martes, 6 de abril de 2021

Los crímenes de la carretera, J.D Barker y James Patterson

En ocasiones elijo alguna novela negra para que no se me olvide lo mucho que me gustan; suelen distraerme en los momentos más cargados de mi día a día y aunque no son inolvidables, sí que te ayudan a “olvidar”.

Michael Fitzgerald es conductor de camiones de larga distancia y en uno de sus descansos entre viajes se encuentra en un supermercado cuando su vecina le avisa de que hay una fuga de agua en su apartamento. Cuando llega allí se encuentra la casa inundada y los grifos abiertos, cosa que le sorprende ya que no recuerda haberlos dejado así; pero su sorpresa es aún mayor cuando encuentra el cadáver de una desconocida en su bañera. Impactado y sin saber muy bien qué hacer, llama a su confidente, su hermana Megan y le cuenta lo ocurrido. Después se pone en contacto con la policía que se presenta en su casa con el detective Dobbs al frente quien, a pesar de las  negativas de Michael, no cree que él no haya cometido el crimen. Una pluma de gorrión colocada junto al cuerpo de la víctima hará que salten todas las alarmas y que la agente federal Gimble se una a Dobbs para intentar resolver el crimen. 

Es una historia de comienzo impactante, compleja tan compleja que a veces puede resultar confusa. Una trama llena de pistas falsas, giros inesperados, acción a raudales que no  nos dará un respiro y requerirá nuestra máxima atención para no perdernos un solo detalle de lo que está pasando porque, si lo hacemos, los que estaremos perdidos seremos nosotros. Muchos personajes, numerosos lugares para visitar con ellos, crímenes, persecuciones, mentiras y medias verdades que nos atraparán desde el principio. Si habéis leído la trilogía de El cuarto mono sabéis de lo que os hablo porque esta novela lleva el sello de la casa, del fantástico Barker.
La novela se divide en siete partes que se corresponden con los lugares en los que se va desarrollando la trama principal, a saber: Los Ángeles, Needles, Flagstaff, San Luis, Ashtabula e Ithaca. En el mapa de más abajo están marcados y como podéis observar vamos a recorrer Estados Unidos de costa a costa y ya os digo que va a ser un viaje escalofriante. 
La narración se lleva a cabo por tres narradores distintos, lo que nos ayudará a ver la historia desde distintas perspectivas. Por un lado, en los capítulos que llevan su nombre, será el propio Michael quien nos relate las experiencias que vive cercado por la policía y sin saber cómo o por qué se encuentra inmerso en esa pesadilla. Por otro lado y a través de una declaración escrita para la policía es Megan, la hermana de Michael, la que nos contará cómo está viviendo los hechos y también arrojará luz sobre su pasado y el de su hermano. Y, finalmente, será un narrador omnisciente quien se encargue de llevar el peso de narrar la investigación policial en los capítulos dedicados a Dobbs y Gimble.
En cualquier caso cuenta con una narración muy ágil que engancha desde el primer momento combinando a la perfección los giros argumentales y la acción del relato. 
A pesar de estar escrito por dos autores, no los conozco tanto como para diferenciar aquello que es de cada uno, los cambios son inapreciables.
Abundancia de diálogos con un lenguaje sencillo y certero. Estructurado en capítulos cortos y de ritmo imparable en los que el peso narrativo cambia de un personaje a otro en la voz de un narrador en tercera persona para la parte policial y en primera persona para el caso de Michael y Megan, en cuyo caso utilizan el narrador en primera persona, son la base de una novela que prácticamente vuela en las manos mientras que acompañamos a los personajes en una persecución sin tregua durante la cual se va construyendo una intrincada trama que las distintas voces narrativas van armando aportando cada cual su visión y conocimiento de los hechos.
Si tuviera que ponerle un "pero" a la novela sería su final. Después de dejarnos exhaustos de tanto aventurar y cuando pensamos que ya lo sabemos todo, los autores se marcan un epílogo en el que nos desbaratan otra vez todas nuestras certezas y, personalmente, me ha dejado con alguna que otra duda; aun así no desmerece para nada todo lo expuesto hasta llegar a él. 
En definitiva, 'Los Crímenes de la Carretera' es una novela que recomiendo a todo fan de los thrillers psicológicos bien asentados y desarrollados y con giros de trama que sorprenden paso a paso. Es imposible ir un paso por delante de los autores, adivinar cuál será el siguiente paso y llegar al fondo del asunto antes de que se desvele en sus páginas. Y cuando una novela del género logra dejarte en un callejón sin salida constante, es que sus autores han hecho un trabajo formidable. Un thriller psicológico adictivo, cautivante y emocionante.
“El miedo no siempre es malo, a veces funciona como advertencia”.

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