viernes, 6 de diciembre de 2019

Hablaré cuando esté muerto, Anna Jansson



El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“En un pequeño barrio de la isla sueca de Gotland, la anciana Frida Norrby acaba de quedar viuda. Poco a poco la mujer irá descubriendo secretos del difunto, como el cadáver de un niño enterrado en su jardín y unos documentos entre los que hay unos mapas antiguos, que solo podían ser leídos tras su muerte. Todo parece indicar que estos son la clave para encontrar unos restos arqueológicos en la zona. A partir de este hallazgo se producen varias muertes en el vecindario.
La policía Maria Wern se encarga de investigar el caso y comienza a interrogar a los vecinos. Pero la resolución no será fácil: todos los vecinos tienen un móvil para matar. Y todos tienen algún motivo para morir
Encontrar un cadáver enterrado en el jardín de tu propia casa ya resulta bastante inquietante, pero descubrir que esos huesos pertenecieron a un niño, y que alguien a quien amaste los depositó allí, levanta una nube de sospechas que solo puede disiparse llegando al fondo del asunto. Pese a quien pese. Porque en  fría isla sueca nadie está libre de pecados, ni de rumores.”.

Entretenida y breve novela de “relleno” que se abordan sin más expectativas que pasar un rato de entretenimiento al cobijo de un libro. Lo bueno de este planteamiento es llevarte de vez en cuando una agradable sorpresa. La autora consigue con este argumento dotar a este thriller de una profundidad emocionante al hilvanar los hilos de esta curiosa trama. Sin duda Anna Jannsson representa a la nueva generación de escritores suecos de novela criminal.
La lectura resulta ágilamena y fácil de seguir, aunque al tratarse de una novela coral, a veces tengamos que hacer recuento de personajes. Los capítulos cortos ayudan a crear esta sensación de entretenimiento aunque la escritora nos sumerja en el ambiente sórdido y tan frío como el clima de la tierra y aunque, tengamos “entre manos” nada más y nada menos que: palas que excavan tierra en mitad de la noche, muertos que no lo están, personajes ambiguos que dan que pensar para bien y para mal la urgencia de resolver un misterio.
Es curioso como la autora distribuye una duda razonable hacia todos los personajes y ese es el pilar de la novela con tildes policíaco, con su investigadora María Wern que también cuenta con su propia historia y tragedia personal. Este método de confundirnos con diferentes culpables está explotado hasta la saciedad en la novela, tanto que llega a crearnos desazón en un mar de secretos, rencores y excéntricos vecinos capaces de todo.
He tenido la sensación de que se quedaba sin abordar el misterio que se esconde detrás de los restos óseos, de ahí que la historia quede desaprovechada. Con todo no hay que desmerecer la labor de Anna Jansson que construye una novela negra con tintes de investigación bien utilizada para describir una sociedad sueca muy encerrada en sí misma, con muchos misterios en el interior de las casas que apenas se reflejan en el exterior. Todos se conocen, pero de forma superficial. Dentro de sus casas la realidad no es la misma que se ve de puertas para fuera. Todos tienen algo que ocultar y no están dispuestos a darlo a conocer.
La novelista sueca demuestra un gran conocimiento de los lugares, la isla de Gotland está en el Báltico entre Suecia y Polonia, y la descripción de esos ambientes ponen en evidencia su capacidad para conocer a sus gentes física y psicológicamente.
Os la recomiendo por ser un libro cuyas trescientas cincuenta páginas están bien dosificadas de intriga y misterio, ritmo adecuado y entretenimiento asegurado. No quiero cerrar sin hacer referencia al papel de los ancianos como eje conductor de la investigación y el de los medios de comunicación en una población con nombre tan clásico como el de Roma. Os gustará.

“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.”

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