sábado, 28 de diciembre de 2019

La Muerte del Comendador 2, Haruki Murakami


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

En el primer volumen, dejamos al protagonista deseoso de saber qué se oculta detrás del cuadro titulado La muerte del comendador. También ha aprendido a convivir con los extraños personajes y objetos que lo envuelven desde que se instaló en la casa en las montañas. Y, a petición de su vecino, ha empezado a esbozar el retrato de una peculiar adolescente, Marie Akikawa. Pero cuando ésta, una tarde en que regresaba del colegio, desaparece misteriosamente, el protagonista se lanzará en su busca. Y para encontrarla no dudará en enfrentarse a lo desconocido, y tampoco a los terribles dilemas a los que su aventura va a conducirle. ¿Qué le ocurrió en el pasado al autor del cuadro La muerte del comendador? ¿Quién es el hombre sin rostro?...

Al igual que en la reseña anterior voy a intentar resumir el contenido de la segunda parte de lo que debería haber sido un único libro. En total casi mil páginas que hacen de estas dos entregas los libros más largos del escritor nipón.
El pintor sin nombre sigue viendo como los personajes de “La muerte del comendador” interactúan en versión diminuta con él. Menshiki, el extraño vecino continúa con sus extrañas peticiones. Ahora le pide que dibuje a una vecina adolescente que, casualmente, desaparece antes que concluya su cuadro. Mientras, el pintor  en la casa que habita nos expone sus continuas preguntas acerca de qué poder hacer con su vida, asistiendo perplejo a muchas incógnitas que siguen sin resolverse. La vida de este original inquilino sigue presidida por fantasías sobrenaturales que no hacen sino acentuar su vacío existencial, compartiendo todas estas emociones con la tarea de retratar a Marie.
Contado así la historia lejos de desvelar misterios se hace más absurda y no resuelve la trama que quedó pendiente en el primer libro. Es imprescindible la lectura en orden, de no ser así estamos condenados a no entender nada, la primera parte es la presentación de los hechos que encajan en la segunda.
Es más onírico y surrealista que el anterior pero si estás entrenado en la lectura de Murakami todo se simplifica. Aumenta la fantasía y no desaparecen las grandes cuestiones acerca de la existencia humana que persiguen al protagonista, justo ahora que vive un aturdimiento emocional y de sentimientos que combate con el sexo y la soledad. Ambos libros son un viaje a su interior y una búsqueda continua para encontrarse con su yo más profundo.
Respecto al arranque de la novela, resulta más ágil porque ya partimos de un inicio conocido, nos encontramos con los mismos personajes y la presencia novedosa de dos mujeres que se suman a este plantel tan variopinto de actores, todos son sus rasgos peculiares y su pequeño toque filosófico. El ritmo no obstante se hace lento y pastoso en ciertos momentos, lo que unido a descripciones muy alargadas ponen en peligro la buena marcha de la narración. Por momentos parece que todo en esta inmensa tela de araña de hechos se aclara y en ocasiones parece no dar respuestas a los enigmas pendientes; es al igual que la primera, Murakami en estado puro.
Ambientación perfecta, la lluvia que cae en los cristales, el sonido de las hojas en el bosque, el agitar del viento, hasta los olores son descritos al detalle potenciando ese ambiente exterior e interior. Coincido en los que dicen que la casa es la auténtica protagonista de cuanto sucede en el libro.
Las tareas del pintor se convierten en los temas principales que dan vida al argumento, tiene que pintar a Marie, debe resolver los enigmas pendientes, averiguar cómo ha salido el comendador del cuadro, cuáles han sido las causas para la desaparición de Marie y por supuesto encontrarse en su búsqueda eterna.
Resalta Murakami el impacto del aislamiento, de los recuerdos, de los sueños y la dificultad por encontrar la línea que separa la realidad de la fantasía.
No abandona este Premio Nobel sus referencias musicales, ni la mezcla de culturas ni los símbolos mitológicos o su defensa de la cultura nipona.
La prosa pulcra, llana, simple y el estilo directo de este japonés se deja sentir a lo largo de una novela dividida en capítulos algo densos por momentos y difíciles de seguir si no se está familiarizado con su pluma.
Para terminar hacer alusión al final que se hace corto y poco claro, en el fondo no me ha parecido que todo se haya zanjado, que el intento por dar sentido a la primera parte no se ha conseguido, tal vez por la posibilidad de una nueva entrega o más bien porque yo no lo he “pillado”; sea como sea al igual que el anterior os lo recomiendo, no podría hacer lo contrario con un libro de Haruki Murakami. Espero que os gusten.

“El aislamiento es un duro camino hacia la felicidad”.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Bailando en la oscuridad, Maureen Lee


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“En el Liverpool de nuestros días, Millie, una joven con un pasado familiar conflictivo, hace todo lo posible para que su relación con James funcione de la mejor manera posible. Por eso, avergonzada de sus orígenes, no quiere que James conozca a su familia, cuyos miembros fueron maltratados por un tiránico padre. Un domingo, cuando acude a la cena mensual con su familia, su madre le anuncia la muerte de su tía abuela Flo. Aunque apenas mantenía relaciones con ella, le pide el favor de limpiar y poner orden en la casa de la recientemente fallecida. Al ordenar las cartas y fotos de Flo, Millie descubrirá algunos de los secretos mejor guardados de su familia”.

Novela con argumento y trama bien trazados, parte de un inicio algo lento que hace peligrar el enganche de su lectura; pasados esos momentos iniciales, todas son buenas razones para disfrutar de esta sencilla y conmovedora historia.
Liverpool se convierte en el escenario de un relato que abarca dos momentos históricos alternados en el tiempo, desde la Segunda Guerra Mundial a nuestros días. Dos mujeres dan vida a esas etapas de la Historia y en ambas el denominador común de asistir al papel de los secretos bien guardados y a las consecuencias de ser descubiertos.
Ambientación impecable del pasado, personajes entrañables, bien construidos, con fuerza y especialmente el de ambas protagonistas alrededor de quienes pivota toda la historia. Entrelaza pasado y futuro a lo largo de capítulos de duración justa que confluyen en un final bastante aceptable.
Ameno, entretenido, bien escrito, lenguaje sencillo, de lectura rápida y contado para todos los públicos.
Las narraciones familiares que desencadenas tragedias no dejan de ser un alegato a la vida oculta de nuestros seres más próximos, resultan atractivas porque te plantean el dilema de si lo conocemos todo de aquellos con quien compartimos nuestra vida y las consecuencias de saber todo o descubrir algo que desconocíamos.
“Bailando en la oscuridad” es la lectura de domingo y mantita o de toalla y playa que sin más expectativas te proporciona un rato agradable frente a las páginas de un libro; me ha recordado a Kate Morton y sus novelas, os gustará.

“Durante nuestros momentos más oscuros, debemos centrarnos en ver la luz”.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Olivia o la lista de los sueños posibles, Paola Calvetti


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Inesperados. Así son los regalos dignos de este nombre. E inesperado es el inicio de esta historia: pocos días antes de Navidad, Olivia, una joven tímida, soñadora y romántica, es despedida. Con la única compañía de una enorme caja donde ha guardado sus cosas, Olivia pasea perdida por la ciudad hasta que encuentra refugio en un bar. Sentada a una mesa, observa a los variopintos clientes que entran y salen, entabla surrealistas conversaciones con un camarero y se sumerge en su pasatiempo preferido: escribir listas… Todo ello bajo el manto protector de su abuela, que le hizo el regalo más especial: una vieja Polaroid con la que Olivia retrata los momentos más hermosos de su vida.
En la misma ciudad y a la misma hora aparece Diego, un joven abogado para el que también es un día especial; un día que quizá ofrezca un poco de paz a un dolor que ha marcado su infancia
Si es verdad que el destino sigue reglas invisibles y es un poco caprichoso, tal vez, pero solo tal vez, justo en este momento los destinos de ambos se estén poniendo de acuerdo para encontrarse y reconfortarse…

Lo primero que me llamó la atención, fue la portada divertida y fresca elegida por autora, muy de aires italianos. Que nadie piense que es una historia romántica al uso, o al menos no ha resultado ser, más bien es el preludio de una historia de amor que está por llegar. Una novela que se construye a partir de pequeñas coincidencias, de caprichos del destino que acercan y separan a dos protagonistas cuyas vidas son paralelas sin que ellos mismos lo sepan
El relato comienza cuando despiden a Olivia del trabajo, un trabajo al que ha dedicado toda su vida, dejando de lado su faceta personal. Olivia trabajaba en el departamento de Marketing, un mundo que se ajusta como un guante a ella, ya que es una persona muy creativa; miles de ideas se solapan a cada segundo en su mente. 
La trama transcurre en un solo día de lluvia, siguiendo esta fluida y espontánea línea de pensamientos ligando recuerdos a reflexiones, en el presente pero con una mirada retrospectiva hacia la infancia, algo que lleva a cabo tanto Olivia como Diego, el segundo personaje sobre el que recae el peso de la novela.
La novela se estructura mediante capítulos en los que se intercalan las narraciones dedicadas a cada uno de los protagonistas. Los que se centran en Olivia están narrados en primera persona por ella misma de forma que todo lo que nos va contando pertenece a su subjetividad y su propia visión del exterior y los títulos se van definiendo mediante las horas del único día en que transcurre toda la acción. En cambio, la parte referida a Diego, está narrada en tercera persona y el título de sus capítulos se indica con un sencillo. Como detalle decir que los capítulos dedicados a Olivia son muchos más largos y detallados que los de su compañero de reparto. No están repletos de diálogos, pero eso no lastima la narración siendo fluida y fresca la lectura y aunque la historia no es profunda ni tan intensa como se espera, resulta agradable y amena.
Con una prosa juguetona, con mucho sentido del humor,  ideas ingeniosas y detalles sugerentes la novela no tiene un argumento muy definido sino que es un compendio de  recuerdos. Algunos tristes, otros divertidos, de reflexiones sobre el pasado y los sueños por cumplir. “Olivia o la lista de  los sueños posibles” no cuenta con una acción trepidante o giros inesperados, es simplemente el relato de la intimidad de dos vidas. Recuerdos, emociones, deseos, esperanza, dolor, muy parecidos a los que todos nosotros hemos vivido alguna vez.
Ambientada en el escenario de crisis económica padecida por la Humanidad, algo que la autora aprovecha para hacer una crítica acerca de la precariedad de los trabajos frente al derroche de los altos ejecutivos, que disponen del futuro de una juventud que queda acorralada sin medios de subsistencia.
Su título está relacionado con la lista que elabora la protagonista de todo aquello a lo que tiene que renunciar en estos momentos y a las posibles alternativas que le quedan. Mientras, Diego recapitula sobre su vida y la muerte, tanto suya como de un hermano, además se permite reflexionar sobre el sexo opuesto.
Es la lectura recomendad para hacer un descanso de novelas profundas, para cerrar un año, para momentos vacacionales, para recrearse en una historia fresca y desenfadada. Es el libro que se olvida con facilidad pero que hay que reconocer que por su sencillez sorprende y no das el tiempo por perdido
La novela en sí es amena y bien escrita. Tiene pocas páginas y no creo que le defraude a nadie; aunque no sea mi estilo. He tenido la impresión de que le faltaba algo, trama quizás, ya que es demasiado estática… Eso que te hace coger el libro para saber qué va a pasar. Pero eso es personal ya digo siempre que es una opinión de lectora aficionada nunca de crítica literaria, eso son palabras mayores. Os gustará.

“Ni ningún soñador es demasiado pequeño ni ningún sueño es demasiado grande”.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Hablaré cuando esté muerto, Anna Jansson



El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“En un pequeño barrio de la isla sueca de Gotland, la anciana Frida Norrby acaba de quedar viuda. Poco a poco la mujer irá descubriendo secretos del difunto, como el cadáver de un niño enterrado en su jardín y unos documentos entre los que hay unos mapas antiguos, que solo podían ser leídos tras su muerte. Todo parece indicar que estos son la clave para encontrar unos restos arqueológicos en la zona. A partir de este hallazgo se producen varias muertes en el vecindario.
La policía Maria Wern se encarga de investigar el caso y comienza a interrogar a los vecinos. Pero la resolución no será fácil: todos los vecinos tienen un móvil para matar. Y todos tienen algún motivo para morir
Encontrar un cadáver enterrado en el jardín de tu propia casa ya resulta bastante inquietante, pero descubrir que esos huesos pertenecieron a un niño, y que alguien a quien amaste los depositó allí, levanta una nube de sospechas que solo puede disiparse llegando al fondo del asunto. Pese a quien pese. Porque en  fría isla sueca nadie está libre de pecados, ni de rumores.”.

Entretenida y breve novela de “relleno” que se abordan sin más expectativas que pasar un rato de entretenimiento al cobijo de un libro. Lo bueno de este planteamiento es llevarte de vez en cuando una agradable sorpresa. La autora consigue con este argumento dotar a este thriller de una profundidad emocionante al hilvanar los hilos de esta curiosa trama. Sin duda Anna Jannsson representa a la nueva generación de escritores suecos de novela criminal.
La lectura resulta ágilamena y fácil de seguir, aunque al tratarse de una novela coral, a veces tengamos que hacer recuento de personajes. Los capítulos cortos ayudan a crear esta sensación de entretenimiento aunque la escritora nos sumerja en el ambiente sórdido y tan frío como el clima de la tierra y aunque, tengamos “entre manos” nada más y nada menos que: palas que excavan tierra en mitad de la noche, muertos que no lo están, personajes ambiguos que dan que pensar para bien y para mal la urgencia de resolver un misterio.
Es curioso como la autora distribuye una duda razonable hacia todos los personajes y ese es el pilar de la novela con tildes policíaco, con su investigadora María Wern que también cuenta con su propia historia y tragedia personal. Este método de confundirnos con diferentes culpables está explotado hasta la saciedad en la novela, tanto que llega a crearnos desazón en un mar de secretos, rencores y excéntricos vecinos capaces de todo.
He tenido la sensación de que se quedaba sin abordar el misterio que se esconde detrás de los restos óseos, de ahí que la historia quede desaprovechada. Con todo no hay que desmerecer la labor de Anna Jansson que construye una novela negra con tintes de investigación bien utilizada para describir una sociedad sueca muy encerrada en sí misma, con muchos misterios en el interior de las casas que apenas se reflejan en el exterior. Todos se conocen, pero de forma superficial. Dentro de sus casas la realidad no es la misma que se ve de puertas para fuera. Todos tienen algo que ocultar y no están dispuestos a darlo a conocer.
La novelista sueca demuestra un gran conocimiento de los lugares, la isla de Gotland está en el Báltico entre Suecia y Polonia, y la descripción de esos ambientes ponen en evidencia su capacidad para conocer a sus gentes física y psicológicamente.
Os la recomiendo por ser un libro cuyas trescientas cincuenta páginas están bien dosificadas de intriga y misterio, ritmo adecuado y entretenimiento asegurado. No quiero cerrar sin hacer referencia al papel de los ancianos como eje conductor de la investigación y el de los medios de comunicación en una población con nombre tan clásico como el de Roma. Os gustará.

“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.”