jueves, 25 de octubre de 2012

El tango de la guardia vieja, Arturo Pérez Reverte

Tengo yo una amiga que le tiene una rabia a Pérez Reverte que en su ceguera no me deja nunca comentarle los libros que he leído de él, de manera que siempre me quedo con las ganas de darle la razón en aquello que la lleva y defender a Arturo en todo lo que creo que sabe hacer muy, pero que muy bien.
Espero que tenga a bien leer la reseña que a continuación voy a contar acerca de una de las novelas mejores escritas del creador del “Capitán Alatriste”. 
Soy una seguidora del autor pero es cierto que en ocasiones me ha costado “Dios y ayuda” terminar alguna novela por su carga descriptiva y porque cuando la acabas te das cuenta de lo inculta que eres en el ajedrez, en pintura flamenca, en esgrima, en narcotraficantes, cartas de navegación, independentistas madrileños y cualquier otra especialidad elegida como trama de sus novelas... Debido a mi persistencia y sabiendo que me iba a llevar una auténtica “lección de baile” me arriesgué con lo del tango y volví a las andadas con Arturo con la esperanza de salir convertida en una “bailarina porteña” de las del Buenos Aires de toda la vida. Acerté y ahora os cuento mis razones.
El tango de la guardia vieja” decía yo cuando me preguntaban por él, es una novela de amor, intriga, espionaje, erotismo, sensualidad, sexualidad, misterios y traiciones; lo tiene todo para engancharte, pero lo mejor es que sin verlo, te haces una idea del tango por la calidad y detallismo con el que el tío describe cada movimiento que hace la pareja cuando baila... eso sólo lo puede hacer Reverte.
Como ahora tengo la oportunidad de explicar algo más, os digo que a lo largo de quinientas páginas desarrolla un argumento con los rasgos anteriormente expuestos, en una ambientación genialmente diseñada, con un espacio cronológico centrado en el siglo XX (40 años), momentos históricos potentes como La Guerra Civil Española, los Felices Años 20 y el Período de Entreguerras; documentado fiablemente por el novelista; una escenografía que roza la perfección visual aunque no se pueda contemplar si no es a través de sus palabras, tres grandes marcos físicos: Buenos Aires, Niza y Nápoles. Galería de personajes encabezada por los protagonistas y bailarines, Max y Mecha, y un comienzo y final digno de “traca”.
Novela basada en un ritmo de idas y venidas del pasado al presente, de encuentros, despedidas y reencuentros asistiendo a lo largo de la misma a la evolución de todos los personajes tanto en sus actos y experiencias como en edad. Destaca la destreza a la hora de hacernos llegar gestos, miradas, vestuario, el caminar, el bailar, la belleza femenina, los colores o el paisaje; acabas sintiendo que en lugar de leer presencias el pasar de una una película delante de tus ojos, las letras cobran vida y son contempladas como escenas vivientes.
Toda la novela mantiene al lector con un ritmo adecuado, nada violento ayudado por un vocabulario sencillo a excepción de alguna terminología propia de Argentina y del ambiente que gira alrededor del tango como fenómeno social y marginal. No es exclusiva de ningún público versado en la materia. Lo más llamativo para mí ha sido la introducción del tema del ajedrez que representan la quietud en estado puro, frente a la dinámica de los movimientos del tango; interesante dicotomía sabiamente mezclada en la novela. Lo mejor es sin duda los momentos en los que los bailarines ejecutan esta modalidad tan sensual y erótica que conlleva el tango, al menos yo estaba como el abuelo de Manolito gafotas, dispuesta a salir “por patas bailando”; en serio es alucinante como se disfrutan esos pasajes y el deseo de avanzar en la novela con la esperanza de volver a leerlos.
Un final acorde con la novela y yo me atrevería a catalogarlo de “elegante” sin apartarse de la personalidad del bailarín. Ya no cuento más, espero que seáis algo más receptivos que mi amiga Reyes.

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”.

sábado, 20 de octubre de 2012

La delicadeza, David Foenkinos

La Delicadeza es uno de esos libros que sorprendentemente todo el mundo en el momento en el que deseas recomendarlo ya ha leído. Tienes la sensación de ser él quien te busca y encuentra para aliviar un momento concreto de la vida. En lo referente a mi, apareció para consolarme de un año muy duro, con experiencias que te marcan para siempre y que desgraciadamente has tenido que vivir sin haberlo podido evitar.
Es una novela de una sencillez abrumadora que cuenta una historia que le puede pasar a cualquiera, es realidad en estado puro, cada pasaje del libro te es familiar, se podría decir que parece “escrito para la ocasión”.
Al igual que la protagonista, Nathalie, nuestras vidas pasan de ser afortunadas a desafortunadas en décimas de segundos. Cuando hice el comentario lo inauguré con estas palabras: “La vida tiene puertas que la alegría abre, y la muerte puños para llamar a ellas. Si no abres, insiste y en último extremo entra sin permiso, se cuela.... en ese instante, todo cambia y sus efectos son devastadores”. Cuando se escribe esto, es reflejo de un año desgraciado en todos los sentidos; grandes e irreparables pérdidas de amigos y seres queridos llegaron a mi vida abandonándome demasiado pronto y sumiéndome en un mar de dolor y confusión... un auténtico tsunami de emociones, rabia y desconsuelo.
La historia de Natahalie, aunque terrible en sus inicios, se convierte en una lección de superación, de esperanza, de fórmulas para enfrentarse al pasado y prepararse para el futuro... es el bálsamo de “la segunda oportunidad”, es la demostración de la capacidad para “reinventarse” incluso desde los umbrales de la amargura, para alcanzar nuevamente la alegría que un día se marchó sin avisar.
El autor confecciona una magistral obra de “rescate” donde Nathalie se deja llevar y con soberbia ternura y elegancia, aborda el cruel drama de la muerte, descargándola de las connotaciones de angustia de las primeras páginas, para llevarnos dulce y melodiosamente, al sosiego y la paz con la que termina esta genial obra de arte.
No he encontrado a nadie a quien haya dejado indiferente "La Delicadeza" o no le esté agradecido al autor, a su relato y al sentido extraído del placer de haberlo leído. Simplemente grandiosa, inolvidable y conmovedora.

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... por eso, canta, ríe, disfruta, comparte tus buenos ratos, ama sin medida y vive intensamente cada momento de la misma, antes que el telón baje y la obra finalice”.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Las voces del Pamano, Jaume Cabré

Las voces del Pamano llegó a mi atraída por ese tipo de fotografía antigua de un grupo de niños que te hacen pensar lo afortunada que fue nuestra niñez y lo diferente que debió de ser la de los que con una sonrisa posan ante el objetivo que los inmortalizó.
Estando los niños de “por medio”, maestros o maestras “a la vista”; efectivamente, esa figura que tan importante resulta en los inicios de nuestras vidas son los protagonistas de una novela que no deja indiferente a nadie.
Su argumento contado en pocas palabras puede hacernos creer que la novela será una más de las que tienen el tema de La Guerra Civil como fondo, pero el pasado y el presente se entrelazan magistralmente gracias a los personajes que la protagonizan.
En una antigua escuela en ruinas a punto de ser demolida, Tina, una joven profesora encuentra tras la pizarra un cuaderno escolar de Oriol, el maestro que lo escribió sesenta años antes. A partir de la lectura del mismo y la curiosidad por lo allí contado, la adentrará en la memoria de esos valles e irá desvelando las piezas de una historia de maquis, falangistas y héroes anónimos que nunca fueron reconocidos y siempre enjuiciados.
Paralelamente Tina debe hacer frente a los acontecimientos de su propia vida, la salud, la inestabilidad familiar, la sociedad, los miedos y el incansable propósito de otorgar la robada dignidad de quien lo dió todo por nada.
Tiene un ritmo extraordinario, se combinan distintas tramas que al final se enredan entre sí,nos pasea del presente al pasado sin cambios bruscos y nos aporta un retrato despiadado de la sociedad de estos últimos setenta años. No sabría distinguir que personaje tiene más fuerza, si Oriol con su testimonio que representa la memoria histórica o Tina que refleja la fragilidad de un presente incierto, llenos de desafíos y soledades.
Extraordinariamente bien escrita, apta para todas los gustos porque la “historia” supera las barreras ideológicas.

No hay un medicamento que cure el dolor del alma, sólo hay un anestésico llamado tiempo que te enseña a no sentir dolor, aunque la herida perdure”.

martes, 2 de octubre de 2012

Misión olvido, María Dueñas

Sin que sirva de precedente y como algo excepcional voy a contar la sinopsis de la segunda obra de María Dueñas.
La profesora Blanca Perea acepta una beca en la universidad Santa Cecilia de California para huir de un fracaso matrimonial que la ha sumido en una profunda crisis personal. Allí tendrá que catalogar el legado del hispanista fallecido Andrés Fontana. A medida que avanza en su trabajo, ayudada por su colega americano Daniel Cartel, Blanca se verá inmersa en un entramado de intrigas y secretos ocultos para intentar entender las historias que esconden los papeles del misterioso legado.
En total quinientas doce páginas de un relato que desarrolla una historia dentro de otras historias; de la vida de la protagonista que la narra en primera persona y de otros dos personajes más que se van perfilando a medida que transcurren los hechos. No responde para nada al modelo de su anterior libro, ni en argumento ni en contenido y tal vez la odiosa manía de comparar sea la causa de la profunda decepción que sentí al leerla. Mis expectativas eran apremiantes, la autora era una garantía difícil de cuestionar, pero desde las primeras páginas me pareció un culebrón o telenovela escrita con sus ingredientes definidos y encasillados; mujer con fracaso matrimonial por engaño, huida de la realidad, conoce a hombre encantador, proyecto a compartir, aventura que me dará lo que busco...
El lenguaje es asequible, sencillez en la estructura, diálogos que la hacen dinámica; pero personalmente no me sorprendió en nada, le falta ritmo, intriga, sorpresas, aventuras, curiosidades. Existe una moraleja acertada tras su lectura, hay que apostar por las segundas oportunidades, por la superación de las crisis personales y el desafío de reinventarnos.
Recuerdo que el libro llegó a plantearme si de verdad lo había escrito ella, porque hay autores que cambian radicalmente de tramas y argumentos y no pierden calidad literaria y en Misión Olvido no encontré rasgos que me justificaran que es de la misma escritora que había recreado y escrito su “Tiempo entre costuras”. Tristemente no se la he recomendado a nadie y aquellos que la han leído han coincidido en mi visión de la novela. Aún así jamás dejaría que un libro poco acertado cayera en el más injusto de los “olvidos”.

A veces hay q elevarse por encima de la vida cotidiana para hacerse preguntas esenciales y vivir experiencias inolvidables”.