jueves, 30 de agosto de 2018

Yo confieso, Jaume Cabré


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Si la tienda de antigüedades de la familia es todo un universo para el niño Adrià, el despacho del padre es el centro de ese universo y su tesoro más preciado un magnífico violín Storioni, en cuyo estuche aún se aprecia la sombra de un crimen cometido muchos años atrás. La infancia y la adolescencia de Adrià, llena de preguntas sin respuesta, de juegos solitarios y de falta de calor, está dedicada al estudio de la historia y de las lenguas, tal como quiere el padre, y a la práctica del violín, siguiendo los deseos de la madre. Pero un accidente acabará con la vida del padre, sumiendo a Adrià en un estado de culpabilidad y llenando su mundo de secretos y turbios misterios que tardará muchos años en despejar”.

No es la primera vez que me decido por una novela de este escritor catalán; con anterioridad leí “Cuando llega la penumbra” y “Las voces del Pamano”, la segunda un libro muy recomendable cuya historia deja huella por el contenido y por los personajes. Respecto a “Yo confieso”, aprovecho y al igual que el título  y “confieso”,  que me costó empezarlo, y a ratos me perdía, pero poco después me empezó a gustar y por la mitad ya me había enganchado. También es verdad que hay que estar muy metido en la lectura, no se admiten distracciones, pero cuando lo terminé concluí que había merecido la pena. Se necesitan los cinco sentidos puestos en la lectura, no vale distracciones, si buscas lectura fácil, éste no es tu libro, pero si buscas una lectura bella, interesante, nueva, y que se quede su recuerdo dentro de ti, no lo dudes, ésta es tu novela.
El libro tiene como trama principal las memorias de Adrià que el mismo narra de sus recuerdos de niñez hasta su edad actual, pero existe una segunda trama en la novela que aparece de vez en cuando, sin avisos, sin puntos aparte, compuesta de diferentes historias en distintas épocas y que tienen en común la maldad. El holocausto judío, el fanatismo religioso de la inquisición católica o el islam, el asesinato por venganza, por envidia o por liberarse de la persona con la que está casada, todo esto aparece en estas historias que comparten un final trágico.
El elemento vertebrador es un violín que va cambiando de manos. Desde el momento en que las semillas que facilitarán la madera germinan, hasta setecientos años más tarde. El protagonista es Adrià Ardèvol, un muchacho raro, sobresaliente, destinado a un destino fuera de lo común por unos padres fríos y calculadores que le dieron de todo excepto amor, haciendo de él un ente aparte, inacabado, cobarde, que vive aislado en sus libros y que ha logrado vastos conocimientos en campos diferentes, dominando 10 idiomas, publicando libros de alto interés intelectual como su tratado sobre el Mal que lo ocupará parte de su vida.
Adrià vivirá una historia de amor difícil con Sara, pero una historia de amor que atravesará los años y sus vicisitudes.
Para mí la trama está bien. Lo que no me ha gustado es la complicación excesiva en la forma de exponerla. El relato va incluyendo en 59 capítulos agrupados en 7 partes varias historias que se completan de modo fragmentario en subjetivo desorden de la memoria, narrada en primera persona cuando se refiere a la vida de Adriá y en tercera con un narrador omnisciente cuando nos traslada al pasado. No existe un orden lineal, pueden darse saltos temporales en un mismo párrafo, incluso la utilización de diferentes tiempos verbales que obligan en ocasiones a dar marcha atrás en la lectura porque te pierdes fácilmente. Resulta algo complicado de seguir en algunos pasajes por la interconexión de las subtramas y la galería abundante de  personajes que concurren en los diferentes escenarios, épocas y siglos, para dar cuerpo a innumerables historias.
Técnica narrativa perfecta que consigue ensamblar todas las partes de la novela de forma natural y unitaria, sin dejar hilos sueltos, puede resultar un poco extenso pero compensa por su magnífica prosa, original y amena, datos interesantes sobre música, nazis, conventos, la maldad que se repite, que se clava en nuestra Europa, en la Inquisición, en las guerras mundiales, en el destino de los judíos…
El resultado una obra que no te deja indiferente, y además intriga, que cuenta incluso con abundantes muestras de humor y rupturas de tono al final de una situación como recursos de distanciamiento para romper la tensión dramática.
Novela entretenida, bien contada, exigente en lo que concierne a nuestra atención, pero de una calidad incuestionable. Personalmente la he disfrutado menos que las otras que ya había leído de Jaume Cabré, aunque estoy segura que os gustará.

“Con todos los pecados que he cometido en mi vida, me alcanza para llegar al infierno de todas las religiones”.

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