viernes, 30 de abril de 2021

Trigo limpio, Juan Manuel Gil


Veinticinco años después de protagonizar una gam­berrada que marcará el transcurso de la vida de un grupo de amigos, el narrador sin nombre de esta no­vela recibe un mensaje de Simón, un miembro de la pandilla que desapareció un buen día sin dejar rastro, con una propuesta inesperada: ¿por qué no escribes sobre nosotros?, ¿sobre lo que nos sucedió?
   Como una falsa novela de detectives, “Trigo limpio”
 sigue los pasos de un escritor dispuesto a cualquier cosa para darle forma a la novela perfecta mientras investiga sobre un pasado que poco se parece a lo que recuerda de su infancia perdida en un barrio periférico. Un juego literario en el que el lector está invitado a conectar las piezas de un hábil rompecabezas.

 

Para ponernos en situación, os puedo contar que el narrador de esta historia se encuentra jugando un partido de fútbol cuando salta una verja y rompe a correr por la pista de un aeropuerto, justo en el momento en el que un avión se dispone a aterrizar. Sucede un verano, a las puertas de su adolescencia, y persigue desesperadamente un balón que el viento de levante quiere arrebatarle para siempre mientras sus amigos le jalean. Mucho tiempo después de aquel frenético incidente que cambiará sus vidas, cuando aquellos hechos parecen ya doblados y ordenados en algún lugar de la memoria más lejana, es cuando recibe el inesperado y desconcertante mensaje.

Juan Manuel Gil es el autor de esta novela que ha ganado el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral 2021 y en honor a la verdad me ha gustado mucho. El escritor nos traslada al tierno mundo de la infancia aunque bastante carente de nostalgia y sí de un sentimiento de deuda pendiente bajo un estilo en el que mezcla la ficción con la realidad, sin olvidar las dosis de mentiras y de incertezas. El escritor almeriense busca la mejor forma de estar en el mundo y de enfrentarse a los fantasmas del pasado, lo hace creando una historia que vamos conociendo a través de piezas que nos suelta poco a poco a modo de pistas y que tenemos que encajar de la manera más natural en nuestras cabezas.

Es una historia como muchas caras, que habla de muchos temas, que genera múltiples preguntas, que se empantana en el pasado y que invita generosamente a transitar por los recuerdos, especialmente los idealizados, vamos un viaje al pasado.

Novela de difícil clasificación, narrada en varias capas, con tiempos superpuestos, en la que el narrador se enfrenta  a la memoria de los otros para contrastar lo vivido en los fragmentos de ficción que cada uno se ha contado. Nos cuenta una historia que no le pertenece al narrador sino a nosotros, a los lectores a través de capítulos estructurados en tres tipos bien diferenciados; los que cuentan la infancia del narrador y sus amigos, los que describen los encuentros con ellos y por último la larga conversación con Huáscar en el aeropuerto la noche de la retención por la Guardia Civil.

Estamos pues ante una fabulación que Juan Manuel Gil desarrolla, en ocasiones como si fuera una investigación policiaca, sobre tres personajes: Huáscar, Simón y él mismo. Y así nos encontramos dentro de una búsqueda imposible de la verdad y la memoria, en la que Huáscar es un personaje-mito que alimenta la imaginación de un grupo de niños del Alquián, un barrio junto al aeropuerto de Almería. Simón es uno de los miembros del grupo, junto al propio Juan Manuel Gil, el del fallo multiorgánico y el del síncope, que así se denominan en la novela dos de los amigos de infancia. Porque la novela está contada en un tono desenfadado, en ocasiones humorístico, lejos de la acidez y autocrítica, dando como resultado una divertida historia de identidades cruzadas.

Aunque no soy una experta me atrevería a decir que es una novela metaliteraria ya que el escritor nos explica absolutamente todo lo reflejado en el relato, lo que no impide confundirnos y desconocer qué es realidad y qué es ficción, y cuánto hay de autobiográfico y cuánto de invención.

Puede parecer enrevesado pero os gustará.

“No recordamos días, recordamos momentos”.

sábado, 24 de abril de 2021

La Anomalía

 El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“El 10 de marzo de 2021 los doscientos cuarenta y tres pasajeros de un avión procedente de Paris aterrizan en Nueva York después de pasar por una terrible tormenta. Ya en tierra, cada uno sigue con su vida. Tres meses más tarde, y contra toda lógica, un avión idéntico, con los mismos pasajeros y el mismo equipo a bordo, aparece en el cielo de Nueva York. Nadie se explica este increíble fenómeno que va a desatar una crisis política, mediática y científica sin precedentes en la que cada uno de los pasajeros acabará encontrándose cara a cara con una versión distinta de sí mismos”.
  

Así de escueto y sencillo es el resumen de este libro al que podemos añadir que ha ganado el Premio Goncourt, considerado uno de los más importantes de Francia y gracias al cual, Hervé Le Tellier ha sido encumbrado por su estilo mordaz y directo. No es la primera vez que desconfío de los premios y respecto a “Anomalía” solo puedo decir que me ha parecido original y diferente.

La novela trata de un avión comercial que entra en una turbulencia, sus pasajeros son personas normales, entre ellas hay un escritor. El avión avisa a la torre de control del aeropuerto para dar a conocer las dificultades del vuelo, del que sale más o menos airoso, ya que tras momentos de incertidumbre el comandante se ve rodeado de cazas a ambos lados que lo escoltan hasta el aterrizaje; algo que tras creer que era una broma lleva al piloto a la sorpresa máxima.

En realidad “La anomalía” trata del Protocolo 42 basado en detectar contingencias aéreas y las actuaciones a seguir con ellas. A medida que avanzaba en la lectura me fui metiendo en la dinámica narrativa, encontrándome  un repertorio de vidas atractivas, llenas de matices, capaces de mantener cada una de ellas una novela por sí solas, todas compartiendo un mismo espacio, el avión en mitad de una tormenta, para sacarlos de allí con una profunda reflexión sobre la capacidad del ser humano para reaccionar a lo inverosímil.

No está escrito siguiendo los esquemas de un género único, más bien utiliza unos y otros, reconocemos rasgos de un thriller que fusiona géneros y rompe barreras, de la ciencia ficción a la indagación filosófica y del futurismo, al clásico de aventuras más impactante.

En la “Anomalía”, se mezclan la física, las matemáticas, la filosofía, la religión, la política y todo bajo un equilibrio que persigue dar explicación a tan increíble fenómeno.

La novela se centra en la vida de once personajes que viven sus propias contradicciones al verse cada uno duplicado en otro que son ellos mismos, pero con la salvedad de que para unos, los aterrizados en junio, hay tres meses que no han vivido. Además nos ofrecen sus diferentes perspectivas, lo que nos lleva a una suerte de enredos entre cada uno de ellos según corresponda al avión de marzo o al de junio.

Así pues, todos, a través de su “yo” interpuesto, su otro “yo”, los aterrizados en marzo, serán sabedores de los que le acaecerá en los próximos 90 días. Esta es la gran incógnita que motiva a seguir leyendo, si en realidad los 243 pasajeros que aterrizaron en junio reproducirán la vida de los de marzo.

Y con esto que acabo de contar no queda más que catalogar la novela de ciencia ficción, aunque no es menos cierto que lo original está en las historias de cada uno de esos personajes y no en el esfuerzo que hacemos por darle una explicación racional.

El libro se presenta en capítulos de corta duración, bajo una estructura aparentemente compleja, lenguaje ameno, dosis de humor y una idea principal, la de confrontar al ser humano con su yo absolutamente idéntico en un intento por desvelar un suceso inexplicable y fuera de toda lógica.

Es un libro que entretiene, no es mi preferido, pero saca al lector de la zona de confort y lo invita a pensar continuamente puesto que es en las cinco últimas páginas cuando parece vislumbrarse el final del secreto.

Que nadie espere un libro a la manera clásica, no obstante creo que será del agrado de muchos lectores. Espero que os guste.


“El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido”.

lunes, 19 de abril de 2021

Sira, María Dueñas


La Segunda Gran Guerra llega a su fin y el mundo emprende una tortuosa reconstrucción. Concluidas sus funciones como colaboradora de los Servicios Secretos británicos, Sira afronta el futuro con ansias de serenidad. No lo logrará, sin embargo. El destino le tendrá preparada una trágica desventura que la obligará a reinventarse, tomar sola las riendas de su vida y luchar con garra para encauzar el porvenir.

Entre hechos históricos que marcarán una época, Jerusalén, Londres, Madrid y Tánger serán los escenarios por los que transite. En ellos afrontará desgarros y reencuentros, cometidos arriesgados y la experiencia de la maternidad.

Sira Bonnard —antes Arish Agoriuq, antes Sira Quiroga — ya no es la inocente costurera que nos deslumbró entre patrones y mensajes clandestinos, pero su atractivo permanece intacto.

 

Cuando supe de la publicación de “Sira”, la continuación del “Tiempo entre costuras”, me emocioné lo justo, desconfiaba de esta segunda parte y debo decir que en parte acerté.

Llegó a las librerías el 14 de abril y escasos días después ya la había leído, nada que ver esta vuelta de aquellos personajes ni tampoco la repercusión que tuvo su predecesora. Es la quinta novela de la escritora María Dueñas.

Centralmente, la novela “Sira” se desarrolla y transcurre entre junio de 1945 y agosto de 1947; y en tal sentido comprende 83 capítulos distribuidos en cuatro partes, cuyos rótulos aluden los epicentros geográficos donde la protagonista vive, actúa e interactúa: “Palestina”, “Gran Bretaña”, “España” y “Marruecos”; a lo que se añade el “Epílogo” y la “Nota de la autora”.  

No quiero hacer una reseña basada en comparaciones, algo bastante difícil por otra parte, pero sin quererlo el enfoque es poco acertado. Mientras en la primera se nos daban a conocer pinceladas del contexto histórico sin sacrificar la historia personal de la protagonista ni mucho menos el ritmo de la trama; ahora es justo lo contrario, páginas y páginas de información histórica, que en esencia, ni nos va ni nos viene para lo que son las vivencias de Sira y eso que ella es la voz narrativa. La información irrelevante ha hecho que me agotara la lectura y estuviera tentada de abandonarla en numerosas ocasiones. Soporífero, cansino y carente de interés y para colmo aparece una mujer reportera y espía que nada tiene que ver con su identidad de costurera.

Por si fuera poco el recurso de recordar la vida anterior de Sira se convierte en un relatar machacón de lo que conocimos en la primera novela, un poco está bien, ayuda al lector a recordar, pero abusar para extender el relato se hace repetitivo e innecesario y hace pensar en el detestado relleno que desanima al lector.

No quiero seguir hablando mal de la novela, estoy segura que es solo mi humilde opinión, es parte de la sensación de pensar que la autora ha querido abarcar demasiado y el resultado al menos para mi gusto no es el esperado.

Termino con la alusión a un final muy del estilo al “Tiempo entre costuras”, lo mismo dentro de otros 12 años aparece nuevamente Sira y sus andanzas.

Siento que he perdido el “Tiempo” pero eso no quiere decir que la novela no vaya a gustar, hay afortunadamente lectores para todos los gustos.


“El tiempo que se disfruta es el verdaderamente vivido”.

lunes, 12 de abril de 2021

El hijo del padre, Víctor del Árbol

 

Comentar y hacer una reseña de una novela de Víctor del Árbol es una auténtica osadía por mi parte, intentaré contar las impresiones de “El hijo del padre” con prudencia y humildad ya que de otra manera sería imposible.

 

Diego Martín es un respetable profesor universitario hecho a sí mismo. Hijo de emigrantes extremeños y andaluces llegados a Barcelona en los años cincuenta cree haber roto con sus raíces con una vida totalmente alejada de aquella para la que parecía predestinado, pero el pasado siempre está ahí y la sombra de su padre sigue pesando sobre sus hombros más de lo que querría, quizá la maldición que pesa sobre los hombres Martín, de la que le habló su abuelo siendo niño y el enfrentamiento ancestral entre su familia y los Patriota, caciques del pueblo del que provienen, sigan más vivos de lo que piensa y quizá él mismo se esté convirtiendo en aquello que tanto odia. El detonante será Martin Pearce, el enfermero encargado de su hermana Liria, ingresada desde hace años en un centro psiquiátrico. Martin, detrás de su aspecto atractivo y carácter solícito y afable, esconde otra cara que hará que la vida de Diego Martín estalle por los aires.
¿Qué hizo Martin Pearce para desatar a un Diego desconocido? ¿Qué ocurrió para que este rompiera con su familia y se enfrentara con todos ellos? Diego todavía recuerda ese pasado con la mirada del niño que fue y comprende que quizá ha llegado el momento de verlo con unos nuevos ojos.

Novela poderosa y potente del autor de “Un millón de gotas” y otras tantas novelas que no pasan de puntillas por ningún lector. Todo un recorrido por el amor y el dolor, un thriller con una carga emocional y dramática enorme, que toca muchos temas, desde la ausencia de cariño de un padre, la verdad, la enfermedad mental, la deshumanización que existe en el mundo y especialmente en España en la primera mitad del pasado siglo.

Es sin duda un thriller en el que conforme se desarrolla la historia, quedas atrapado desde el principio, con un inicio tremendo que te lleva a una espiral de tramas que se abren unas detrás de otras, en el marco de aquellos caóticos años de la primera mitad del pasado siglo XX y en el 2010. Cuenta la trayectoria vital de una modesta familia, los Martín que se cruza con la de un cacique, don Benito Patriota, que escenificará la metáfora de odios y traiciones de la España de preguerra y posguerra.

La novela comienza con una intensidad muy alta, reconociendo Diego Martín que ha matado a una persona, y acaba con un nivel igual de intenso, con otra confesión, la de su padre sobre él.

Os cuento que el hecho  de conocer algo tan fuerte como lo que se desvela al inicio no le quita interés al lector por saber qué viene después.

Respecto a los personajes, gran activo de la novela, se ramifica a través de una cantidad importante que incluso, por sí mismos, podrían protagonizar su propia historia, desde su abuelo Simón, pasando por su padre, y llegando a su hermana Liria y a su abuela Alma Virtudes, una mujer de la época, abnegada, soportando el peso de una sociedad patriarcal…Ya de por sí, el título se presenta como una intrigante invitación a la lectura de la novela, que conforme se desarrolla deja entrever una oscura relación de odio pero a la vez amor entre el protagonista, Diego Martín, y su padre.

Es una novela amarga que sobrepasa los límites de la dureza extrema, con un repertorio de sentimientos y de penalidades, que produce una enorme tristeza, cada una de sus páginas sobrecoge más que la anterior. 

La narración comienza, en los años actuales, con unas notas manuscritas de Diego Martín en la cárcel: “Secuestré a Martin Pearce, lo torturé y le maté disparándole en la cabeza. Después llamé a la policía y esperé”. Inmediatamente la acción se retrotrae a su primera infancia y a partir de ahí el autor va narrando hasta la actualidad determinados periodos de la vida del protagonista, de su abuelo, de su padre y de sus hermanos, sobre todo de Liria, la más joven, encerrada en un centro psiquiátrico y desencadenante final de la tragedia.

Narración que el autor nos presenta a través de dos narradores, el propio Diego Martín en primera persona que nos cuenta su visión de la historia, y un narrador omnisciente que nos ofrece esa misma historia a través de hechos objetivos.
Aunque ya está encasillado, es un libro difícil de etiquetar, te invita a reflexionar sobre el ser humano y me pregunté cuál era el fin último de tan estremecedor relato que habla de derrota y miedo, ácido, donde los personajes se mueven entre su perdición y la mera supervivencia. Es todo demasiado duro, desde los odios que se desatan durante la guerra civil dando paso a venganzas crueles, hasta las masacres en el frente ruso durante la Segunda Guerra Mundial.
Víctor del Árbol es uno de mis escritores favoritos, leo la sinopsis de sus novelas por inercia, nunca me ha decepcionado y a pesar de esta reseña os ánimo a leer la historia de la familia Martín, originaria de un pequeño pueblo de Extremadura a lo largo de tres generaciones. Una familia sobre la que pesa una maldición y la incapacidad de los padres para amar a sus primogénitos.
Es inclasificable aun etiquetada por el mismo, de hecho bebe de distintos géneros y mezcla a la perfección una historia principal con varias igual de importantes de todos y cada uno de sus protagonistas, a cual de ellos más difíciles de olvidar. Os gustará.

“Todas las familias felices se parecen entre sí; las infelices son desgraciadas en su propia manera”.

martes, 6 de abril de 2021

Los crímenes de la carretera, J.D Barker y James Patterson

En ocasiones elijo alguna novela negra para que no se me olvide lo mucho que me gustan; suelen distraerme en los momentos más cargados de mi día a día y aunque no son inolvidables, sí que te ayudan a “olvidar”.

Michael Fitzgerald es conductor de camiones de larga distancia y en uno de sus descansos entre viajes se encuentra en un supermercado cuando su vecina le avisa de que hay una fuga de agua en su apartamento. Cuando llega allí se encuentra la casa inundada y los grifos abiertos, cosa que le sorprende ya que no recuerda haberlos dejado así; pero su sorpresa es aún mayor cuando encuentra el cadáver de una desconocida en su bañera. Impactado y sin saber muy bien qué hacer, llama a su confidente, su hermana Megan y le cuenta lo ocurrido. Después se pone en contacto con la policía que se presenta en su casa con el detective Dobbs al frente quien, a pesar de las  negativas de Michael, no cree que él no haya cometido el crimen. Una pluma de gorrión colocada junto al cuerpo de la víctima hará que salten todas las alarmas y que la agente federal Gimble se una a Dobbs para intentar resolver el crimen. 

Es una historia de comienzo impactante, compleja tan compleja que a veces puede resultar confusa. Una trama llena de pistas falsas, giros inesperados, acción a raudales que no  nos dará un respiro y requerirá nuestra máxima atención para no perdernos un solo detalle de lo que está pasando porque, si lo hacemos, los que estaremos perdidos seremos nosotros. Muchos personajes, numerosos lugares para visitar con ellos, crímenes, persecuciones, mentiras y medias verdades que nos atraparán desde el principio. Si habéis leído la trilogía de El cuarto mono sabéis de lo que os hablo porque esta novela lleva el sello de la casa, del fantástico Barker.
La novela se divide en siete partes que se corresponden con los lugares en los que se va desarrollando la trama principal, a saber: Los Ángeles, Needles, Flagstaff, San Luis, Ashtabula e Ithaca. En el mapa de más abajo están marcados y como podéis observar vamos a recorrer Estados Unidos de costa a costa y ya os digo que va a ser un viaje escalofriante. 
La narración se lleva a cabo por tres narradores distintos, lo que nos ayudará a ver la historia desde distintas perspectivas. Por un lado, en los capítulos que llevan su nombre, será el propio Michael quien nos relate las experiencias que vive cercado por la policía y sin saber cómo o por qué se encuentra inmerso en esa pesadilla. Por otro lado y a través de una declaración escrita para la policía es Megan, la hermana de Michael, la que nos contará cómo está viviendo los hechos y también arrojará luz sobre su pasado y el de su hermano. Y, finalmente, será un narrador omnisciente quien se encargue de llevar el peso de narrar la investigación policial en los capítulos dedicados a Dobbs y Gimble.
En cualquier caso cuenta con una narración muy ágil que engancha desde el primer momento combinando a la perfección los giros argumentales y la acción del relato. 
A pesar de estar escrito por dos autores, no los conozco tanto como para diferenciar aquello que es de cada uno, los cambios son inapreciables.
Abundancia de diálogos con un lenguaje sencillo y certero. Estructurado en capítulos cortos y de ritmo imparable en los que el peso narrativo cambia de un personaje a otro en la voz de un narrador en tercera persona para la parte policial y en primera persona para el caso de Michael y Megan, en cuyo caso utilizan el narrador en primera persona, son la base de una novela que prácticamente vuela en las manos mientras que acompañamos a los personajes en una persecución sin tregua durante la cual se va construyendo una intrincada trama que las distintas voces narrativas van armando aportando cada cual su visión y conocimiento de los hechos.
Si tuviera que ponerle un "pero" a la novela sería su final. Después de dejarnos exhaustos de tanto aventurar y cuando pensamos que ya lo sabemos todo, los autores se marcan un epílogo en el que nos desbaratan otra vez todas nuestras certezas y, personalmente, me ha dejado con alguna que otra duda; aun así no desmerece para nada todo lo expuesto hasta llegar a él. 
En definitiva, 'Los Crímenes de la Carretera' es una novela que recomiendo a todo fan de los thrillers psicológicos bien asentados y desarrollados y con giros de trama que sorprenden paso a paso. Es imposible ir un paso por delante de los autores, adivinar cuál será el siguiente paso y llegar al fondo del asunto antes de que se desvele en sus páginas. Y cuando una novela del género logra dejarte en un callejón sin salida constante, es que sus autores han hecho un trabajo formidable. Un thriller psicológico adictivo, cautivante y emocionante.
“El miedo no siempre es malo, a veces funciona como advertencia”.

jueves, 1 de abril de 2021

El paciente, Juan Gómez Jurado

Hace unas semanas, una amiga con la que he compartido lecturas, me recordó que tenía las novelas de “El paciente” y “Cicatriz” del autor de unas de las trilogías más vendidas de los últimos años. Si bien este libro es de 2014, con su nueva reedición  vuelve a estar en auge, un libro que ya se sabe si te gusta su estilo qué te vas a encontrar.  Aunque esta obra es independiente, sí tiene algo de implicación con la trilogía de la Reina Roja, ya que Juan Gómez-Jurado la sitúa en el mismo «universo» y encontrarás alguna sorpresa en la última entrega, en el Rey Blanco. No es imprescindible haberlo leído para entender el resto pero está genial para tener una visión más global y ver el alcance de la idea del autor. De hecho el propio autor ha recomendado leer primero El paciente, después la obra Cicatriz y acabar con la trilogía de Reina roja, Loba negra y Rey blanco.
 

El prestigioso neurocirujano David Evans se enfrenta a una terrible encrucijada: si su próximo paciente sale vivo de la mesa de operaciones, su pequeña hija Julia morirá a manos de un psicópata.

Para el Dr. Evans se inicia una desesperada cuenta atrás cuando descubre que el paciente que debe morir para que su hija viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.
 
La historia arranca fuerte desde las primeras páginas, algo muy de este autor. En los inicios conocemos al personaje principal que se desvive por su trabajo, su situación familiar ante la pérdida de su esposa y la relación con su única hija que pasa muchas horas en manos de una niñera debido a su frenética dedicación profesional. “El Paciente” transcurre en un período de tiempo limitado, ya que toda se desarrolla durante las 63 horas que preceden a la operación del “Paciente” y que el Doctor Evans nos va relatando en el diario que escribe desde el corredor de la muerte. En sus inicios el detonante es descubrir que ambas han desaparecido y como la llegada a su vida de un misterioso personaje va a desmoronar su mundo ante la petición descabellada del mismo. Recuperar lo perdido se convierte en el motor de la novela, algo que llega en una carrera contrarreloj que persigue salvar la vida de su hija.

Gran parte de la historia está narrada por Dave en primera persona, aunque en ocasiones se intercala la tercera persona en capítulos dedicados a otros personajes como es el caso de la cuñada y el propio señor Withe. No toda la narración cuenta con el mismo ritmo, hay momentos en los que la trama se retuerce hasta límites insospechados con la intención de mantenernos intrigados, lo que no ha evitado momentos de lentitud en su lectura.

Está claro que el personaje principal se encuentra sin querer ante la mayor decisión de su vida, algo que no solo le afectará a él y que le pondrá contra las cuerdas. Un dilema moral que nos llevará a pensar qué haríamos nosotros. Lo que nos cuenta es en cierto momento asfixiante, agobia el hecho de pensar en cómo se siente el personaje ante lo que tiene delante. Y esto es algo que no es sencillo de transmitir, y en este caso lo consigue con creces. La trama está bien construida y no carece de los suficientes giros argumentales como para poner en peligro el interés por su final, generando expectación a medida que avanzas en su lectura.

Respecto a los personajes, Dave absorbe la mayor parte de la novela, pero también hay secundarios imprescindibles para que el argumento tenga sentido. La intriga  y el juego se mantiene entre todos los personajes, algo que  nos va a ir llevando por donde el autor quiere. Un elenco de personajes que no es muy amplio pero sí son muy distintos entre ellos. Hay una cosa buena y es que la historia no queda sesgada solo por el punto de vista del protagonista, también conocemos al resto, al menos hasta donde el autor ha querido que conozcamos.

Aunque quizás a primera vista no sea lo que más nos llame la atención, me ha parecido ver que Juan Gómez-Jurado ha querido poner de manifiesto la importancia que tiene en nuestras vidas la familia y las decisiones que tomamos en torno a ella, ya sea sin darnos cuenta, de manera forzada, porque no tengamos más remedio, o simplemente porque creemos que son las mejores que podemos tomar, y muchas serán las veces que nos planteemos el dilema de si han sido las mejores que podíamos adoptar.

Para los que ya están familiarizados con el estilo directo, sencillo y claro, no hay nada novedoso. Es una novela trepidante, adictiva, que engancha, con una intriga que no decae, buen final y giros dosificados y continuos, ni más ni menos que lo que buscamos en este escritor. Personalmente la recomiendo antes o después de cualquier otro libro de Gómez Jurado, se lee de manera independiente, aunque tal como dije al principio, mejor hacerlo en el orden en el que salieron al mercado. Os gustará.

“La vida es una sucesión de lecciones que hay que vivir para poder entender”.