En ocasiones elijo alguna novela negra para
que no se me olvide lo mucho que me gustan; suelen distraerme en los momentos
más cargados de mi día a día y aunque no son inolvidables, sí que te ayudan a “olvidar”.
Michael Fitzgerald es conductor de camiones de larga distancia y en uno de sus descansos entre viajes se encuentra en un supermercado cuando su vecina le avisa de que hay una fuga de agua en su apartamento. Cuando llega allí se encuentra la casa inundada y los grifos abiertos, cosa que le sorprende ya que no recuerda haberlos dejado así; pero su sorpresa es aún mayor cuando encuentra el cadáver de una desconocida en su bañera. Impactado y sin saber muy bien qué hacer, llama a su confidente, su hermana Megan y le cuenta lo ocurrido. Después se pone en contacto con la policía que se presenta en su casa con el detective Dobbs al frente quien, a pesar de las negativas de Michael, no cree que él no haya cometido el crimen. Una pluma de gorrión colocada junto al cuerpo de la víctima hará que salten todas las alarmas y que la agente federal Gimble se una a Dobbs para intentar resolver el crimen.
Es una historia
de comienzo impactante, compleja tan compleja que a veces puede resultar
confusa. Una trama llena de pistas falsas, giros inesperados, acción a raudales
que no nos dará un respiro y requerirá nuestra máxima atención para no
perdernos un solo detalle de lo que está pasando porque, si lo hacemos, los que
estaremos perdidos seremos nosotros. Muchos personajes, numerosos lugares para
visitar con ellos, crímenes, persecuciones, mentiras y medias verdades que nos
atraparán desde el principio. Si habéis leído la trilogía de El cuarto mono
sabéis de lo que os hablo porque esta novela lleva el sello de la casa, del
fantástico Barker.
La novela se
divide en siete partes que se corresponden con los lugares en los que se va
desarrollando la trama principal, a saber: Los Ángeles, Needles, Flagstaff, San
Luis, Ashtabula e Ithaca. En el mapa de más abajo están marcados y como podéis
observar vamos a recorrer Estados Unidos de costa a costa y ya os digo que va a
ser un viaje escalofriante.
La narración se
lleva a cabo por tres narradores distintos, lo que nos ayudará a ver la
historia desde distintas perspectivas. Por un lado, en los capítulos que llevan
su nombre, será el propio Michael quien nos relate las experiencias que vive
cercado por la policía y sin saber cómo o por qué se encuentra inmerso en esa
pesadilla. Por otro lado y a través de una declaración escrita para la policía
es Megan, la hermana de Michael, la que nos contará cómo está viviendo los
hechos y también arrojará luz sobre su pasado y el de su hermano. Y, finalmente,
será un narrador omnisciente quien se encargue de llevar el peso de narrar la
investigación policial en los capítulos dedicados a Dobbs y Gimble.
En cualquier
caso cuenta con una narración muy ágil que engancha desde el primer momento
combinando a la perfección los giros argumentales y la acción del relato.
A pesar de
estar escrito por dos autores, no los conozco tanto como para diferenciar
aquello que es de cada uno, los cambios son inapreciables.
Abundancia de
diálogos con un lenguaje sencillo y certero. Estructurado en capítulos cortos y
de ritmo imparable en los que el peso narrativo cambia de un personaje a otro
en la voz de un narrador en tercera persona para la parte policial y en primera
persona para el caso de Michael y Megan, en cuyo caso utilizan el narrador en
primera persona, son la base de una novela que prácticamente vuela en las manos
mientras que acompañamos a los personajes en una persecución sin tregua durante
la cual se va construyendo una
intrincada trama que las distintas voces narrativas van armando aportando cada
cual su visión y conocimiento de los hechos.
Si tuviera que
ponerle un "pero" a la novela sería su final. Después de dejarnos
exhaustos de tanto aventurar y cuando pensamos que ya lo sabemos todo, los
autores se marcan un epílogo en el que nos desbaratan otra vez todas nuestras
certezas y, personalmente, me ha dejado con alguna que otra duda; aun así no
desmerece para nada todo lo expuesto hasta llegar a él.
En definitiva, 'Los Crímenes de la Carretera' es una novela que recomiendo a todo fan de los thrillers
psicológicos bien asentados y desarrollados y con giros de trama que sorprenden
paso a paso. Es imposible ir un paso por delante de los autores, adivinar cuál
será el siguiente paso y llegar al fondo del asunto antes de que se desvele en
sus páginas. Y cuando una novela del género logra dejarte en un callejón sin
salida constante, es que sus autores han hecho un trabajo formidable. Un
thriller psicológico adictivo, cautivante y emocionante.
“El
miedo no siempre es malo, a veces funciona como advertencia”.
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