jueves, 30 de agosto de 2018

Yo confieso, Jaume Cabré


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Si la tienda de antigüedades de la familia es todo un universo para el niño Adrià, el despacho del padre es el centro de ese universo y su tesoro más preciado un magnífico violín Storioni, en cuyo estuche aún se aprecia la sombra de un crimen cometido muchos años atrás. La infancia y la adolescencia de Adrià, llena de preguntas sin respuesta, de juegos solitarios y de falta de calor, está dedicada al estudio de la historia y de las lenguas, tal como quiere el padre, y a la práctica del violín, siguiendo los deseos de la madre. Pero un accidente acabará con la vida del padre, sumiendo a Adrià en un estado de culpabilidad y llenando su mundo de secretos y turbios misterios que tardará muchos años en despejar”.

No es la primera vez que me decido por una novela de este escritor catalán; con anterioridad leí “Cuando llega la penumbra” y “Las voces del Pamano”, la segunda un libro muy recomendable cuya historia deja huella por el contenido y por los personajes. Respecto a “Yo confieso”, aprovecho y al igual que el título  y “confieso”,  que me costó empezarlo, y a ratos me perdía, pero poco después me empezó a gustar y por la mitad ya me había enganchado. También es verdad que hay que estar muy metido en la lectura, no se admiten distracciones, pero cuando lo terminé concluí que había merecido la pena. Se necesitan los cinco sentidos puestos en la lectura, no vale distracciones, si buscas lectura fácil, éste no es tu libro, pero si buscas una lectura bella, interesante, nueva, y que se quede su recuerdo dentro de ti, no lo dudes, ésta es tu novela.
El libro tiene como trama principal las memorias de Adrià que el mismo narra de sus recuerdos de niñez hasta su edad actual, pero existe una segunda trama en la novela que aparece de vez en cuando, sin avisos, sin puntos aparte, compuesta de diferentes historias en distintas épocas y que tienen en común la maldad. El holocausto judío, el fanatismo religioso de la inquisición católica o el islam, el asesinato por venganza, por envidia o por liberarse de la persona con la que está casada, todo esto aparece en estas historias que comparten un final trágico.
El elemento vertebrador es un violín que va cambiando de manos. Desde el momento en que las semillas que facilitarán la madera germinan, hasta setecientos años más tarde. El protagonista es Adrià Ardèvol, un muchacho raro, sobresaliente, destinado a un destino fuera de lo común por unos padres fríos y calculadores que le dieron de todo excepto amor, haciendo de él un ente aparte, inacabado, cobarde, que vive aislado en sus libros y que ha logrado vastos conocimientos en campos diferentes, dominando 10 idiomas, publicando libros de alto interés intelectual como su tratado sobre el Mal que lo ocupará parte de su vida.
Adrià vivirá una historia de amor difícil con Sara, pero una historia de amor que atravesará los años y sus vicisitudes.
Para mí la trama está bien. Lo que no me ha gustado es la complicación excesiva en la forma de exponerla. El relato va incluyendo en 59 capítulos agrupados en 7 partes varias historias que se completan de modo fragmentario en subjetivo desorden de la memoria, narrada en primera persona cuando se refiere a la vida de Adriá y en tercera con un narrador omnisciente cuando nos traslada al pasado. No existe un orden lineal, pueden darse saltos temporales en un mismo párrafo, incluso la utilización de diferentes tiempos verbales que obligan en ocasiones a dar marcha atrás en la lectura porque te pierdes fácilmente. Resulta algo complicado de seguir en algunos pasajes por la interconexión de las subtramas y la galería abundante de  personajes que concurren en los diferentes escenarios, épocas y siglos, para dar cuerpo a innumerables historias.
Técnica narrativa perfecta que consigue ensamblar todas las partes de la novela de forma natural y unitaria, sin dejar hilos sueltos, puede resultar un poco extenso pero compensa por su magnífica prosa, original y amena, datos interesantes sobre música, nazis, conventos, la maldad que se repite, que se clava en nuestra Europa, en la Inquisición, en las guerras mundiales, en el destino de los judíos…
El resultado una obra que no te deja indiferente, y además intriga, que cuenta incluso con abundantes muestras de humor y rupturas de tono al final de una situación como recursos de distanciamiento para romper la tensión dramática.
Novela entretenida, bien contada, exigente en lo que concierne a nuestra atención, pero de una calidad incuestionable. Personalmente la he disfrutado menos que las otras que ya había leído de Jaume Cabré, aunque estoy segura que os gustará.

“Con todos los pecados que he cometido en mi vida, me alcanza para llegar al infierno de todas las religiones”.

viernes, 17 de agosto de 2018

La camarera de Bach, Antonio Gómez Rufo


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Una preciosa novela sobre la fuerza del amor y la voluntad.
Un nevado día de 1750 la pequeña Madlene sale del orfanato de Leipzig, en el que ha vivido, para servir como ayuda de cámara del gran músico Johann Sebastian Bach. La joven, tan adorable como curiosa y deseosa de aprender, se convierte en la luz que acompañará al genio en los últimos días de su vida, pero pronto conocerá la realidad de un mundo en el que no hay sitio para ella. Con la tenacidad que solo dan la miseria y la perseverancia, Madlene logrará convertirse en un ejemplo de superación para las mujeres de una Europa en los albores de la Revolución francesa. La camarera de Bach es el retrato inolvidable de una criada alemana que se transformó, sin saberlo, en la primera mujer de una nueva era”.

De vez en cuando hay que abordar un novelón de estos que te hacen viajar en el tiempo para conocer que el pasado y el presente no son tan diferentes.
La camarera de Bach” me ha resultado en líneas generales una novela muy entretenida y fluida que cuenta además con un trabajo muy depurado. Quizás el aspecto  que más resalte es su ambientación histórica a través del cual nos muestra los acontecimientos principales que se vivieron en la segunda mitad del siglo XVIII y los sitúa en varios enclaves europeos.
La novela es un maravilloso y exacto retrato del contexto político y social de la última mitad del siglo XVIII en Europa”.
Novela que va de menos a más, aunque me costó un poco engancharme al principio, una vez metida en la historia resultó fácil continuar. Sí que es cierto que la prosa de este autor no es para leer rápidamente, es para disfrutarla y recrearse en ella, las descripciones detalladas y el tiempo que les dedica a los personajes que no tienen especial trascendencia en el relato, ralentizan el ritmo aumentando esa necesidad de no “correr” mientras estamos delante de ella.
Es tanto como decir que cuenta con un ritmo irregular y quizás pensar que le sobran páginas a la novela.
Una historia ambientada en 1750, fecha importante en el siglo XIX, que marca el paso a los movimientos artísticos del Barroco, del Romanticismo y de los antecedentes de la Revolución Industrial, en la que el autor nos sitúa en un recorrido por las ciudades de la nobleza aburguesada de la época frente a los bajos fondos de las mismas. Contrastes que dan fuerza a la historia y que describe con maestría y detalles.
En “La camarera de Bach” nos vamos a encontrar unos personajes magníficamente perfilados. Si bien Madlene es la gran protagonista de la novela y en la que vamos a percibir una gran evolución, Antonio Gómez Rufo no escatima esfuerzos en el resto de los personajes, unos personajes muy sólidos y reales.
La narración es en tercera persona, corriendo a cargo de un narrador omnisciente, la forma en la que el autor transmite, describe y nos muestra los sentimientos de la protagonista, de una mujer que lucha por un sueño, rebelde ante su destino, dispuesta a superar barreras y hacer realidad la visión de una vida mejor para las mujeres. Una vida en la que hay lugar para la tristeza y la esperanza, la injusticia, el abuso, pero también, la amistad, la lealtad y el amor. Sin duda una historia de crecimiento personal.
Estructurada en capítulos, cada determinado número de ellos, el autor nos hace un breve resumen del momento histórico en que se encuentra la novela y de los personajes relevantes que han formado parte de la historia en esa época.
Entretenida novela que no llamaría enteramente histórica, pues hay elementos en ella que nos contradicen tal apelativo. En todo caso amena y deja vislumbrar muy bien la época en la que se suceden la vida de Madlene, una mujer valiente que lucha contra los convencionalismos sociales.
Bien escrita con buen gusto, agradable de leer, con ciertos guiños de humor que aportan dinamismo a la historia, ambientación instructiva y una oportunidad para conocer el contexto histórico escenario de la vida de esta singular mujer.
Os gustará.
"No puedo evitarlo, estoy convencida de que las historias que escribimos deben ser contadas." 


miércoles, 8 de agosto de 2018

Los Caín, Enrique LLamas


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Un pueblo perdido en mitad de Castilla en las postrimerías del franquismo. Un joven maestro madrileño falto de experiencia y fuera de lugar. Una niña ahogada veinte años atrás. El fatal accidente de una adolescente para la que huir era la única salida. Una extraña epidemia que acaba con los ciervos del lugar, y el silencio, la nieve, la cerrazón y los secretos como únicos testigos, mudos e impasibles, del lento pasar de los días en un lugar olvidado, furibundo en medio de la nada, ahogado bajo odios enconados y rencores enquistados cuyo motivo nadie recuerda”.
Primera novela del joven periodista Enrique Llamas, confieso que el título atrajo mi atención y casi pude imaginar que la maldad iba a ser protagonista de excepción, esa maldad desinteresada y gratuita que si no se habla acaba siempre saliendo de una manera u otra. Nos traslada a un oscuro lugar en los últimos años del Franquismo y logra construir una historia sólida y honesta. La atmósfera que rodea el relato es oscura y tenebrosa, no es una novela negra al uso puesto que se aleja de la estructura clásica a la que estamos habituado, pero en todo momento se percibe la mezcla de realidad y ficción de esta historia de tintes rurales.
Si tuviera que resumir el argumento diría que es la historia de un maestro madrileño que llega a un pueblo pequeño y remoto del noroeste de Zamora y descubre que sus buenas intenciones no son suficientes para un lugar donde lo consideran un extraño. Somino es el nombre de la localidad en la que está a punto de caer la noche y se procede al precipitado entierro de Arcadio Cuervo. Sin embargo, esta no es la única muerte, marcada por las dudas que ensombrece este pequeño pueblo de Castilla. 
En Somino ocurren sucesos que muchos prefieren ignorar u olvidar.
De ese rencor es testigo involuntario Héctor, el maestro cuyo nombre pronto estará en boca de todos sus convecinos, viendo atónito como los conflictos se trasladan al aula y el miedo empieza a convivir con la violencia en un lugar escondido y difícil de encontrar.
En cuanto me informé acerca de esta novela y las motivaciones de su autor, descubrí las dos referencias fundamentales de la obra: por un lado, el título es la oposición a Los Abel, de Ana María Matute; por otro, el lenguaje, el escenario e incluso el tiempo de la narración conduce inevitablemente a Miguel Delibes, a quien cita el autor en la nota final de agradecimientos. No hay que olvidar el título con sus claras referencias bíblicas que reflejan la realidad de un pueblo dividido, partido en dos mitades irreconciliables, la de los “Llano” y los el “Teso”.

La trama está inspirada en hechos reales que tuvieron lugar en la última década, entre ellos las muertes de los ciervos de Sierra de la Culebra en el 2010, uno de los detonantes de la acción es la aparición de  estos ciervos muertos en las calles del pueblo en el que transcurre la mayor parte de la acción y los ciervos son muy comunes justo en esa región, o en acontecimientos vividos por el padre de Enrique, maestro rural que le contaba desde niño y que con habilidad le han servido para dar cuerpo a esta mezcla de ficción novelada.
El pueblo al que llega el protagonista está dividido en dos zonas, la alta y la baja, y sus habitantes se agrupan también en dos bandos. Entre ellos existe un odio ancestral de cuyo origen nadie quiere hablar pero que alimentan con sumo cuidado. La muerte de una niña años atrás y el accidente sufrido por una adolescente que huía en el tiempo de la acción no hacen sino profundizar en esa división, en un contexto de ciervos muertos, cazadores furtivos, guardias civiles a quienes nadie quiere llamar aunque sucedan cosas muy graves y un director de escuela a quien el centro no interesa nada en absoluto.
Llamas narra con un lenguaje clásico, prosa medida y afilada recuperando palabras que ya casi nadie usa fuera de los pueblos más remotos y es capaz de hablar de la violencia sin referirse a ella de manera muy directa. Un narrador con pulso que se suma a la corriente de novela rural que parece ya un subgénero en la literatura española actual.
Ambientación perfecta que nos hace vivir intensamente el marco rural y la época de los 70 a través de descripciones de gestos y comportamientos de vecinos que llegan a incomodar. Retrato de un mundo rural que nos llega gracias a sus personajes en una historia angustiosa y opresiva donde lo que menos importa es el desenlace. Bien escrito y para todos los públicos especialmente para los amantes de lo rural. Son algo más de doscientas páginas que aportan muchas reflexiones acerca de un mundo que aparentemente no existe y que por el contrario se encuentra tan cerca. Os gustará.

“Nunca atribuyas a la maldad, lo que puede ser explicado por la estupidez”.

sábado, 4 de agosto de 2018

Un millón de gotas, Víctor del Árbol


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Gonzalo Gil es un abogado metido en una vida que le resulta ajena, en una carrera malograda que trata de esquivar la constante manipulación de su omnipresente suegro, un personaje todopoderoso de sombra muy alargada. Pero algo va a sacudir esa monotonía.Tras años sin saber de ella, Gonzalo recibe la noticia de que su hermana Laura se ha suicidado en dramáticas circunstancias. Su muerte obliga a Gonzalo a tensar hasta límites insospechados el frágil hilo que sostiene el equilibrio de su vida como padre y esposo.
Al involucrarse decididamente en la investigación de los pasos que han llevado a su hermana al suicidio, descubrirá que Laura es la sospechosa de haber torturado y asesinado a un mafioso ruso que tiempo atrás secuestró y mató a su hijo pequeño. Pero lo que parece una venganza es solo el principio de un tortuoso camino que va a arrastrar a Gonzalo a espacios inéditos de su propio pasado y del de su familia que tal vez hubiera preferido no afrontar. Tendrá que adentrarse de lleno en la fascinante historia de su padre, Elías Gil, el gran héroe de la resistencia contra el fascismo, el joven ingeniero asturiano que viajó a la URSS comprometido con los ideales de la revolución, que fue delatado, detenido y confinado en la pavorosa isla de Nazino, y que se convirtió en personaje clave, admirado y temido, de los años más oscuros de nuestro país”.

Este libro llegó a mis manos sin saber muy bien qué leer. Fue fruto de una mañana de domingo entre las estanterías de la Biblioteca, no conocía ni al escritor ni la novela pero confiando en la sinopsis y en los datos de sus biografía, me animé con esperanza de acertar, porque es un libro de más de 600 páginas y tengo que decir que no me ha defraudado.
En una novela curiosa que a la vez comparte varios géneros, en un principio imaginé encontrarme con un thriller clásico, pero no ha sido así.
Recoge el género del suspense, sí, pero también es una novela histórica, con un increíble entramado de personajes que se entremezclan entre sí por un lado el thriller y la novela negra con  la investigación de varias muertes con las que arranca la novela de forma trepidante.
Me ha gustado la forma de escribir del autor, me ha gustado la ambientación, me han gustado los personajes, la construcción de la historia, en definitiva, creo que Víctor del Árbol ha sabido crear unos buenos elementos y no sólo eso, sino que ha sabido combinarlos con tanta maestría que ha conseguido un gran resultado, una gran novela.
Ya desde las primeras páginas nos vamos a sentir atrapados por la historia, con un principio asombroso y potente que nos aleja de la idea de una trama sencilla.
Nos vamos a encontrar una novela compleja, y llena de secretos, en la que al final de la misma ningún cabo queda suelto, y todo se resuelve de una forma totalmente coherente.
Víctor del Árbol va dando alternancia a dos periodos temporales distintos, uno que empieza en el año 1933 y del que el protagonista principal, aunque no el único, es Elías Gil, y otro que se desarrolla a partir del año 2002, en el que, aunque Elías ya ha muerto, también podríamos decir que es el protagonista indirecto, ya que todo lo que acontece en esta segunda línea temporal no es más que el legado, el resultado y las consecuencias del primero que se inició tantos años atrás.
Los personajes de esta novela no nos van a dejar indiferentes. Nos vamos a encontrar con unos personajes muy reales, pulidos con precisión y perfectamente construidos. Ninguno de ellos resultan ser lo que aparentan. El libro alterna con maestría una maraña de relaciones familiares, pactos, amistades, odios y venganzas muy bien desarrollada. Donde nadie es totalmente bueno o totalmente malo y los personajes se desenvuelven con mucha verosimilitud.
En esta trama y en la narración de los hechos en donde conocemos multitud de anécdotas y detalles que van cobrando cuerpo gracias a estos personajes y la relación en diferentes momentos de sus vidas, marcando en cierto modo sus formas de ver la historia. Una historia donde todos tienen varias caras y donde se demuestra que incluso queriendo hacer las cosas bien siempre hay daños colaterales
También en Un millón de gotas Víctor del Árbol toca el tema de la maldad, esa maldad, las pasiones, la venganza, las historias de amor y por si no teníamos suficiente con todo esto el autor introduce muy bien dosificadas a lo largo de la trama y en las diferentes ramificaciones de la historia, dosis de misterio, de secretos familiares que hacen todavía, si cabe, mucho más atractiva la historia, imprimiéndole además el ritmo necesario para que nos sintamos cada vez más atrapados en sus páginas, un ritmo narrativo que va creciendo y creando en nosotros la necesidad de seguir leyendo, pero sin querer hacerlo demasiado rápido, ya que no queremos que nada nos pase desapercibido o se nos escape algún detalle.
Es necesario resaltar la labor de documentación que el autor ha tenido que llevar a cabo ya que, aunque no se trate de una novela histórica, sin este trabajo Víctor del Árbol no podría haber ambientado parte de la novela con tanto acierto, en los escenarios y hechos históricos en que los sitúa.
Su prosa directa, clara y sencilla se aprecia en la manera de recrearse en cada párrafo y en cada escena.
Es un libro de acción y hechos no de emociones.Me ha recordado en el planteamiento al “Corazón helado” de Almudena Grandes,  a la hora de desplegar una amplísima red de relaciones que va reconstruyendo la compleja historia de una familia.
En líneas generales, la historia es buena, bien entretejida y consistente, entretiene a pesar de ciertos momentos en los que el relato se hace un poco pesado, algo insuficiente para no considerarla una maravilla. Magistralmente relatada hace que te metas en la historia desde las primeras páginas hasta su desenlace Os gustará.

“Uno hace lo que no quiere hacer cuando se enamora y lo disfraza de propia iniciativa, aunque en el fondo solo sea renuncia.”

miércoles, 1 de agosto de 2018

La desaparición de Stephanie Mailer, Joel Dicker


“La noche del 30 de julio de 1994, la apacible población de Orphea, en la región de los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa... Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.
Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos jóvenes y brillantes policías de Nueva York,resuelven el caso. Pero veinte años más tarde, en la ceremonia de despedida de la policía a Rosenberg, la periodista Stephanie Mailer lo afronta: asegura que Dereck y Jesse se equivocaron de asesino a pesar de que la prueba estaba delante de sus ojos, y afirma poseer información clave. Días después, desaparece”.
Joel Dicker es un escritor suizo con el que ya he tenido contactos anteriores. Su primera novela, “Los últimos días de nuestros padres”, no llegó a cuajar demasiado, y se publicó en España a posteriori de su gran éxito, “La verdad sobre el caso Harry Quebert”. Esta obra, totalmente adictiva y cautivadora, barrió todos los límites de ventas y colocó a su autor en el número uno de los escritores más vendidos. A los dos años salió a la venta El libro de los Baltimore”, obra de corte clásico sobre intrigas de dos familias y el auge y hundimiento de ellas, que fue también un gran éxito de ventas. El año pasado vio la luz un bello libro ilustrado, “El tigre”, que recogía un relato de corte ruso y que fue su primera incursión en el mundo editorial. Hace pocos días salió a la venta La desaparición de Stephanie Mailer”, compleja obra en la cual se nos construye y despedaza un caso policiaco ocurrido veinte años antes. Toda la novela gira en torno a los hechos ocurridos en Orphea la noche del 30 de julio de 1994, una fecha difícil de olvidar para todos.
La novela si bien tiene una estructura compleja como he dicho, con constantes saltos entre pasado y presente, y narrada desde diversos puntos de vista, casi a modo de una novela coral, es de todas maneras muy fácil de seguir para el lector, está estructura con capítulos cortos, por lo que a pesar de su larga extensión se lee muy rápido.
Tal como nos tiene acostumbrados el autor esta novela no solo se centra en la investigación, sino que a la vez se transforma en una novela de personajes (policías, alcaldes, millonarios, libreros), con una serie de sub tramas que enriquecen su lectura y en la que conoceremos perfectamente las motivaciones de cada uno de ellos, con sus luces y sombras, lo cual conforma una especie de puzzle, en el que cada pieza va encajando a  medida que avanzamos en su lectura, piezas que surgen de la deconstrucción de historias dentro de la trama principal.
Por otro lado el ritmo de la novela para mí decae a partir de las trescientas primeras páginas, siendo por momentos vertiginoso y a ratos muy lento, la intriga se mantiene a lo largo de todo el relato y ambas tramas, tanto la del  presente como la del pasado están perfectamente hiladas, cada personaje tendrá un rol importante en la historia lo que nos lleva a querer saber más de sus vidas y secretos que poco a poco iremos descubriendo. Es una novela con varias novelas dentro, una trama que tiene muchas ramificaciones, todas ellas muy interesantes y que contribuyen a la resolución del hilo conductor central de la obra, es más hubiera dado para libros diferentes.
Si bien el fuerte de la novela es la trama policial, hay también espacio para el romance, el suspenso y las relaciones familiares, la ambientación por otro lado está muy bien lograda y nos traslada a ese pequeño pueblo costero que parece ser un lugar idílico para las vacaciones y que termina transformándose en un lugar marcado por la muerte.
Con acierto nos acerca a un buen repertorio de temas, desde la literatura, el teatro o el periodismo hasta las más oscuras tramas de corrupción, sin olvidar la vida, la muerte, el deseo, la tristeza y los engaños.
Respecto a la forma de narrar Dicker reutiliza la fórmula de sus novelas anteriores, flashbacks constantes, narración en épocas diferentes, numerosos personajes secundarios con historias propias y abundancia de giros argumentales aparentemente inesperados pero esta vez el resultado se antoja bastante decepcionante. A pesar de que en un principio la narración pueda enganchar, con el paso del primer centenar de páginas se hace pesada, espesa, demasiado arquetípica y estereotipada, fácil y atestada de clichés tan manidos como ineficaces en su ejecución; es la cara más criticable de la novela. Digamos que el estilo se hace simple y algo superficial.
Igualmente los personajes están  hechos con trazos de tiza, situaciones y diálogos forzados, policías que parecen tontos, incapaces de realizar deducciones que haría un niño, si te gusta el género la novela cumple todos los requisitos para ser de las mejores con ritmo, intriga, giros inesperados...
En definitiva se puede leer rápidamente y seguir con interés. No llega al nivel de la verdad sobre el caso H.Q., pero como novela negra es aceptable y entretenida, aunque yo diría que es una novela coral en toda regla, a mí me ha gustado la historia, la trama trazada, algo rebuscada pero es que así hasta el final no se aclara todo, y todo tiene sentido cuando se esclarece. Para valorarla como aceptable he evitado compararla con las anteriores. Os gustará.
“Por más que quites las vías, hay un tres que obstinado pasa por el andén de los recuerdos”.