sábado, 30 de enero de 2021

Volver a casa, Yaa Gyasi

Cuando te llega una autora joven y desconocida, la verdad que lo agradeces con la esperanza de dar una oportunidad a alguien a quien no le precede la fama. No había escuchado nada acerca de la escritora estadounidense de origen ghanés Yaa Gyasi, y menos de esta su primera novela, que desde el principio me recordaba a las series de esclavos que acompañaron mi adolescencia, ha resultado ser una historia con una trama que no deja indiferente a nadie por mucho que la misma nos resulte familiar, un viaje en el tiempo cuyos inicios se remontan al siglo XVIII en la actual República de Ghana y Norteamericana hasta el presente. 

“Hijas de una misma madre y de padres pertenecientes a dos etnias distintas, Effia y Esi son dos hermanas de sangre que nunca llegarán a conocerse. Sus caminos están irremediablemente destinados a separarse: así, mientras Effia es obligada a casarse con un gobernador inglés y a residir en una fortaleza junto a la costa, Esi es capturada y enviada como esclava al sur de Estados Unidos”.

Volver a casa narra tres siglos de historia a partir de las vidas de ambas protagonistas, que nunca llegarán a conocerse, trazando la narración el devenir de las dos ramas de la familia en el marco de una serie de relevantes acontecimientos históricos:: las guerras tribales, el negocio del cacao, la llegada de los misioneros, la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850, la Gran Migración Negra, la lucha por los derechos civiles y el renacimiento de Harlem en los años veinte, hasta llegar a la epidemia de heroína de los setenta.

No es una novela histórica, sino una historia íntima sobre dos familias. En cada capítulo, un personaje representa a una generación y, a través de su vida, nos situamos en un momento histórico concreto. Es una historia de historias que nos permite descubrir lo que va ocurriendo en las dos familias: la de los descendientes de Effia, que parten de una situación de poder, y la los de Esi, que viven en la pobreza y la esclavitud. Es un libro perfecto para acercarse a la historia de ese desgraciado episodio de la humanidad. Leída como una novela o un conjunto de relatos es perfecta si buscas algo fácil, pero no simple, que te mantenga interesado hasta el final. Nuestra joven escritora, escribe una novela honesta, en la que no solo dibuja el desastre que los colonos dejaron para siempre en el pueblo africano, también perfila la responsabilidad de África en su propio desastre.

Cada capítulo de esta novela está protagonizada por un personaje diferente. Comenzamos con la historia de Effia y seguimos con la de Esi y ambas serán las antecesoras de las personas que darán título a cada uno de los capítulos posteriores, que abarcarán más de dos siglos de Historia de Ghana y de Estados Unidos. A lo largo de sus capítulos se hablará del racismo, del machismo, del esclavismo, de la cultura africana y de la cultura afroamericana, de las drogas, del trabajo… Cada uno de los personajes tiene sus propios retos: a veces los superarán y otras veces se verán vencidos por la sociedad que les tocó vivir.

Sin duda el árbol genealógico que te encuentras en el inicio del libro, resulta muy muy práctico para conocer o recordar la rama de la que proviene cada uno de los protagonistas. He de decir que el libro es entretenido e ingenioso, se lee con bastante facilidad, pero a la vez me solivianta el hecho de que Yaa Gyasi parece repartir con mucho cuidado las culpas de la trata entre europeos y africanos. En trescientas setenta páginas consigue contar tres siglos de manera brillante y asequible a través de la alternancia de dos ramas familiares que avanzan de forma paralela en el tiempo gracias a la narración de sus descendientes. Aunque cada capítulo se centra en un personaje distinto, en ningún momento sientes que haya desconexión, al contrario, la autora, hila y entrelaza a la perfección cada personaje y momento histórico. El lenguaje de Yaa Gyasi es directo y poético al mismo tiempo, los sentidos se agudizan en cada línea, no dejando al margen ni siquiera los paisajes que los rodean, naturales o urbanos se llenan también de matices sensoriales que nos permiten transportarnos a los inmundos calabozos del Castillo del Cabo, la tierra roja y cálida de los asante, la oscuridad de las minas de Pratt City o la hermosa bahía de Chasepeaky.

Os la recomiendo aunque a veces resulta una lectura dura y oscura, sin embargo no hay victimismo ni melodrama, resulta cómoda por lo mucho que ya se ha escrito acerca de la esclavitud, una historia sobre historias contada desde el lado más humano de esta afroamericana que promete en el campo de las letras. Os gustará.

“Lo que haces por ti se desvanece cuando mueres. Lo que haces por el resto conforma tu legado”.

viernes, 22 de enero de 2021

Hijos de febrero, Alan Parks

 

Hace ya tiempo leí la primera entrega de Harry McCoy del escritor escocés Alan Parks, “Enero sangriento”; la originalidad de ir titulando las novelas siguientes con los nombres de los meses del calendario, me pareció como poco curiosa y acertada y sin haber sido una obra inolvidable, he decidido dar una oportunidad a este “Hijos de febrero”, cuya acción se desarrolla en 1973 de dicho mes en la capital escocesa; en tan solo diez días nuestro atormentado agente, tendrá que resolver, el caso de un asesinato producido por la mafia de la ciudad en un edificio en construcción.

“Aún no ha amanecido sobre los húmedos tejados de Glasgow cuando la policía recibe una llamada anónima: han asesinado violentamente a un joven en la décimocuarta planta de un edificio en obras. En el pecho, le han grabado a cuchillo la palabra «ADIÓS». Ese truculento asesinato golpea íntimamente a un conocido y poderoso mafioso, Jake Scobie, y, sobre todo, a su caprichosa hija, Elaine. El agente Harry McCoy, que aún no se ha incorporado al trabajo después de la terapia a la que le abocó su anterior caso, tendrá que encargarse de la investigación. No obstante, ése no será el único cadáver de ese frío mes de febrero de 1973 en que la nieve cubre sin piedad las calles de la ciudad. Mientras tanto, el colega ya no tan novato de Harry, Wattie, trata de alcanzar heroicamente el grado de sargento. Y del horizonte emergen otras sombras, más densas que las tormentas que se ciernen sobre Glasgow: las más peligrosas son las que obligarán a nuestro protagonista, McCoy, a regresar a su atormentada adolescencia, transcurrida en orfanatos y casas de acogida”. 

Si en ‘Enero sangriento’ el autor nos presentaba a Harry McCoy, en ‘Hijos de febrero’ se adentra en la personalidad del protagonista de la serie. Profundiza en su pasado y en los motivos de su amistad con Stevie Cooper, un fiel amigo de la infancia que ha escogido el lado opuesto de la ley. Aquí Parks repite estructura: un arranque con un crimen espectacular que atrapa al lector a lo que suma una búsqueda contrarreloj de un culpable conocido desde el comienzo. Una decisión discutible, ya que se corre el riesgo de que perdamos interés por la novela. La solución reside en varias tramas secundarias que enriquecen la tensión narrativa. Narrador y descripciones quedan a un lado volcando el peso en los diálogos. La vestimenta, la música y la ambientación hacen el resto para que nuestra mente se instale en la Escocia de 1973. Por todo ello, Parks está ganándose a pulso un lugar en la mejor tradición de tartán 'noir'.

La novela, como la anterior, está escrita en tercera persona con un lenguaje rudo y cortante. Vuelve a incluir las reflexiones en primera persona del agente McCoy, lo que da a la novela una visión más panorámica de los acontecimientos que suceden en la trama.

El personaje de este escritor con alma de músico resulta a mi gusto muy políticamente incorrecto, lo más atractivo para los amantes del género negro. De no haber sido por las diferentes tramas y el abanico de cortes imperfectos que presenta, quizás no la hubiera terminado.

Personalmente no son las novelas que más recomiendo y aunque esté mal y sea poco adecuado decirlo, es ese tipo de lectura para lectores como mucho estómago, demasiado explícitas para el mío, de manera que la recomiendo pero con reservas con la esperanza de que la disfrutéis algo más que yo. Sinceramente no creo que haya un “Marzo” para mí. Espero que os guste.

“Todas las segundas oportunidades pueden traer gratas sorpresas”.

domingo, 17 de enero de 2021

Bruma verde, Gonzalo Giner


Gonzalo Giner es un autor conocido para mí, le descubrí con “El sanador de caballos” y “Pacto de lealtad”, al leer en su biografía y descubrir que es veterinario, no me extrañó para nada puesto que en sus libros deja ver sus conocimientos y el amor por los animales. En esta preciosa novela no se aparta de su estilo más puro y las horas dedicadas a ella han sido todo un acierto.

“Bineka, nacida en la profundidad de uno de los últimos pulmones verdes del planeta, es apresada por Maxime y sus hombres, que han arrasado su aldea. Pero, tras sufrir un accidente, la madre selva la protege y es adoptada por un clan de chimpancés, con los que convivirá varios meses.
Al mismo tiempo, Lola Freixido, una exitosa directiva, viaja al Congo para rescatar a su mejor amiga, Beatriz Arriondas, una cooperante medioambiental que ha sido secuestrada.
Bineka y Lola se enfrentarán a una compleja trama de corrupción y se verán abocadas a una huida llena de aventuras que correrán en compañía de Colin Blackhill, un cooperante británico que se cruza en su camino y que ayudará a la joven congoleña a luchar por la conservación de su mundo”.

Gonzalo, ha recibido por esta novela el Premio Fernando Lara 2020, en ella hay una necesidad de bucear en nuestra memoria para recordar “Tarzán de los monos” o a Mowgli de “El libro de la selva” pero cualquier comparación es odiosa y por ello, el autor  nos describe a los miembros de la manada de una forma muy particular.

Es una novela difícil de etiquetar, porque si bien en muchos momentos parece un thriller, es fundamentalmente una novela de aventuras. Pero al mismo tiempo es una novela con mucha crítica social. Una denuncia en toda regla a una situación invisible para nuestro mundo occidental.

Nos muestra la cara más amarga del continente africano donde las selvas están sufriendo la deforestación por la tala masiva de árboles, cuya extraordinaria madera, en muchos casos, es exportada a alto precio a los mercados del mundo; donde las mujeres están sometidas a los hombres y en caso de no existencia de este, a la familia o incluso la aldea; donde los animales están desapareciendo, en algunos casos hasta la extinción, por culpa de la caza furtiva que es vendida, sobre todo, en los mercados asiáticos a muy alto precio; donde los niños son utilizados como mano de obra esclava o donde un médico es un tesoro no siempre admitido.

Aprovecha igualmente para narrar  cómo el colonialismo belga dejó a la República Democrática del Congo tras  haberla exprimido al máximo, de ahí que haya logrado un abandono momentáneo de la novela histórica para dar vida a este thriller doloroso repleto de giros argumentales y con momentos de incertidumbre y estrés que acaban por conquistarte.

Uno de los puntos fuertes del libro es la ambientación, con La bruma verde” se recorren espectaculares paisajes al tiempo que se vive la pobreza y la miseria en la que habitan sus gentes, hay un escenario creado para esta mezcla de libro de aventuras, thriller e historia de amor tan perfecto, que se convierte en el armazón narrativo en el que se incrusta una realidad cargada de fuerza visual maquillada por Gonzalo para mostrarnos los aspectos más seductores a fin de suavizar la terrible realidad social de esta parte del mundo olvidada por Dios. No esconde el dolor, las guerrillas, la injusticia, la brutalidad del mundo natural. Sin ese contraste entre belleza y crueldad, entre luz y sombra, no se entendería el mensaje de la novela ni tampoco la realidad que describe.

Hay diferentes tramas que se van complicando a medida que avanza la narración, aunque lo que sobresale es el evidente alegato ecologista, la defensa de la naturaleza y el aplauso para quienes dedican su vida a estos ideales conservacionistas y humanitarios.

Estructurada en cuatro partes con título propio, un epílogo y una nota de autor bastante amplia, contándonos el porqué de este libro y en el que se homenajea a las mujeres encargadas de los centros de primates, así como un homenaje a los cooperantes que se juegan la vida por las causas que le afectan

Ritmo trepidante para describir una compleja red de corrupción donde las personas pasan a un segundo plano, aunque sin duda las dos protagonistas femeninas que representan mundos opuestos hacen de hilo conductor junto a otros personajes secundarios de igual fuerza y potencia.

Aunque son casi seiscientas páginas, en ningún momento se hacen largas, el impecable trabajo de documentación, la descripción cuidada de los paisajes, la sencillez y la prosa directa de Gonzalo Giner, impide que dicha extensión se convierta en un impedimento para su lectura.

Os la recomiendo por sus personajes inolvidables, por esa combinación de libro de aventuras y acción con toques románticos y rasgos de denuncia ecologista y porque ha sido un placer recordar a Mowli, sin duda os gustará. 

    “Lo que estamos haciendo a los bosques del mundo, es un reflejo de lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos y a los demás”.

viernes, 8 de enero de 2021

El árbol de las cerezas, Paola Peretti


Cuando encuentras un ejemplar de novedades que insistentemente aparece allí donde vas, es difícil resistirse a la tentación de al menos ojear su sinopsis y pararte a pensar el porqué de su presencia. Me llamó la atención por su discreta pero atrayente portada, me recordó a una novela que le tengo mucho cariño, “Donde el corazón te lleve” de Susana Tamaro y la coincidencia de ser italiana su autora, además de tener como protagonista a una niña, fueron suficiente, para convencerme y darle una oportunidad a lo que me pareció una sencilla y tierna historia de vida.

 “Mafalda es una niña de nueve años que adora ir a clase, jugar al fútbol y a su gato, Optimo Turcaret. Está segura de que el espíritu de su abuela vive en el cerezo que hay en el patio de la escuela, junto a Cosimo, el protagonista de su libro favorito, El Barón Rampante. Mafalda siempre cuenta los pasos hasta la escuela y cada día son más los que necesita para ver el cerezo: la enfermedad de Stargardt que padece la está dejando ciega poco a poco. Mafalda intenta aceptar la oscuridad que se aproxima a pasos de gigante con una mezcla de terror y prodigiosa valentía. Junto con la extraordinaria Estella, la conserje de la escuela, aprenderá a subir al cerezo con los ojos cerrados y a hacer una lista de las cosas que más le gustan y que no quiere olvidar”.

 

Mafalda, protagonista y narradora de su propia historia, tiene un gato llamado Óptimo Turcaret y guarda un cuaderno secreto con su propia lista de cosas importantes, de la que va tachando aquellas que considera que no podrá realizar o tener según la pérdida de visión es mayor. Ella cree que el espíritu de su abuela se mudó al cerezo que hay en el patio de su escuela y que vive allí junto a Cosimo, el protagonista de su cuento preferido, El Barón Rampante, y a quien ruega ayuda, cada noche, cuando siente miedo.

Los capítulos cortos de esta novela se agrupan bajo partes bien diferenciadas que se corresponden con la distancia que necesita Mafalda para visualizar el cerezo. Los metros entre ella y el árbol se acortan. Todo ello bajo el paraguas de la sensibilidad y la ternura que consiguen trasmitir unos valores maravillosos que dan vida a una historia mágica cargada de ternura y valentía. Es un relato lleno de metáforas y simbolismos que se despliegan en el momento justo, gracias al estilo encantador de esta joven autora italiana.

La historia es a su vez la realidad de Paola Peretti, no es tan niña ya, pero sí comparte la incertidumbre y desgarro de un diagnóstico que le obligo a enfrentarse con la vida. Gracias a vivir en persona la enfermedad trasmite esperanza y terror a partes iguales, así como la urgencia de aferrarse a un mundo del que igualmente se tiene que proteger.

Doscientas escasas páginas con espacios tristes y también felices, con un propósito latente que es evitar el dramatismo que supone abandonar la luz para una niña, algo que consigue con una trama susurrada en boca de los adultos que rodean a Mafalda.

Llegados a este punto, el personaje conmueve y despierta afecto desde el momento uno. El sufrimiento en silencio y los recursos utilizados para superarlo, muestran un ser que acepta los cambios en su vida con la poca información que tiene de lo que en realidad será su existencia cuando todo se sumerja en la oscuridad.

Los personajes secundarios de “El árbol de las cerezas” acompañan a Mafalda en su caminar son amigos que tras recorrer un breve trayecto se dejan atrás, como Chiara, y nuevos amigos que permanecen, como Filippo, que le enseña a disfrutar de cosas para las que no necesita ver, como cantar o sentir el viento cuando se deslizan en trineo por la nieve. Unos padres que la quieren mucho, pero que se muestran tristes y asustados, y otro adulto como Estella, una mujer de Rumanía que trabaja como bedel en su colegio, valiente como una guerrera amazona frente a las adversidades. Y me sorprendió, para bien, encontrar esa fortaleza en un niño y en el adulto que menos esperaba. De hecho, son los personajes de Filippo y, en especial, Estella, los que contribuyen a dar profundidad y fuerza a la narración. Sin ellos, la historia resultaría demasiado lineal.

Es una novela corta que se lee del tirón en una tarde bien elegida, conmovedora y positiva que nos hace reflexionar sobre lo esencial de la vida y la importancia de no rendirse jamás; ahora bien, no quiero dejar de señalar que en ocasiones las ideas de Mafalda no se corresponde con una niña, de lo que deduzco, que en la historia hay mucho de la propia experiencia de Paola Peretti, además de dar la sensación por la estructura y el desarrollo de poder ser considerada como un cuento largo con un único personaje principal.

Os la recomiendo porque se ajusta al modelo clásico universal de historia bien contada que engancha por su nobleza, escrita desde el corazón y destinada a todos los públicos, no tiene edades, lo que la hace más atrayente e inolvidable. Os gustará.


"Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad".

miércoles, 6 de enero de 2021

Delparaíso, Juan del Val

 

Cuando se vive un encierro involuntario como los que estamos viviendo en estos últimos tiempos, que llamen a tu puerta y una amiga te visite en la distancia y te deje como compañía un libro, la verdad que no tiene precio. Mi querida SitaNines, no vino sola, “Delparaiso” venía con ella, este simpático y entretenido libro se quedó para hacerme pasar un par de tardes de entretenimiento y como siempre vaya por delante mi agradecimiento y cariño a una de las personas que sin duda merece el “Paraíso”.


“Delparaíso” es un lugar seguro, vigilado las 24 horas. Las 70 casas de Delparaíso suponen una fortaleza inexpugnable, pero en su interior se expande con la misma facilidad que fuera el miedo, el amor, la tristeza, el deseo y la muerte. ¿Acaso tiene sentido protegerse de la vida?. Es, dicen, una de las urbanizaciones  más seguras de Europa. Las vidas de los habitantes de Delparaíso se enredan con la misma facilidad que las de cualquier vecino, pero puede que no todas sean tan anodinas como parecen. Detrás de cada puerta se esconde una historia diferente. Y cuando esas historias se cruzan el resultado puede ser como una bomba lanzada en mitad de la aparente paz”.


Nunca había leído nada de Juan del Val, de hecho me sonaba su nombre pero asociado a la televisión y a otros medios de comunicación, aunque no tiene la calidad literaria de otros escritores, reconozco que ha sabido plasmar los rasgos de este mundo hermético, tan particular que aunque lejano no nos es desconocido y con el que sin duda no me identifico. Puede resultar una lectura frívola por su aparente sencillez, incómoda y divertida, pero debajo de estas historias existe un dilema moral que no deja indiferente a nadie.

Novela coral de innumerables personajes con vidas particulares que acaban entrecruzándose en un argumento que parece un “Gran Hermano” en plan urbanización de vecinos de la vida real, donde la condición humana se refleja en sus más diversos aspectos, guiados por un repertorio de sentimientos muy bien administrados.

Juan del Vals escoge a seis familias que viven en esta urbanización privilegiada para adentrarse en sus hogares y destripar sus secretos, mentiras y misterios. Todos sus miembros provocan relaciones imperfectas que sirven para aparentar de puertas para adentro y para afuera sus comportamientos sociales en lo que es la burbuja del dinero.

Todas tienen en común el escenario en el que suceden, podríamos decir que esta historia es la unión de varias de distintos personajes, por lo que cada uno de nosotros nos identificaremos o rechazaremos unas u otras, dependiendo del momento por el que estemos pasando. He tenido la sensación de que algunos relatos se quedaban a medias, que con algunas páginas más hubieran quedado más completos y por el contrario, a otras les sobraban.

Los dilemas morales aparecen como un hilo conductor, nos acechan hasta provocar opiniones  diversas por la complejidad de las relaciones humanas que dan vida a estas historias, la manera de comunicarse entre padres e hijos, las diferentes formas de entender el sexo o el matrimonio, esas familias destrozadas que aparentan ser perfectas y esa forma metafórica de mostrarnos, que cada uno vivimos en nuestro particular nicho de confort.

Me he imaginado a la perfección ese espacio físico al que solo se puede pertenecer si eres parte de lo más selecto y adinerado de una clase marcada por su poder adquisitivo, sin poder evitarlo lo he situado en Madrid, tipo Moraleja y esos sitios, un lugar con cámaras, vigilantes de seguridad, barreras en las que tienes que parar para acceder a las viviendas…, vamos el control en estado puro; el típico “Paraíso” en el que “dinero no es sinónimo de feliz”, es justo como lo había imaginado, más infelicidad de la que se puede digerir.

Muestrarios de vidas como las de Sergio y Yolanda, la familia feliz que lo es de puertas para fuera pero que su vida en el interior de su hogar es casi un infierno, que luchan por seguir viviendo en un lugar que no pueden pagar; Luis y Eli, que saben que su matrimonio está roto pero siguen ahí; Lorena y Luca cuya pasión sigue casi como el primer día pero cuyos principios e intereses son totalmente distintos; Mayte, quién para mí es una de las mejores de esta historia, una mujer hecha a sí misma, que está ahí porque puede estarlo y a quien le da igual lo que piensen de ella, y Pablo y Gloria, los últimos en llegar y que han encontrado una seguridad que necesitaban para seguir viviendo. Al fin y al cabo familias más o menos normales pero en un lugar en el que las apariencias importan, y mucho.

Yo diría que “Los ricos también lloran”, vamos que en Delparaíso encontramos problemas de drogodependencia, problemas financieros, homosexualidad tardía, robos, suicidios, infidelidades, malas relaciones entre padres e hijos, estafas, ricas camufladas, soledades…, es decir como todos los mortales pero con un falso glamour, en el que parece que el lujo es más un castigo que un premio, que vivir con más agudiza esos problemas que parecen reservados a los pobres.

Los personajes me han hecho disfrutar, al principio parecían fríos e insulsos pero reconozco que representan muy bien las diferencias sociales, sin duda me quedo con los cuatro primos rumanos que representan la felicidad con lo mínimo, la capacidad de adaptación, la resignación de sus destinos y la fuerza para gestionar el hecho de ser chivos expiatorios de todos los males de esta sociedad racista y excluyente.

Narración sincera y escenas descritas sin tapujos, con naturalidad, que muestran mucho más de los personajes de lo que nos cuenta sobre ellos en sus breves descripciones. Una novela sobre la vida y sobre cómo las distintas personas pasamos por ella y la huella que dejamos en aquellos de los que nos rodeamos. Una historia en la que están muy presentes la culpa, la avaricia, los prejuicios, las apariencias pero también el amor, el arrepentimiento, la lucha y la valentía.

Os la recomiendo porque en el fondo es divertida a pesar de las reflexiones a las que te enfrenta, era como estar relatando a una amiga lo que ocurre en un patio de vecinos en modo “vieja del visillo” que todo lo ve y que nada le sorprende. No he contado que esta trama encierra un misterio por resolver al más puro estilo detectivesco y que mantiene el interés de la lectura hasta el final. Espero que os guste aunque he echado en falta un desenlace acompañado de una buena moraleja, que cada uno aporte la suya propia.

“Me callé y no dije nada, porque quien sabe amar a gritos, sabe llorar en silencio".

sábado, 2 de enero de 2021

Un amor, Sara Mesa

Iniciamos un nuevo año de lecturas esperando que sean tan bueno como el que hemos dejado atrás. Quizás haya sido el nombre de esta “escasa” pero intensa novela lo que me decidió a elegir, siempre el “Amor” es un tema que parece seguro para disfrutar de un par de tardes de buena compañía.

“La historia de Un amor ocurre en La Escapa, un pequeño núcleo rural donde Nat, una joven e inexperta traductora, acaba de mudarse. Su casero, que le regala un perro como gesto de bienvenida, no tardará en mostrar su verdadera cara, y los conflictos en torno a la casa alquilada una construcción pobre, llena de grietas y goteras se convertirán en una verdadera obsesión para ella. El resto de los habitantes de la zona –la chica de la tienda, Píter el hippie, la vieja y demente Roberta, Andreas el alemán, la familia de ciudad que pasa allí los fines de semana– acogerán a Nat con aparente normalidad, mientras de fondo laten la incomprensión y la extrañeza mutuas.

La Escapa, con el monte de El Glauco siempre presente, terminará adquiriendo una personalidad propia, oprimente y confusa, que enfrentará a Nat no solo con sus vecinos, sino también consigo misma y sus propios fracasos”.

Lo que más me ha llamado la atención es sus rasgos de novela contemporánea, sencilla, envolvente que te invita a entrar en un mundo de sensaciones, de tabús, de prejuicios y sobrentendidos, en el que el lenguaje no actúa como forma de comunicación sino de exclusión y diferencia. Parecía que el número de páginas no iba a ser suficiente para crear una novela de menos a más y la verdad que me ha conquistado. Desconocía a Sara Mesa, es lo primero que leo de ella y reconozco que nos obliga a conocer nuestros propios límites de lo moral y de lo inmoral.

Creo recordar que fue una de las novedades literarias de septiembre, de estos ejemplares que te salen al paso de manera machacona en los escaparates, en los bolgs de lecturas y en las promociones literarias, me costaba creer que fuera a ser “para tanto”, pero reconozco que merece la pena una tarde con este extraño y original “Amor”.

Es perfecta para un guion de cine, te imaginas la historia visualmente y se ajusta a la gran pantalla, el típico relato psicológico de personajes femeninos de una novela breve, opresiva, protagonizada por una mujer que huye de la gran ciudad para establecerse en un ambiente del que no forma parte y en el que debe hacerse un hueco para vivir la aceptación o el rechazo de sus vecinos a partes iguales. Podía parecer un conflicto entre lo urbano y lo rural, pero en realidad es más profundo, es hacer frente a la aventura de Nat en todos los aspectos de esa convivencia con un repertorio de habitantes que la harán desenvolverse con actos hasta ahora imprevisibles, reflejo de su yo más interno.

No quiero decir que ha sido agradable porque el desasosiego y la incomprensión están presente desde las primeras líneas, ese ambiente angustioso no presagiaba nada bueno, aunque no llega a la tragedia y el final se presenta como un remate abierto y realista.

Me ha acompañado el sentimiento de incredulidad ante las decisiones de nuestra “exiliada” en los momentos de enganche sexual muy alejado del concepto de amor y la lástima que se llega a tener por ella e incluso el desprecio por ciertas conductas contra las que luchamos hoy en día y por supuesto por lo desagradable que resultan algunos personajes… aun así lo acabé.

En general deciros que la historia cuenta con un argumento claro, directo y sencillo con pocos personajes pero muy potentes, con una acción coherente con la brevedad y la intensidad que se mezclan y explotan entre sí a partes iguales, en la que me ha parecido reconocer una historia de incomprensión y soledad en todas y cada una de sus casi doscientas páginas, ahora bien en ninguna de ellas he encontrado “Amor”, tal vez porque Sara Mesa no quería un relato romántico sino complejo, en el que nosotros creáramos nuestra propia tensión narrativa.

Os lo recomiendo por la brevedad y porque en el fondo mientras lo lees tienes la sensación de que va a pasar algo y que debe ser inminente debido a las pocas hojas que se tiene para que así sea. Espero que este libro corto pero contundente os guste, lo mejor para ello es leerlo como texto subjetivo con curiosas reflexiones, eso sí, no apto para momentos de confinamiento.

“El amor que todo lo cura, es simplemente locura”.