lunes, 27 de abril de 2020

Fuera de si ,Sasha Marianna Salzmann


“Fuera de si”, ha sido de las lecturas más serias e impactantes de cuantas he abordado en esta larga e interminable etapa de confinamiento por la pandemia mundial. Me llegó a través de un club de lectura que daba buenas críticas de una de las novelas de la dramaturga alemana Sasha Marianna Salzmann, autora desconocida hasta el momento, de manera que tras leer la sinopsis decidí que estaría bien abandonar mis novelas de “muertitos” y saborear algo diferente.

“Los gemelos Alissa y Antón nacen en el Moscú postsoviético. Transcurridos pocos años, su familia emigra a Alemania, donde crecen, estudian y empiezan la universidad. Entonces, Antón desaparece y el único y último rastro de él procede de una postal de Estambul. Alissa se dirige allí en busca de su hermano pero, también, de sí misma. En una ciudad impregnada de cambios políticos y sociales, la búsqueda de Alissa se convertirá en un viaje de conexión y pertenencia.

Confieso que el principio resultó fácil y consiguió secuestrar mi atención, pero igualmente confieso que tras las 50 primeras páginas, tuve que buscar información acerca de la autora y la novela porque me resultaba costoso seguirla y me perdía por momentos, peligrando el desafío de terminarla.
Si os tuviera que vender la novela os diría que narra la historia de cuatro generaciones de una familia de raíces judías a través de su protagonista principal, Alisa, que junto a ella los personajes que la acompañan vivieron dispersos por diferentes países principalmente Rusia y Alemania, de los que vamos conociendo sus personalidades a medida que avanza el relato.
Nuestro papel como lectores, es seguir la historia lineal de las biografías de ocho personajes: bisabuelos, abuelos, padres e hijos, que van contando su andadura a través de un siglo que nos regaló exterminios, persecuciones, emigraciones, refugiados políticos y dos guerras mundiales. Ali en este caso, representa el acceso a la cuarta generación, y es ella la que soporta desde las primeras páginas el legado de las experiencias vividas por sus antepasados. Su papel de bisnieta, le permite observar y analizar la herencia recibida de las generaciones anteriores. Se considera receptora de un baúl de genes y recuerdos que forman parte de su esencia.
Menos mal que la autora ha tenido el gesto de poner un cuadro de personajes al inicio del libro, no son más de una docena, pero eso ha facilitado recurrir a esta “chuleta” cuando reconocer abuelos, bisabuelos y otros parientes se convirtió en una misión imposible. Personajes de una construcción brutal a los que vemos evolucionar con coherencia y equilibrio.
Respecto a la estructura, está dividida en capítulos dedicados a cada uno de ellos o a las parejas formadas por los miembros de esta saga, algo que podría parecer una oportunidad a la hora de aclarar lo leído, pero que no restaba complejidad a la lectura, tan confusa por momentos que se hacía inevitable reforzar la atención.
Es inevitable leerlo línea a línea para ir dando cuerpo a la historia, me recordó a “Cien años de soledad”de Gabriel García Márquez, pero en lugar de ese realismo mágico con el que estoy familiarizada, me he tenido que enfrentar al expresionismo alemán y francamente me quedo con el primero.
Es una novela feminista que investiga la búsqueda de identidad, especialmente de los más débiles y de las mujeres, un relato muy conmovedor y emocionante que se suaviza con la ambientación por ciudades como Moscú y Estambul lugares en los que suceden muchos de los acontecimientos descritos. Los temas de pertenencia a un grupo religioso, una familia y el amor incondicional favorecen la construcción de la novela.
Retrata muy bien algunos pasajes de las desventuras intrafamiliares de esta “tribu” en el contexto histórico de la Rusia postsoviética. Familias que vivieron extrañas circunstancias en el siglo pasado. Catalogada de obra de autoficción en la que es difícil aislar lo real de lo ficticio, al parecer hay muchos recuerdos de la autora que han sido reflejados en estas páginas.
En lo referente al lenguaje es asequible, fácil de seguir, con el detalle de que la Salzmann introduce a menudo cortas expresiones en turco o en cirílico, incrustadas en el texto, que dan una percepción muy visual del desconcierto que produce tener dos lenguas maternas o cuasi maternas. Hay que tener en cuenta que ella vivió en Volgogrado hasta los diez años y que se escolarizó después en Berlín.
La he terminado y mis impresiones son buenas, es una lectura diferente muy bien escrita, que es una humilde opinión de lectora lo que he ido comentando y que sin duda recomiendo. Os gustará.

“Nunca debemos perder aquello que nos hace único”.

jueves, 23 de abril de 2020

Progenie, Susana Martín Gijón


“Progenie” era un título que se plantaba ante mis ojos cada vez que me arrimaba a los escaparates de las librerías. Con ese patito de goma en la portada, no han sido pocas las veces que he leído la sinopsis, tantas que la única intención era acabar de convencerme de que iba a ser una gran elección. Tras haberla leído puedo decir que es la lectura de “confinamiento” por excelencia y de seguir mucho tiempo en esta situación, tendré que dar este calificativo a más de una de las lecturas elegidas durante este largo periodo de encierro y aislamiento social.

“Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtre un dato aún más perturbador: el homicida introdujo un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvele que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comiencen a sucederse, Camino comprenderá que se halla ante el caso más duro de su carrera”.
Como ya digo, me parece una lectura perfecta para estos días, al menos para quienes necesitemos entretenernos y evadirnos un poco de la vorágine informativa con una novela policíaca amena pero poco más, correctamente escrita, que sigue las convenciones y tópicos del género, con personajes reconocibles escasamente interesantes como para tener una continuidad, con cierto trasfondo social, que resulta entretenida pero sin aportar novedades o destacar entre otras novelas similares en argumento y desarrollo.
La novela se estructura en cuatro partes y un epílogo. Al inicio de cada una de estas partes encontramos un par de páginas en cursiva que nos hablan de una pareja, María Jesús y Soraya, aunque no sabremos hasta muy avanzada la historia qué parte jugarán en esta. Además, cada una de las partes se divide en 112 capítulos cortos relatados por un narrador omnisciente en tiempo presente, un lenguaje sencillo y abundantes diálogos. El ritmo de esta novela decae aunque pueda parecer acelerado, no es frenético como encontramos en otras novelas del género y la ambientación en Sevilla es muy escasa, apenas se nombran algunos lugares de la capital hispalense, es una oportunidad perdida para haber hecho de esta ciudad la auténtica protagonista de la novela.
En cuanto a la trama es muy simple: alguien está asesinando mujeres embarazadas y se inicia una investigación policial para detenerlo. En cuanto al misterio, que la autora concentre las investigaciones en torno a un reducido grupo de personajes limita mucho las posibilidades, lo que convierte en demasiado previsible descubrir quién ha cometido los asesinatos bastante antes que la policía, lo que le quita parte de interés e intriga sin giros narrativos ni sorpresas. Todo ello delata un ritmo excesivamente lento que llega a “meter prisas” a las páginas, no hay muchos cambios de escenarios ni personajes que te permitan “emociones” deseadas. No es un thriller, ni por tiempo ni por ritmo ni por nada. Es una novela policíaca como hay miles, porque tampoco considero que sea una novela negra.
Respecto a la trama, cuenta con una temática sobre la que pivota la novela que es la reproducción asistida, Susana ha querido acompañarla de un repertorio de temas de actualidad que van desde el machismo, maternidad, violencia de género, homosexualidad, custodias compartidas en las separaciones, conciliación de la vida laboral y la personal, las mujeres en la policía y todos estos temas a la vez, no acaban de ser tratados con profundidad, dando la sensación de haber querido abarcar demasiado para flojear en todos un poco.
Los personajes son uno de los puntos débiles de la novela, escasos y demasiados individualizados, la mayoría clichés repetidos que nos recuerdan a otras novelas del género. No evolucionan a lo largo de la novela sino que se quedan anclados a lo que eran en  un principio y se limitan a avanzar con los acontecimientos. Son personajes que no me han conquistado, no han sido capaces de transmitirme ningún sentimiento aparte del hartazgo que han provocado en mí muchos de sus diálogos plagados de soflamas feministas, ha llegado a hartarme. No sé qué pretendía la autora con ellos pero lo cierto es que ha abusado de los mismos y eso no me ha parecido acertado.
En cuanto a la resolución del caso, encuentro demasiadas casualidades, muy  previsible incluso ocultándonos información he conseguido saber quién era, lo que supone llegar al final algo desencantada.
Hay una cuestión que no es habitual en mis reseñas pero que en esta ocasión no voy a dejar pasar, me refiero a  la corrección y los fallos de edición. Faltas de ortografías, detalles como que el coche que conduce uno en una escena, lo acaba aparcando el otro al llegar al destino, o que Teresa lleva más años en el cuerpo de la Policía que lo que hace que ingresaron las mujeres, o que las escenas se resuelvan en tiempos poco reales…, vamos algo de guion de película de Antena 3 un sábado de invierno cerrado.
¿Recomiendo su lectura? Sí, si lo que buscáis es una novela para desconectar como decía antes, que tampoco es que esté mal escrita, que el estilo es aceptable y ameno y garantiza entretenimiento, entonces seguro que os gustará.
“El corazón de una madre es un abismo en cuyo fondo siempre se encuentra un perdón”.

lunes, 20 de abril de 2020

El abrazo del monstruo, Félix J. Palma


Reconozco que este libro lo he hecho esperar más de un año, leía una y otra vez su sinopsis y me atraía poderosamente, luego me detenía en el número de páginas y me echaba atrás, como si fuera el primero que abordaba con más de setecientas páginas…y así mes tras mes.
En estos días de confinamiento obligado que me están dando la oportunidad de contar con tanto tiempo, por fin “El abrazo del monstruo” ha tenido su oportunidad y me alegro de ello. Creo que ha sido el momento justo y adecuado para esta lectura trepidante en la que la mezcla de terror, intriga y suspense me han proporcionado tardes de entretenimiento y placer.

“Diego Arce es un reconocido escritor de novelas de misterio que no atraviesa su mejor momento. Desde la publicación de su primera novela, que lo catapultó a la fama, no ha conseguido reproducir el mismo logro y, después de muchas presiones y de otros tantos fracasos literarios, accede a los ruegos de su editor para resucitar en una nueva entrega al personaje al que debe su éxito: un psicópata apodado «el Monstruo» que secuestraba a niñas en la Barcelona modernista.
Pero una noche, mientras Diego y su mujer asisten a una fiesta, alguien decide llevar la ficción a la realidad y revivir al Monstruo secuestrando a la hija de Diego, Ariadna, de siete años, y en un juego macabro, proponer a Diego tres pruebas que deberá superar en directo a través de internet, si quiere recuperar a su hija. Comienza así una terrible carrera en doble dirección para descubrir quién está detrás del secuestro. Al mismo tiempo que debe demostrar al mundo hasta dónde es capaz de llegar para salvar a su hija, Diego también tendrá que reconstruir su vida, con la ayuda de su mujer y del inspector Gerard Rocamora, para descubrir en su pasado quién puede desearle tanto mal”.

Estamos ante una novela total, con componentes de intriga, fantasía, amor, metaliteratura y hasta terror, con toques a lo Stephen King, a quien homenajea en sus páginas. Aunque el argumento nos resulte familiar puesto que no es demasiado novedoso, al final el resultado ha sido bastante bueno.
Es la historia siniestra que cuenta las peripecias y avatares de la vida del escritor Diego Arce, porque toda la novela está escrita a través de sus intereses y todo el material está jerarquizado en función de la repercusión que tenga en él y en el secuestro de su hija. La novela nos pregunta ¿qué seríamos capaces de hacer por salvar a nuestros hijos?. ¿Ustedes lo saben? ¿De verdad?.
Esta pregunta plantea un desafío para todos los lectores y nos introduce en el libro con la finalidad de no perderla de referente a lo largo de la historia. Provoca sin duda un despegue trepidante, macabro e imparable, con un ritmo intenso que no decae en ningún momento del relato. Una historia sobre los terrores y fantasmas de la infancia y como se proyectan en nuestra vida a pesar de ser adultos.
La novela contiene dos en una, porque se narra en dos planos distintos: por un lado, la Barcelona actual, la mayor parte del tiempo, pero también la Barcelona modernista de la segunda década del siglo XX. Su destreza para describir a la perfección estos escenarios del pasado es absoluta. Aires de novela gótica con una belleza espectacular. A medida que avanzamos iremos descubriendo poco a poco a los personajes, las tramas principales y las sub tramas que nacen alrededor del tema del secuestro, que como curiosidad decir que no absorbe el protagonismo del libro. Todo en una atmósfera de superación, amor y enfrentamiento a los miedos y fantasmas más profundos.
Es algo más que una novela negra. Además de encontrar los elementos que la definen como parte de este género, igualmente hay una investigación policial, ficción, misterio, elementos fantásticos, fragmentos de la obra que ha escrito el protagonismo, metaliteratura y otros rasgos que no dejan lugar a duda sobre como Félix se sirve de lo que se conoce como la novela “de género” de libre creación.
Estructurada en tres partes con un epílogo que tras reflexiones y explicaciones de todo lo sucedido, cierra la novela sin quedar ningún cabo suelto y todo ello escrito con un estilo ágil, una prosa sencilla y tensa dentro de su elaborado y marcado carácter descriptivo que dibuja imágenes en la mente del lector, junto a  cuarenta capítulos cortos, escenas impactantes y tintes góticos, hacen de esta novela un thriller escrito para leer casi sin respiro que sumerge al lector en una espiral de la que no se puede ni se quiere salir.
Utiliza un narrador omnisciente que cuenta los entresijos de la historia, y Félix Palma desde el principio juega con nosotros al igual que lo hace con Diego Arce, su escritor, nos involucra en la historia hasta el punto de obligarnos a decantarnos por un claro culpable y hacernos caer en el error, secuestrando así nuestra atención hasta el final.
Es en esta estructura compleja y a la vez fácil de seguir donde se van hilvanando y cosiendo todos los frentes abiertos en la historia a modo de rompecabezas que se monta alrededor del secuestro y resolución de los retos a conseguir para la liberación de la niña.
Respecto a los personajes, un repertorio limitado de ellos que en ocasiones detestamos y en no pocas veces aceptamos. Algunos evolucionan y otros responden a clichés conocidos, pero sin duda es uno de los puntos fuertes del libro, su tridimensionalidad de todos ellos. Un minucioso trazado psicológico es la seña de identidad de los personajes principales que pasean por las páginas de la novela, llenos de matices, de luces y sombras, como cualquier ser humano. Empezando por Diego con un perfil lleno de miedos, dudoso de sí mismo y, sobre todo, arrastrando una pesada losa de la que no se puede librar.
Las relaciones que se establecen entre los pocos personajes permiten al autor profundizar en un tema tan antiguo como la literatura misma: el de la complejidad de estas relaciones, el de la oscura naturaleza de los lazos que unen a los seres humanos. Una historia de destinos que se entrecruzan suele estar cargada de secretos. Y todos los personajes de El abrazo del monstruo los tienen. Tal vez por eso nos conquistan, por sus secretos, su cobardía, su fragilidad, su verosimilitud.
Muchos son los temas que se atreve a tratar este gaditano, el azar, las relaciones familiares, la amistad, la confianza, el peso de los recuerdos, el monstruo interior que todos llevamos, las segundas oportunidades y la veracidad de los héroes y su papel en nuestras vidas.
Y es que esta novela va más allá de un simple thriller y plantea cuestiones tales como los traumas de la infancia y su peso en la edad adulta y la necesidad de afrontarlos y enfrentarnos a ellos para poder avanzar. También el mal, es otro de los grandes temas presentes a lo largo de una lectura en la que el autor consigue trasladar la asfixia y el miedo y nos hace partícipes de esa carrera contrarreloj en la que se convierte la búsqueda de Ariadna. No ha querido dejar atrás el autor el impacto de las redes sociales y el morbo de las sociedades modernas, dispuestas a ser espectadores de los más macabros y humillantes espectáculos, demostrando que lo que antes tenía cabida en otros escenarios hoy nos lo proporciona la televisión e Internet.
El libro me ha tenido muy enganchada aunque reconozco que le sobran ciertos tramos que me han obligado a leer en saltos, tal vez por las prisas de conocer el final de la investigación y conocer si mis sospechas eran acertadas. Está bien eso de haber formado parte del misterio, del entretenimiento y de la tensión del relato que en todo momento iba “in crecendo”.
Una novela que desde su inicio no te dará tregua y cuándo te quieras dar cuenta sus más de 700 páginas te parecerá que te ha durado un suspiro. Os gustará.
“El tamaño de nuestros monstruos, dependerá del miedo que le tengamos.”

jueves, 16 de abril de 2020

Tras la ventana, María de las Heras


“Tras la ventana” es el título de una novela de tarde de domingo que se lee sola. Justamente en estos días de aislamiento social y encierro preventivo, si algo podemos hacer es estar “tras la ventana”, y eso justamente es lo que hago cuando quiero recordar que la calle y el mundo que está fuera me espera y que cada día queda un poco mes para disfrutarlo. Hasta entonces, los libros me permiten llegar allí donde ni remotamente puedo llegar ahora.

“Desde la ventana se veía un enorme patio, recordaba al de la película de Hitchcock: “La ventana indiscreta”. Espiaban a vecinos y transeúntes y también imaginaban sus vidas…Aquella ventana sería el inicio de una historia llena de pasión que cambiaría su vida por siempre.

No quiero extenderme mucho en la reseña de esta novela de doscientas páginas. En las redes sociales anuncian títulos con respaldo editorial que en ocasiones me llaman la atención, es el caso de la historia de unos personajes muy de actualidad que se convierten en protagonistas de situaciones cotidianas que se salen de lo creíble.
Relato corto, entretenido, ágil que engancha desde el principio y que sin tener grandes giros argumentales, mantiene una tensión apropiada hasta el final.
Personajes bien perfilados que encarnan particulares historias de vida que se entrelazan hasta compartir un destino común.
Aunque pueda dar la impresión de que vamos a asistir al repertorio de historias de vidas ajenas, no es del todo cierto, es una narración lineal que sucede en un breve periodo de tiempo, sin saltos del presente al pasado y solamente un episodio que juega un papel relevante es el que se contempla desde esa ventana, el resto es parte de una trama que tiene lugar en diferentes ambientaciones que nos pasean en Madrid y nos hacen viajar hasta la mismísima Colombia.
Personajes desarraigadas, solitarios, con cargas afectivas e historias de familias que aportan esencia al argumento. Presencia generosa de personajes femeninos alrededor de los cuales pivota la acción. Bien caracterizados y con roles definidos que asumen hasta límites insospechados. Se empatiza con ellos, se sufre por ellos y hasta se decide por ellos.
Descripciones justas, diálogos bien dosificados, explicaciones adecuadas y un lenguaje ameno hacen de esta breve novela una lectura para todos los públicos.
Me han resultado poco creíbles algunas de las vivencias de las protagonistas, la facilidad con la que viajan por el mundo, la manera en la que resuelven situaciones legales, las escasas consecuencias de actos delictivos y lo resueltas que se muestran para que pase lo que pase a ellas todo le salga bien. Hay que poner mucho de nuestra parte para salvar esta realidad novelada e impensable. Eso junto al final tan “dulce” con el que se cierra esta historia bastante erótica y sensual me obliga a invitaros a su lectura sin más pretensiones que la de disfrutarla.
Es lo que yo diría una historia bien contada, con final feliz donde mueren los malos y se salvan los buenos. ¿Se puede pedir más?. Os gustará.

“Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana”.

martes, 14 de abril de 2020

Tierra, Eloy Moreno


En estos días de confinamiento y privación de contacto social, la compañía inestimable de los libros se hace imprescindible, es el oxígeno que durante horas mantiene la respiración de una vida a la que le faltan demasiadas emociones y que no por ello asume que lo importante es sobrevivir. “Tierra” es el título de la novela que hace referencia a nuestro planeta y aun siendo el nombre de una niña, no está exenta de invitaciones hacia la reflexión acerca de los comportamientos que como especie mantenemos con nuestros semejantes en el único espacio habitable conocido hasta ahora.

 “En el interior de una cabaña escondida en el bosque, un hombre hace una promesa a sus dos hijos: Pensad en lo que más os gustaría tener en la vida. Si acabáis este juego, os prometo que lo tendréis... Pero aquel juego nunca acabó. Treinta años después, uno de los niños ha conseguido cumplir su deseo, su hermana no. Es ahora cuando ella recibe un extraño regalo, un objeto que le va a permitir continuar el juego. Ocho personas han decidido, voluntariamente, inscribirse en un concurso que consiste en aislarse del mundo para siempre. La audiencia cree conocer todo sobre ellos, pero ni siquiera sospechan las razones por las que han tomado esa decisión. Esa misma niña, ahora periodista, debe averiguar la conexión entre el regalo y esos ocho concursantes para poder cumplir su deseo, si es que aún quiere hacerlo. La respuesta está en Islandia”.

Sinopsis algo misteriosa que no desvela con claridad la trama de la novela. Es la última producción de Eloy Moreno que llega tras “Invisible”, “El bolígrafo de gel verde”, “Lo que encontré bajo el sofá” y “El regalo”. Las he leído todas y no encuentro explicación a ello puesto que no es un escritor que me apasione, aunque he de decir que sus libros siempre me han dejado buena impresión, la justa para seguir repitiendo.
Nada más empezar su lectura comenzó la confusión, el esfuerzo para comprender el argumento y hacerme una idea de la historia se fue disipando a medida que avanzaba en la lectura y sin agobios me daba una oportunidad para disfrutarla. Es esta una novela ambientada en los tiempos que corren, aunque bien podría parecer a priori un poco futurista por la forma de enfocar algunos aspectos que relata.
El libro está narrado alternando entre el pasado y el presente, el autor narra dos historias paralelas, la de un hombre sin escrúpulos que se convierte en multimillonario tras producir programas de tele-realidad de gran éxito mundial y la de uno de sus concursos más extravagantes, en el que ocho personas son seleccionadas para crear una colonia en Marte sin posibilidad de regreso Pero como todo, siempre hay una parte mala. Y esa parte mala, se oculta, se ignora.
Es una historia de esas que hay que pararse cada cierto tiempo para procesar, porque lo que nos intenta transmitir Eloy Moreno no es más que una realidad que tenemos a nuestro alrededor. ¿Por qué no nos paramos a cuestionar las cosas que vemos? ¿Por qué nos creemos todo lo que nos ponen los medios de comunicación? Nos falta juicio, nos falta criterio propio… Y la historia de Eloy no es más que una historia ficticia que, si nos paramos a pensar, no es tan ficticia.

De hecho no es una distopía, ni un thriller, tampoco una novela negra, no llega a historia familiar, mucho menos un cuento y para nada una novela romántica.
Todos esos elementos de lo que no es, los metemos en una coctelera, los agitamos y tendremos “Tierra”. Y no hablo de puzle, porque no son piezas diferentes ensambladas, sino que están completamente mezcladas entre sí para darnos algo diferente.
“Tierra” se podría leer como una novela de intriga, en la que un par de personajes tienen que superar diferentes pruebas (muy sencillas y básicas) para resolver un misterio, que en realidad son varios, algunos más personales que otros, con raíces en el pasado. Aunque también se puede leer como una crítica a la sociedad actual (manipulación de personas mediante concursos y redes sociales…) o preocupación por el cambio climático, lo cual la dota de una finalidad y contenido, un mensaje más allá de la aventura, aunque  los temas no se traten con demasiada profundidad ni se aporten ideas originales o novedosas.
Así, la obra alterna dos historias, ambas interesantes y, en algunos aspectos, relacionadas, con William Miller, creador de varios concursos de éxito como nexo común, utilizándolas (manipulando) para resolverse, de alguna manera, mutuamente.
Una de ellas, la narración en primera persona de Nelly, que relata su vida familiar mientras se embarca, junto a su hermano, en la resolución de un “juego” propuesto por su difunto progenitor, continuación del que iniciaron en la infancia, con desenlace traumático.
Igualmente desastrosa es la otra historia, centrada en el relato de lo que sucedió en un concurso años atrás, cuyo anunciado dramático final se va desarrollando sin prisa (a veces con detalles irrelevantes, innecesarios), en tercera persona, lo que el autor utiliza para la mencionada crítica a la manipulación de todo tipo (emocional) mediante las redes sociales, las mentiras que se quieren creer, la adicción a ciertas tramas sin importar si son reales, etc...
Los relatos funcionan muy bien, ambos son interesantes, la información es constante, creando nuevas intrigas y ganas de saber qué es lo que pasó, en un caso, y lo que va a pasar, en el otro. La alternancia entre ambas tramas es lo suficiente ágil y equilibrada como para no perder el hilo de lo que va ocurriendo, ni el interés por ninguna de ellas.
Eloy se caracteriza por su forma de escribir: capítulos muy cortos, intercalando distintas historias, intriga, cambios de escenas inesperados, saltos temporales y mezcla de tiempos verbales, junto a una ambientación muy lograda gracias a las descripciones de paisajes y entornos de esa parte helada del planeta.
Respecto a los personajes, la novela esta sobrada de “actores” nunca mejor dicho. Los dos protagonistas son hermanos, Nel y Alan, los hijos del magnate de la televisión Willian Miller. Ellos eliminaron su vínculo y ahora se encuentran ante alguien que es casi un desconocido. La situación les obliga a buscarse, a recordar más cosas de la niñez y a reconstruir los lazos que había entre ellos.
Eloy confiesa que les pone motes a algunos porque así es más fácil que quien lo lea los recuerde que con sus nombres de verdad, una licencia original de este joven informático dedicado al arte de la escritura. Evidentemente no es una novela en la que el autor se entretenga en exceso a penetrar en las psicologías de los personajes, pero sí que están perfilados con lo suficiente para que resulten creíbles cada uno en sus peculiaridades y secretos que poco a poco iremos desvelando.
Me ha gustado el recurso de ir anticipando en muchos momentos cómo va a complicarse la situación para tal o cual personaje, eso ha generado curiosidad, tensión e interés por acabar la lectura.
Aunque pueda parecer una novela compleja, en el fondo destaca por su sencillez narrativa propia de sus anteriores historias, bien planificada y estructurada, y muy entretenida, de esas que crean “adicción” y resulta difícil abandonar, con el aliciente de intentar transmitir un mensaje y critica más allá de la aventura o la resolución del misterio.
“Tierra” es una novela emotiva y reflexiva que profundiza en las relaciones humanas, que nos alerta de la dictadura del “ahora”, de la delgada línea entre la verdad y la mentira, del impacto de los realitys trucados, del deterioro de la sociedad en la que vivimos, el poder de las cadenas televisivas y las relaciones entre padres e hijos, pero también entre hermanos. Con todo esto, el autor va haciendo partícipe al lector como espectador activo en una historia que no decae a pesar de lo previsible del desenlace.
Tuve algunas dudas acerca de la reseña que iba a escribir sobre “Tierra”, al sopesar todos los factores reconozco que me ha gustado a pesar de ciertos ratitos de aburrimiento por lo repetitivo de conceptos y datos que ya se sabían desde el inicio del relato. La manera en la que aborda el tema del ecologismo y el planteamiento como lectura para todos los públicos, ha hecho que me decantara por hablar bien de este libro. No hay que perder como referente el estilo y las intenciones del autor y como curiosidad os comento que el lanzamiento de “Tierra” la editorial tenía en mente un concurso en las redes por el que se regalaba un viaje para dos personas a Islandia, promocionando el libro a modo de guía. Os gustará.

“La Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella.”

lunes, 13 de abril de 2020

La chica de nieve, Javier Castillo


Por el número de reseñas que hago de este autor, no creo que quede duda de mi afición por sus novelas. Realmente la elección viene condicionada por la necesidad de buscar lecturas ágiles que no me comprometan mucho y especialmente entretenidas; las anteriores entregas de Javier Castillo cumplían estos requisitos de manera que en esta ocasión “La chica de la nieve” ha sido la elegida, curiosamente he disfrutado mucho más que “Todo lo que sucedió con Miranda Huff” aunque en general todas son muy recomendables.
Hasta hoy no me he dejado atrás ninguna de las historias contadas por Javier Castillo, no quiero comparar entre ellas y decir cuál es mejor, ni excluir unas en favor de las otras, son diferentes y entretenidas, por lo que os la recomiendo por igual.
“El desfile más famoso del planeta.
Una niña de tres años desaparecida.
¿Dónde está Kiera Templeton?”
“Nueva York, 1998, cabalgata de Acción de Gracias. Kiera Templeton, desaparece entre la multitud. Tras una búsqueda frenética por toda la ciudad, alguien encuentra unos mechones de pelo junto a la ropa que llevaba puesta la pequeña.
En 2003, el día que Kiera habría cumplido ocho años, sus padres, Aaron y Grace Templeton, reciben en casa un extraño paquete: una cinta VHS con la grabación de un minuto de Kiera jugando en una habitación desconocida.
Tras vender más de 650.000 ejemplares de sus anteriores novelas, Javier Castillo vuelve a poner en jaque la cordura con La chica de nieve, un oscuro viaje a las profundidades de Miren Triggs, una estudiante de periodismo que inicia una investigación paralela y descubre que tanto su vida como la de Kiera están llenas de incógnitas”.

Cuando me decido por este género pretendo que la novela básicamente me enganche, me provoque la necesidad de saber más de la historia a medida que avanzan sus páginas. Que suceda esto en días de “encierro” como los que estamos viviendo es un plus al placer de la lectura.
La chica de nieve quizás no es el thriller que muchos esperan, en la línea de los anteriores. Tiene un ritmo más pausado y regular, se centra en la investigación periodística que lleva a cabo nuestra protagonista, Miren Triggs, personaje alrededor del que pivota todo el relato. Thriller simple con una trama en la que no destaca nada en especial y que no esté trillada en el mundo de las novelas de suspense, tal vez lo novedoso sea el tratamiento y los temas para construir un argumento que gira alrededor de un secuestro, pero que no es este hecho el centro de la novela.
El despegue de la novela es de un enganche total, sucede en las primeras páginas y se mantiene hasta un desenlace coherente y creíble. Tras la tensión inicial del primer capítulo, el autor va entrelazando la resolución del caso con la desesperación de unos padres destrozados y con la lucha de una joven periodista de investigación por mantener activa la búsqueda de Kiera a pesar de los años y los pocos indicios.
El formato de la novela es su gran punto fuerte: capítulos cortos, desde varios puntos de vista y contados en diversos momentos en el tiempo: pasado y presente. Así, a través de saltos temporales, vamos conociendo la historia completa de una desaparición que cambia la vida de todo aquel que se acerca a ella. Y la conocemos por boca de un narrador omnisciente, pero también a través de la voz de Miren Triggs, un personaje lleno de aristas que se convierte en la protagonista de un caso que mantiene al lector en vilo hasta el final. Es una trama cuidada y llena de giros sorprendentes, ya que en esta novela todo puede pasar.
Respecto a los temas que están presentes en la novela, sin duda el fundamental es la búsqueda de la niña desaparecida, el drama humano de unos padres que tienen que enfrentarse a esa situación para la que no hemos nacido. Ahora bien junto a esta tragedia más común de lo que desearíamos, aparecen temas de aplastante actualidad como la inseguridad ciudadana, la venganza, los medios de comunicación, la prensa sensacionalista y sin duda el gran fondo de la novela que es el periodismo y en general el mundo de las comunicaciones a la hora de tratar cuestiones tan dolorosas como la desapariciones de niños.
Estilo narrativo dentro de lo que nos tiene acostumbrados Javier Castillo, muy directo sin perderse en descripciones innecesarias, con el acierto de presentar cada capítulo con una reseña espacio temporal que nos mantenga sin despistes en las secuencias de la historia. Lenguaje sencillo y asequible, con un despliegue de recursos ya conocidos en sus novelas anteriores y un repertorio de misterios que por el tiempo invertido para resolverlos y el papel otorgado a la protagonista, nos avisan de una posible segunda o más partes.
Me han faltado giros argumentales de esos que te dejan muerta/o y la sensación de que el autor/a está jugando con nosotros. Como compensación no ha escatimado en toques de oscuridad y momentos escalofriantes en los que la maldad no pasa desapercibida.
Un libro ágil y fácil de leer con una trama que engancha de principio a fin. Muy entretenido. Ideal para estos días en los que tenemos la mente más dispersa y el cuerpo “encerrado”. Permiten las novelas de este malagueño ser leídas de manera independiente tanto por los personajes como por su temática. Os gustará.
“Las huellas de las personas que caminan juntas en la adversidad, nunca se borran”.

miércoles, 8 de abril de 2020

Todo lo que sucedió con Miranda Huff, Javier Castillo


Por el número de reseñas que hago de este autor, no creo que quede duda de mi afición por sus novelas. Realmente la elección viene condicionada por la necesidad de buscar lecturas ágiles que no me comprometan mucho y especialmente entretenidas; las anteriores entregas de Javier Castillo cumplían estos requisitos de manera que en esta ocasión “Todo lo que sucedió con Miranda Huff” ha sido la elegida, aunque bien es verdad que no se ha ajustado a mis expectativas por esperar que este escritor vaya siempre a más y no escribe un poco “más de lo mismo”.
“Un fin de semana en una cabaña en el bosque.
Un matrimonio en crisis.
Una misteriosa desaparición.
¿Qué ha sucedido con Miranda Huff?
Una pareja en crisis decide pasar un fin de semana de retiro en una cabaña en el bosque en Hidden Springs, pero cuando Ryan Huff llega para encontrarse con Miranda la puerta está abierta, hay dos copas de vino sobre la mesa, nadie en el interior y el cuarto de baño se encuentra lleno de sangre. Todo lo que sucedió con Miranda Huff es un thriller psicológico de ritmo vertiginoso donde parece imposible encontrar a Miranda con vida. Lo que Ryan desconoce es que la desaparición de su mujer conecta su historia con la de su mentor, el gran James Black, y con el descubrimiento del cadáver de una mujer desaparecida treinta años atrás en la misma zona”.
Vaya por delante que me he leído las dos novelas anteriores, “El día que se perdió la locura” y “El día que se perdió el amor”, ambas muy recomendables y las causantes de que haya abordado este misterio entorno a la desaparición de una mujer.
Sin duda el argumento me ha sonado mucho a otra novela que leí hace tiempo, “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, existen muchas similitudes pero no diría que es una copia exacta, aparecen recursos y detalles que sin quererlo te llevan a comparaciones y a plantearte la falta de originalidad en una trama bastante bien construida a la que no le faltan los ingredientes propios de la novela negra, de intriga y terror. Introduce un poco de policiaca en el caso de las investigaciones, algo lógico si se conoce la pasión de Javier por el mundo del cine.
Es la novela que nos mantiene en tensión desde el primer momento, convirtiéndose en una lectura “pegamento”, que se deja leer sola, con buenas dosis de tensión que secuestra la atención de quien la lee.
Estructurada a partir de una trama bien definida, dividida en capítulos cortos en los que siempre pasa algo y cuyo final es la antesala del siguiente con el que hilvana a la perfección. Las narraciones en primera persona de este autor, con el punto de vista de, en este caso, tres personajes hacen que el libro sea muy adictivo. Además el paso de un personaje a otro con capítulos cortos le da un alto ritmo a la narración. Otro elemento que le da mucho ritmo al libro es que sitúe en tres momentos temporales diferentes, y que vaya saltando de uno a otro con cada capítulo, con lo que cada cambio de capítulo implica un cambio de narrador y un cambio de momento temporal.
En cuanto a los ambientes o escenarios en los que se desarrolla el libro, elegir el mundo del cine y el mundo universitario le da gran riqueza a la narración. A la mayoría nos gusta el cine, sea cual sea nuestro genero preferido, y la época universitaria a la mayoría de gente nos trae buenos recuerdos.
El hilo conductor de todo es una investigación policial con detectives, cadáveres no esperados, señales de móviles en zonas inexplicables, etc., lo que enriquece aun más la narración. El libro cuenta también con momentos sórdidos, como el pasado de Ryan, y siniestros como el final de la película de James Black, asesinatos de hace treinta años, desapariciones antiguas por resolver y muertas inesperadas que nadie ha echado de menos.
Respecto a los personajes, Javier nos presenta un abanico de personajes que juegan un papel en el pasado y reaparecen con otro muy distinto en el presente. Los principales giros argumentales vienen de sentimientos de venganzas guardados durante décadas para hacer justicia de una manera poco creíble. Le falta fuerza a la evolución de esos personajes, tal vez empañados por las connotaciones románticas del relato.
No obstante cuando los hilos del argumento parecen flojear, terminan uniéndose en una trama donde el pasado y el presente se conectan salvando cualquier grieta de la historia.
La ambientación está muy bien trabajada, un escenario donde las apariencias, el lujo, la fama, cobran un papel relevante en la meca del cine mundial donde tanto cuesta llegar pero aún más mantenerse, estos personajes se mueven entre momentos de luz y muchas sombras que mantienen ocultas; rencores, venganzas, resentimientos  que son los potentes motores que moverán los mecanismos de la acción de la novela.
“Todo lo que sucedió con Miranda Huff”, resulta ser un thriller psicológico, éxito de escaparate de librerías, destinado a un público fijo y con garantías de ser vendida. No es un novelón pero gusta, entretenida, con buen ritmo a la que le falta un final menos predecible pero que seguro que os agradará. Recomendable en estos tiempos de confinamiento en el que las emociones están contadas.

“A veces la solución está en desaparecer a tiempo”.