sábado, 30 de enero de 2010

Sauce ciego, mujer dormida, Haruki Murakami

Hace ya unos años que descubrí la literatura japonesa de la mano de un autor que de no habérmelo recomendado una amiga jamás hubiera reparado en él. Haruki Murakami es uno de los escritores japoneses más leídos por el mundo occidental. No fue la primera novela que cayó en mis manos, pero sí la que me acompañó de viaje a Madrid en un trayecto algo delicado con billete de ida y en esos momentos sin saber nada de la vuelta. De hecho me lo regaló Teíto como tantos otros y gracias a lo mucho que me conoce acertó, porque aunque parece que no me escucha, no es así, reparó en comentarios que hice acerca de lo original del planteamiento literario de este autor y de cuanto me habían gustado novelas anteriores; de manera que en un paseíto por los alrededores de “Puerta de Hierro”, compró lo que más ilusión me haría... y lo logró.
No puedo desvelar el misterio del título ni de la fotografía, es cierto que un enorme sauce se refleja en el río junto a la figura de una mujer caminando, de manera que dormida no está, quien sabe la intención del autor ante tan contrariada elección. Lo que no se puede negar en Murakami es que todos sus títulos siguen las mismas pautas; o bien son la antesala de la historia que contará, o por el contrario no tienen absolutamente relación alguna con lo que más tarde aparece en el interior y de tan complicados que resultan dichos títulos, acabas haciéndote una chuleta para recordarlos.
Veinticuatro cuentos o relatos cortos con sus títulos incluidos se desarrollan a lo largo de las páginas de esta creación que abarca historias en ambientes que van desde la más clara sencillez hasta la más absurda irrealidad, desde la imaginación sin límites hasta lo cotidiano; todo ello en una perfecta mezcla que sumerge al lector en un estado de sueño y realidad difícil de distinguir y con la que se acaba disfrutando. No deja de sorprender lo mucho que historias originales sirven de ayuda en momentos vulgares. Los temas del autor son recurrentes y suenan de otras novelas; la soledad, el dolor, el amor, la amargura, el sentido de la vida,la necesidad y búsqueda de afecto, pero en esta ocasión los aisla y personifica en todo tipo de elementos que cobran vida o realizan tareas y acciones humanas, como la palabra en los animales, creando seres inolvidables y en ocasiones sólo aptos para el mundo de los sueños.
No suele gustar a todos los lectores relatos surrealistas, oníricos, cargados de ironía y poco creíbles... pero rompe la monotonía de lo que estamos acostumbrados a leer y el factor sorpresa y la risita sarcástica nos sale sola tras la lectura de la mayor parte de los cuentos. Muchos de ellos han sido finalizados con una generosidad hacia el lector ya que son abiertos y otros haciendo gala de su carácter controvertido, los presenta herméticamente cerrados, para garantizarse la paternidad de los mismos desde el principio al fin.
Lo tengo dedicado pensando en mí, para mí, con cariño, un día en el que miraba un “llorón” tras los cristales de mi ventana, cuando me encontraba muy, pero que muy despierta, por alguien tan especial que logró hacerme feliz con semejante repertorio de imaginación... Compré el billete de vuelta.

La Paciencia es la capacidad de resistir y conllevar las adversidades con valor, resignación y sin quejarse. Aceptando nuestro presente, esperamos expectantes aquello que en ocasiones tarda tanto en llegar”.

jueves, 21 de enero de 2010

Chiquita, Antonio Orlando Rodríguez

Hace unos días en el recorrido de una manifestación, delante de mí caminaba a mi "altura" pero con cierto esfuerzo, un hombre de una estatura que no puedo calcular pero que me recordó a “Chiquita” y entonces me hice una idea real del tamaño del personaje que da nombre a esta novela que leí hace ya unos años y que no quiero dejar de recomendar por múltiples razones.
Espiridiona era su nombre, dicen que era diminuta, hay fotos reales de ella, de origen cubano, aventurera, transgresora, desafiante, descarada, seductora y al parecer con un bagaje de experiencia vividas que ya nos gustaría a más de uno tener al término de nuestras vidas.
Te atrapa desde el principio, se sale de todo lo habitual porque la narración juega con los datos biográficos y las aventuras y desventuras de la protagonista  en un devenir constante de anécdotas y peripecias difíciles de creer por el lector.
Llegó a mis manos como regalo de Teíto, estaba pasando por duros momentos de salud y recuerdo que en la dedicatoria que yo misma escribí ponía: “Es muy duro sentirse tan “Chiquita” y dependiente y esperar que te ayuden a todo”... me sentía como ella “Pequeñita”... Me gustó enormemente la biografía de Espiridiona porque entendí que era un relato de superación, de lucha ante las diferencias, de hacer de la crueldad de los demás un mecanismo de defensa para vivir, de un despliegue de armas y recursos perfectamente utilizados para llegar a la fama que te ceden generosamente aquellos que se quedaban prendados de las “rarezas humanas”.
Desprende humor, garantiza el factor sorpresa, mezcla de realidad y fantasía, ingenio y picaresca; es muy entretenida y de fácil lectura, pero te hace reflexionar brutalmente sobre los comportamientos humanos y el descaro o recreo con el que contemplamos aquello que nos llama la atención por el hecho de ser en este caso “Chiquitito”.
Inicié el comentario con lo mucho que me llamó la atención el manifestante que iba a mi lado y en el fondo sentí... mejor no lo digo y además fui testigo de las miradas y comentarios de todo el que pasaba o coincidía a su lado.
Por eso no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendar el libro al que sin duda alguna le supe sacar muchas enseñanzas, aprendí valores expresados “entre líneas”, es muy ameno pero a la vez tremendamente duro por la mezcla de crueldad y encanto, es una llamada de atención a los comportamientos humanos que no estaría de más ir “puliendo”; porque como el autor dice en una frase del libro: “La Grandeza no Sabe de Tamaños”.
Sin duda os gustará.


Para ser grande primero tienes que aprender a ser humilde, a ser pequeño... la humildad es la base de toda verdadera grandeza”.

viernes, 15 de enero de 2010

Las Filipinianas, Inma Chacón

  
Desde que inicié la andadura de mi blog de lectura, miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de libros leídos que me gustaría haber comentado de haberlo creado muchos años antes. Cuando el tiempo libre me lo permite, vuelvo a releer novelas que me dejaron un grato recuerdo y que a menudo recomiendo a la gente que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y esa tarea soy consciente de que nunca la voy a poder tener al día. Es por ello, que he decidido abordar aquellas lecturas de una manera breve y a modo de recomendaciones que podréis ampliar visitando otros blogs en los que seguro encontraréis reseñas muy de vuestro agrado.
De momento las iré nombrado y contando su sinopsis, sin en algún momento puedo haceros participe de las impresiones que me causaron, no dudéis que así lo hare.
“Una saga de mujeres aristócratas con unas vidas marcadas por el viaje. Manila, Alejandría, Palma de Mallorca y Toledo se convertirán en escenario de la evolución de tres hermanas, que llegarán a Manila arrastradas por el sueño de su padre. En un clima de tensiones políticas, estas mujeres lucharán por encontrar el hueco que las defina a sí mismas, en la masonería, en la familia, o en la sociedad clasista de la segunda mitad del siglo XIX, pero, sobre todo, en un país bello y a la vez hostil que las cambiará para siempre”.
Inma Chacón construye con minuciosidad una novela histórica que nos traslada a los olores y sinsabores de una época difícil en la que España se enfrenta a la pérdida de sus colonias.
Novela histórica  de algo más de trescientas páginas que servirá de trampolín a “Tiempos de Arena”, por la que la autora quedó finalista del Premio Planeta 2011.
Recuerdo que disfruté mucho con ella. Conocí a la extremeña a través de la biografía de su hermana, desde entonces he leído todas y cada una de sus novelas. Retrato decadente de uno de los momentos más tristes de la Historia de España. La pérdida de las últimas colonias y la independencia de dichos territorios sirven de escenarios al devenir de una saga familiar, cuyas mujeres se enfrentan a los acontecimientos inesperados que voltearan sus acomodadas vidas.
Narración serena, con buenos diálogos, idas y venidas en el tiempo, trama bien trazada y fácil de seguir. Dividida en 59 capítulos en los que siempre ocurren giros argumentales que enriquecen la historia.
Al igual que su hermana, leer a esta extremeña es disfrutar de un tiempo bien empleado. No decepciona, os gustará.
“Un sueño no es lo que ves mientras duermes, es lo que no te deja dormir”.

sábado, 9 de enero de 2010

Rosas para Gabriela, Xosé A. Perozo

El gusto por la lectura es un secreto aireado a los cuatro vientos, de manera que nada de secreto salvo que se le califique de “secreto a voces”; gracias a esta connotación los que me rodean siempre han tenido facilidad para regalarme lo que más me gusta, un libro... Reyes, algo más que una amiga que me conoce muy bien, me regaló hace ya muchos años, “Rosas para Gabriela”, ella lo descubrió y quedó encantada con la historia de una familia que protagoniza un relato generacional con el que es difícil no sentirse identificado. Compró varios ejemplares y seleccionó destinatarios y entre esos elegidos estaba yo... todavía se lo agradezco y revivo la emoción que sentí al leerlo y lo especial que es para mí por su significado afectivo.
Tras leerlo lo he recomendado y por la dificultad de encontrarlo en las librerías mi ejemplar ha pasado por muchas manos... y como anécdota una de esas manos tuvo pretensiones “delictivas”, es decir “quedarse con mi preciado tesoro” y me costó palabras mayores para que regresara al hogar y a mi regazo; las consecuencias han sido terribles, jamás lo he vuelto a prestar como yo digo “hay cosas con las que no se juega ni se negocian”.
Extremadura y Madrid son los escenarios de esta entrañable narración en primera persona hecha por Diego Lancharro como si de una carta se tratara con destinatario y remitente. Toda una saga representada en una impresionante galería de personajes que dan vida a un repertorio de experiencias vividas por todos y cada uno de los miembros de la familia durante casi un siglo en una España como la de “entonces”.
El pasado de su condición de agricultores, tenderos, churreros ; el impacto de la guerra, la emigración, el desarraigo, la esperanza del regreso, la supervivencia y la lucha incansable ante la adversidad, son algunas de las señas de identidad de esta preciosa “oda al recuerdo”
Al leerla es como bucear en la memoria e identificar detalles tan familiares a los que ya tenemos unos años.... despertando unos sentimientos muy especiales ante lo narrado. Tiene cierta similitud con novelas del estilo de “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez o “La Casa de los Espirítus” de Isabel Allende, pero el marco histórico delimita las diferencias entre la novela de Perozo y las anteriores.
Es muy recomendable por su ternura y emoción y por el cariño y la fuerza que derrocha el narrador en cada línea, con la única intención de demostrar su orgullo de padre, de padre de Gabriela, para quien van dedicadas estas “Rosas”.
Gracias mi querida Reyes.


"Una sonrisa es una línea curva que lo endereza todo".

martes, 5 de enero de 2010

El Hereje, Miguel Delibes


Desde que inicié la andadura de mi blog de lectura, miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de libros leídos que me gustaría haber comentado de haberlo creado muchos años antes. Cuando el tiempo libre me lo permite, vuelvo a releer novelas que me dejaron un grato recuerdo y que a menudo recomiendo a la gente que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y esa tarea soy consciente de que nunca la voy a poder tener al día. Es por ello, que he decidido abordar aquellas lecturas de una manera breve y a modo de recomendaciones que podréis ampliar visitando otros blogs en los que seguro encontraréis reseñas muy de vuestro agrado.
De momento las iré nombrado y contando su sinopsis, sin en algún momento puedo haceros participe de las impresiones que me causaron, no dudéis que así lo hare.
Huérfano desde su nacimiento y falto del amor del padre, Cipriano contó, sin embargo, con el afecto de su nodriza Minervina, una relación que le sería arrebatada y que le perseguiría el resto de su vida. Convertido en próspero comerciante, se puso en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península. Pero la difusión de ese movimiento fue progresivamente censurado por el Santo Oficio. A través de las peripecias vitales y espirituales de Cipriano Salcedo.
Miguel Delibes, escribió en 1998 una de las novelas más bonitas de cuantas he tenido la oportunidad de leer. Casi quinientas páginas que permiten conocer la época de Carlos V, sus gentes, sus costumbres y sus paisajes, haciendo de esta historia un auténtico y fiel retrato de la Valladolid de uno de los siglos más convulsos de la Historia de España. Hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y con el mundo que les tocó vivir.
No admirar a este escritor es casi imposible, su maestría narrativa, su lenguaje, la potencia de sus personajes y la capacidad para contar una historia como la de Cipriano, lo convierte en un genio de la literatura.
Recuerdo que me gustó desde la primera línea, la dimensión histórica del relato es impecable y reconocí ante todo el homenaje que Delibes hacia a los hombres y mujeres que pensaban de manera diferente en un momento en el que estaba penado ser libre de cuerpo y alma, siendo la falta de libertad, la intolerancia y la opresión los mecanismos que asfixiaban a una sociedad incapaz de gestionar la revolución religiosa de una Europa en continuo cambio.
Os gustará. Miguel Delibes nunca decepciona y menos con personajes tan bien construidos y entrañables como Cipriano.
“La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada y la esperanza sobre lo que desconocemos, que es todo”.