabarán formando parte de la misma historia y de la misma familia. Junto a esa necesidad vital, ambas se refugian en la lectura como mecanismo de defensa y estrategia de huida de una realidad que las hace sufrir y de la que escapan cada vez que leen y escriben, siempre como algo intimo y oculto de cara a los que les rodean. Es el relato paralelo de dos vidas que al final coinciden gracias a los testimonios que Tónia, la más anciana de las protagonistas, deja escritos a lo largo de su existencia y que Lali, su bisnieta, descubrirá en un viaje no solo físico sino emocional en busca de sus raíces y su pasado.
Doscientas veintiséis páginas de elegante prosa, narrada en primera persona cuando habla Tónia y en tercera cuando lo hace un narrador que completa el relato. Ausencia de diálogos que obliga al lector a llevar una lectura atenta a fin de no caer en errores y contradicciones por lo complejo que en ocasiones se hace el texto. Párrafos excesivamente largo, pero no le resta calidad a lo narrado. Es una historia de mujeres, de pasiones, sufrimientos y dolor, pero también de logros y satisfacciones.
Me ha llamado la atención porque el interés de la bisabuela acerca de su pasión por la escritura desentona con el perfil de la mujer de inicios del siglo XX y que es coincidente con la de su bisnieta a mucha distancia generacional de ella. Cada personaje está muy bien construido entorno a la necesidad que las motiva y cada una de ellas provoca sentimientos muy parecidos; ahora bien, sin desmerecer a otros personajes que completan el retrato de una sociedad evolucionada en el devenir de un siglo.
Resulta entretenido debido a la alternancia en capítulos de las vidas de ambas y como se puede intuir el acercamiento de las historias que al final resulta ser la de una única familia. Ingredientes anecdóticos presente son las rencillas entre habitantes de un mismo pueblo, los odios perpetuados en el tiempo, viejas deudas y la mezcla de parientes que acaba siendo hasta cotidiana en estos ambientes.
Buen final aunque algo novelesco... se agradece que de vez en cuando se cierre un libro con la grata sensación de haberlo disfrutado y sabiendo que sus protagonistas ya no se mueven en la frialdad de la nieve.

El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que se convierte en la más dulce de todas las pasiones consumadas”.

martes, 21 de enero de 2014

Las poseídas, Betina González

Menudo título para empezar el comentario... Es una oportunidad para pensar que la elección del mismo está relacionada con fines comerciales, ya que tras leer la novela, en ningún momento se asiste a pasajes “esquizofrénicos” , de “muñecas diabólicas” o “exorcistas” que relacionen lo narrado con el título; todo se completa con la portada colegial de “avanzada edad” para tales uniformes, puede que un poco desafortunadas ambas decisiones... ahora bien, el tirón de ventas probablemente fuera el objetivo principal.
Confieso que los “uniformes” me ponen... en aviso y despiertan mi curiosidad, me atrajeron esas niñas y me lo he leído en tres días como se suele decir; de manera que paso a comentar mis impresiones acerca del mismo.
La historia se ambienta en un internado femenino de Buenos Aires, en Argentina, dentro de un contexto histórico de la dictadura y la Guerra de las Malvinas, algo que condiciona el perfil del colegio y los comportamientos de las protagonistas. No hace falta decir que tal colegio es religioso...Felisa, llega procedente de Londres con ciertas “paranoias” que la tildan de diferente y dentro de una narración que abarca recuerdos y vivencias, se desarrolla un relato escrito con retazos del pasado y el presente de la adolescente “rara”. Contado en primera persona en boca de Cruz, que así se llama la compañera más cercana a Felisa, adquiere la obra un carácter biográfico con un repertorio de temas relacionados con tan compleja edad: hogares rotos, amores imposibles, estados excéntricos, peligros reales, amistades dudosas, sexualidad... todo ello en un universo o atmósfera nada sorprendente, más bien lo contrario, previsible.
Lenguaje cargado de términos hispanoamericanos, final abierto y sencillez narrativa asegurada.
Creo que la clave de mi decisión para leerla se basa en lo desarrollado que tenemos el sentido del morbo; los comienzos de esta novela te enganchan por puro gusto al desastre: “Me voy a matar” y pensando en el drama lo leí a ver que pasaba. No os cuento el final. Entretiene por lo sencillo, pero a los que nos movemos en estos ambientes les recomiendo otros temas que de estos ya estamos saturados.

El éxito consiste en confiar sólo en ti, no depender de nadie y tener en mente que no hay nada imposible”.

domingo, 19 de enero de 2014

Lo que encontré bajo el sofá, Eloy Moreno

Acabo de terminar esta narración difícil de calificar... su título es una metáfora de todo lo que podemos encontrar debajo de un sofá cuando en realidad arañamos en nuestras vidas, en el pasado, en los recuerdos y en lo que es peor en los secretos no contados o escasamente compartidos... demasiadas “cosas” están “bajo el sofá”.
La elegí porque curiosamente en la contraportada no hay resumen, el autor no cuenta la trama de su obra y ese detalle aunque te hace sentir perdido es un alarde de libertad que como lectora se agradece; también, porque su anterior publicación “El Bolígrafo de Gel Verde” lo he visto en muchas librerías pero no me atrajo como título y no lo he leído, de manera que le he dado su oportunidad.
Aunque no me arrepiento de su lectura, tampoco puedo decir que me ha sobrecogido ni entusiasmado; para pasar unos días desconectada puede valer... Ahora bien, las reflexiones están aseguradas al principio, durante y al final de la misma. Refleja la sociedad actual, los problemas cotidianos de todos los mortales, los defectos del mundo que "disfrutamos". Unos personajes muy bien elegidos encarnan múltiples valores y situaciones perfectamente reconocidas en cuanto las lees, todo es familiar, acontecimientos que nos podrían pasar irremediablemente a nosotros en cualquier momento, retales de vidas que son descritas por el autor a través de sencillos protagonistas.
El marco elegido es la maravillosa ciudad de Toledo, tal es la presencia que le regala Eloy con las narraciones acerca de su pasado, sus anécdotas y cuentos de cada calles o plazas, que la convierte en el motivo más atrayente de la novela. Todo un repertorio de situaciones y problemas de tipo personal como la infidelidad, el desamor, la búsqueda de la felicidad, la mentira e incluso problemas más actuales como el bullying, la crisis, el paro o la corrupción, son las que te conduce a preguntas o reflexiones sobre todo aquello que podemos tener “debajo de nuestras vidas” cuando la movemos de esa quietud en la que la hemos colocado; y ¿cuándo tiembla una sociedad?, encontraríamos secretos, miserias, descontento, desesperanza....
Narrada en capítulos muy cortos, apenas unas páginas por capítulo, y con gran cantidad de diálogos que hacen que el libro se lea con fluidez, utilizando la primera y tercera persona indistintamente lo que le proporciona ritmo al relato y al final te acaba gustando.
Utiliza un método breve a modo de resumen donde como si estuviera observando un edificio de ventanas abiertas, describe lo que ve y te pone al día del devenir de cada personaje, que encarna una situación personal y única, a la que ha de enfrentarse y superar día a día.
Tras escribir mi opinión parece que le he cogido la esencia a la novela y las intenciones del autor... ya reconozco mis errores, mis secretos, sentimientos enmudecidos, alguna mentira que otra y mi apoyo por la critica que hace a la sociedad en general... y que mejor no muevo mi sofá no vaya a ser que se rompan las patas que lo sostienen....

“Hay momentos en los que miras atrás y no sabes exactamente qué paso; sólo sabes, que desde que ocurrió nada volvió a ser lo mismo”.

viernes, 10 de enero de 2014

Intemperie, Jesús Carrasco

Narración en estado puro, visceral, intensa y de profundas connotaciones rurales, que sirven de escenario para adentrarse en el periplo cruel de dos personajes desconocidos en un principio, gracias a los cuales, se nos dan en bandeja los valores humanos de la manera más descarnada y sin adornos que el lector pudiera llegar a concebir.
No hay una galería de personajes, la escasez de los mismos engrandece el relato; un niño que huye de una situación extrema, un pastor que comparte protagonismo con el paisaje, un alguacil que personifica la violencia legalizada y muchas muestras de miseria, pobreza, miedo y dolor.
El personaje del niño ofrece durante el relato la incógnita de su decisión final entre, elegir un mundo de atropellos morales heredados o un rechazo a lo vivido para darse la oportunidad de una vida digna y alejada del horror del que físicamente huye.
Jesús Carrasco es el autor de este relato desgarrador y brutal que puede ser, aceptado desde sus primeras líneas o por el contrario decepcionar por la ausencia de diálogos y silencios extensos que a muchos lectores puede llegar a confundir o aburrir. Cuando nos permitimos adentrarnos en la obra y acostumbrarnos al mensaje que intenta transmitir, el lector se rinde y admira la capacidad de narrar del autor. En cada descripción de los acontecimientos de la novela se esconden valores universales conocidos y olvidados, valorados y no utilizados de la humanidad; imprescindibles en cualquier etapa de la vida y que en el niño se convierten en una lucha continua por descubrir a través de la obligada experiencia infantil de supervivencia extrema.
Sin una reflexión de lo leído no se llega a entender la elección del título; hoy, muchos estamos en la más estricta “Intemperie”.

"La alegría es la única papelera capaz de reciclar la oscuridad y el peso de un corazón oprimido".