sábado, 24 de febrero de 2018

Sobre Grace, Anthony Doerr


Existen momentos en los que ni yo misma sé las motivaciones que me llevan a elegir ciertas lecturas. Muchas de estas elecciones, vienen determinadas por el hecho repetitivo, de topar una y otra vez con ejemplares que se cruzan a todas horas en escaparates, estanterías y centros comerciales; y a fuerza de mirar esa extraña e injustificada presencia, llegas a sentir la obligación de frenar un buen día y acabar con un proceso de desplante que tarde o temprano debía tocar a su fin. Vamos que me lo encontraba allí donde menos pensaba y es la única razón por la que sucumbí a su lectura. Por lo demás, francamente es el típico libro que o gusta a rabiar o por el contrario no te deja ganas de volver a leer nada del mismo autor.
“Desde su niñez en Alaska, David Winkler ha vivido obsesionado por la nieve. Además, David tiene un don: a veces puede ver cosas antes de que ocurran. Sus premoniciones le permiten saber que un vecino será atropellado por el autobús o que se enamorará de una mujer en un supermercado. Pero cuando David sueña que su hija se va a ahogar en una inundación sin que él pueda salvarla, toda su vida se desmorona. Huir de su familia, de su casa y de su propio futuro parece el único modo de negar el sueño que lo atormenta.
Solo, sin medios y sin saber si su hija ha sobrevivido o si su mujer ha conseguido perdonarlo, David tendrá que comenzar una nueva vida. Hasta el día en que deba enfrentarse a la decisión de buscar a las personas que dejó atrás”.
Anthony Doerr, saltó al mundo literario con “La luz que no puedes ver”, sobra aclarar que no la he leído y que lo más probable es que no lo haga. Para ser honestos, he de decir que he tenido que entrar en otros blogs para saber si las impresiones acerca de esta novela, era algo exclusivo mío o existían otros lectores con las misma visión que yo. Ha sido lo peor que he podido hacer, salvo excepciones, a todo el mundo le ha parecido una genialidad la forma de escribir de este ganador del Premio Pulitzer, todo un mérito en el campo de la literatura contemporánea.
La sinopsis es de un enganche incuestionable, despierta curiosidad y te atrapa con fuerza. La trama está centrada alrededor de un personaje principal que por suerte se ha construido con acierto y bastante bien definido; ahora bien, el argumento se mueve en unas idas y venidas constantes en el tiempo y en el espacio que provocan confusión a lo largo de toda la historia, con cambios bruscos de ritmo, demasiados rellenos en la narración y escenas que se alargan de manera interminable; esos y otros detalles hacen de una trama interesante un relato repetitivo y en muchos capítulos aburrido y carente de algo que hiciera a “Sobre Grace” algo especial. Resulta muy difícil diferenciar los momentos en los que el personaje se refiere a sus sueños y los que realmente pertenecen a la realidad. Demasiada irregularidad en el ritmo que acaba siendo lento ya desde antes de su mitad.
Aún así, es de agradecer que la trama aparezca dividida en tres partes relacionadas con las vivencias del protagonista, de no haber sido así, las seiscientas páginas se habrían hecho insufribles, y eso que acabarlas ha sido todo un desafío. Demasiadas divagaciones, recuerdos, tecnicismos y descripciones ponen en peligro la esencia de la novela, que sin duda goza de buena ambientación y paisajes bien logrados. Para terminar mi repertorio de quejas, he echado de menos personajes secundarios potentes, esos que otorgan equilibrio a una historia con buen hilo argumental y que acaba maquillando otros defectos evidentes.
Debo de ser algo “especialita” porque ya digo que en los blogs aparecen reseñas que nada tienen que ver con la mía, pero es lo grande de la lectura, que cada uno disfrute y perciba sensaciones diferentes y no por ello, mejores ni peores. La terminé y la recomiendo, entre otras razones por el enorme respeto que le tengo a los que ejercen la ardua tarea de escribir; pero reitero que no es la novela inolvidable y que me confirma que la etiqueta de los premios no es garantía de calidad. Espero que os guste.
“Nacimos para cometer errores, no para parecer personas perfectas”.

martes, 20 de febrero de 2018

Las caras del tigre, Alfonso Mateo Sagasta


Curiosa portada con aires de modernidad que bien podía responder al dicho de “una imagen vale más que mil palabras. El hombre, en este caso la mujer y el mono, de fondo la ciudad, los grandes edificios testigos de la “evolución” y transformación social y económica de nuestra especie. Lo encontré hace meses en la biblioteca, pude leer la sinopsis bastante morbosa y trágica y sin adivinar el tema que escondía, me sumergí en sus páginas de las que he sacado una impresión algo contradictoria y confusa…, tanto o más que el misterio que aún queda por resolver acerca de nuestros verdaderos y primitivos orígenes.
En una carretera de la sierra de Madrid chocan un autobús y un camión cargado de propileno. La explosión no deja ningún superviviente, y la aseguradora Ajorca S.A. envía a su mejor técnico para dirimir responsabilidades. La elegida es Matilde Gil, recién divorciada y con dos hijos pequeños, a quien siempre secunda su eficaz, inestable y singular ayudante, Pajarito.
Para mayor complicación, en mitad de la tragedia aparecen unos restos orgánicos difíciles de identificar: el ADN no comparte el cien por cien de sus componentes con los de la especie humana. A partir de ahí, Matilde y Pajarito deberán enfrentarse a uno de los mayores misterios de la historia -envueltos en una disputa con siglos de antigüedad- mientras se dirigen, lentamente, hacia una revelación estremecedora.
Comienzo de esos que se llaman “pegamento”, un accidente espeluznante y la maquinaria se pone en marcha, todo muy real y cotidiano, ambulancias, bomberos, policías, investigadores, técnicos…, algo fácil de imaginar por la familiaridad que tenemos con imágenes que llegan a diario a través de los medios de comunicación. No hay supervivientes y los interrogantes se acumulan a la hora de dirimir responsabilidades y hacer frente a las indemnizaciones por parte de la aseguradora de los vehículos implicados. Hasta ahí muy normal, ahora bien desde que los restos de ADN no vinculados a ningún pasajero hacen su entrada en escena, es cuando verdaderamente me “emocioné” y las conjeturas que iba planteando me adelantaban a la propia investigación, deseosa de aportar datos acerca de dichos restos.
Tras ese despegue y una vez conocidos los protagonistas, el ritmo de la novela se mantiene en las cincuenta primeras páginas, para ir perdiéndose en un debate y exposición de teorías sobre los orígenes de la humanidad, que francamente entendí por ser profe de Historia, pero que sin duda hacen peligrar la lectura de la misma por el repertorio de explicaciones entre creacionistas y evolucionistas, que sin quererlo aparcan intermitentemente la esencia de thriller del argumento inicial.
Para resumir el autor madrileño ha mezclado el suspense y la investigación policiaca con datos científicos y planteamientos filosóficos, generando una trama no carente de intriga pero recreada en el gran misterio de la evolución de nuestra especie. A grandes rasgos es fácil de leer, el lenguaje está bien cuidado y los tecnicismos utilizados con mesura, no resulta difícil sacar conclusiones y aprender de lo ajeno al misterio que mueve el relato; pero me ha parecido que los personajes carecen de originalidad, demasiados estereotipos y situaciones forzadas que acaban provocando un final flojo y poco creíble.
Respecto a la ambientación hay que decir que comienza en Madrid, pero que al igual que nuestro recorrido evolutivo, Alfonso nos regala un viaje que nos lleva al otro extremo del mundo, en una búsqueda incansable de respuestas sobre el origen de unos tatuajes que portaba la “especie” desconocida y que acaba identificando como parte de una de las tribus más antiguas del planeta, los “Dayaks”, naturales de Borneo, los mismos que regalan a la novela una revelación sobrecogedora.
A pesar de no haber sido la lectura inolvidable, personalmente la he disfrutado porque el tema me apasiona y la documentación es impecable no dejando excesivamente aparcado el hilo argumental, que hilvana con acierto en este cóctel de temas que forman parte de nuestra esencia como especie.
Recomendada para los curiosos y los que quieran saber más de “nosotros mismos”.
“No mires atrás y te preguntes ¿Por qué?. Mira adelante y pregúntate ¿Por qué no?.

jueves, 15 de febrero de 2018

Un lugar a donde ir, María Oruña


Buscando un  descanso intencionado y dentro de un momento de crisis de esos de “no encuentro la lectura que necesito”, he optado por la siguiente novela de María Oruña, “Un lugar a donde ir”; sobra decir que no me ha decepcionado porque yo tenía claro lo que me iba a encontrar… y así ha sido. Es una continuación de “Puerto escondido”, de hecho aparecen los mismos personajes y la misma ambientación, una novela al más puro estilo de suspense, donde los cadáveres aparecen con una alegría digna de aplaudir. Es la novela que entretiene, engancha y sabes que la vas a terminar por muy floja y cansina que resulte.
Han transcurrido varios meses desde que Suances, un pequeño pueblo de la costa cántabra, fuese testigo de diversos asesinatos que sacudieron a sus habitantes. Sin embargo, cuando ya todo parecía haber vuelto a la normalidad, aparece el cadáver de una joven en La Mota de Trespalacios, que es el lugar donde se encuentran las ruinas de una inusual construcción medieval. Lo más sorprendente del asunto no es que la joven vaya ataviada como una exquisita princesa del medievo, sino el objeto que porta entre sus manos y el extraordinario resultado forense de su autopsia.
Cuando hasta los más escépticos empiezan a plantearse un imposible viaje en el tiempo, comienzan a sucederse más asesinatos en la zona, que parecen estar indisolublemente unidos a la muerte de la misteriosa dama medieval.
Mientras Valentina Redondo y su equipo investigan los hechos a contrarreloj, Oliver Gordon, ayudado por su viejo amigo de la infancia, el músico Michael Blake, buscará sin descanso el paradero de su hermano Guillermo, desaparecido desde hace ya dos años, descubrirán que la verdad se dibuja con contornos punzantes e inesperados.
Nuestra abogada y escritora gallega se ha atrevido con una nueva entrega de la teniente Valentina Redondo a la que parece todo se le pone de color de hormiga, tanto, que mejor no tenerla como amiga por aquello de verse siempre rodeada de muertos. Una trama principal alrededor de unas muertes inexplicables y unas subtramas de carácter personal y profesional que alargan un argumento de casi quinientas páginas que podía haberse acortada a la mitad.
Una historia con todos los ingredientes policiacos que la autora adorna con una perfecta ambientación y un exceso de documentación que nos priva de poder ir por delante de la investigación y descubrir a los culpables. No es bueno que se nos de todo hecho, que las explicaciones aparezcan sin justificación y que no haya lugar para reflexiones propias, sino las de la escritora y eso desmerece otros aspectos de la narración.
Bien estructurada, tres momentos temporales y tres voces para ejecutar la narración, prosa mejorable y diálogos demasiados largos y repetitivos. Dividida en quince capítulos en los que afortunadamente siempre ocurre algo y todo salvando las contrariedades de los cambios de ritmo de la historia. Tiene mucho de las novelas nórdicas y su manera de plantear los misterios, incluso el tratamiento de los personajes que aparecen cargados de datos personales innecesarios en la trama.
Casi al final saqué la conclusión de que el argumento era bastante rocambolesco para el escenario tan realista en los preciosos parajes de las cuevas cántabras, algo que me hizo pensar en las muchas coincidencias con “Los ritos del agua”, el éxito de este pasado verano.
A pesar de lo que pueda parecer la reseña, la recomiendo por entretenida, por  su estilo sencillo y fácil de seguir, porque engancha y resulta agradable, y porque al final esperas un desenlace que te sorprenda y compense de tantas explicaciones y aclaraciones innecesarias. Es bueno saber que cuando elegimos lo hacemos con criterio y a sabiendas del momento y de las expectativas, por eso sigo pensando que le puede gustar a muchos lectores, de manera que nadie prive a María Oruña de su segunda entrega de la investigadora Redondo. Espero que os guste.
“Si algo te lastima retíralo de tu vida, te dolerá un tiempo pero no toda la vida”.

domingo, 11 de febrero de 2018

El lector del tren de las 6.27, Jean Paul Didierlaurent


Una vez más, me he traído a casa un libro con una sinopsis tan curiosa y original como el argumento que cuenta. Buscaba algo breve y diferente y la verdad que lo he encontrado, y ahora tras haberlo leído oscilo entre la recomendación encarecida de su lectura, o la crítica más evidente ante lo que me parece un fenómeno editorial bien planificado que ha conseguido hacer de este “Lector de tren” un éxito incuestionable de ventas en Francia.
La gente corriente esconde un mundo extraordinario.
Guibrando Viñol no es ni guapo ni feo, ni gordo ni flaco. Su trabajo consiste en destruir lo que más ama: es el encargado de supervisar la Cosa, la abominable máquina que tritura los libros que ya nadie quiere leer. Al final de la jornada, Guibrando saca de la entrañas del monstruo las pocas páginas que han sobrevivido a la carnicería. Cada mañana, en el tren de las 6.27, se dedica a leerlas en voz alta para deleite de los pasajeros habituales. Un día descubre por casualidad una pieza de literatura atípica que le cambiará la vida. La amistad une a un grupo de personajes aparentemente anodinos, probables compañeros invisibles de nuestros viajes cotidianos en tren, que esconden mundos extraordinarios donde todo es posible: un vigilante de seguridad que habla en verso, una princesa cuyo palacio es un aseo público, un mutilado que busca sus piernas.
Las primeras páginas me costaron e incluso me resultaron lentas, presentía que no lo iba a terminar, pero a medida que avanzaba la lectura fui reconociendo en sus páginas un protagonista muy destacado, “La Soledad”, y atrapada por la forma en la que gestionaba nuestro viajero este sentimiento tan descarado e hiriente, tuve la oportunidad de meterme en una serie tramas protagonizadas por personajes curiosos y extraños, gracias a los cuales he disfrutado de todas y cada una de sus historias de vida, a cuál de ellas más dramáticas, esperpénticas y grotescas, pero de gran utilidad para el autor, quien las ha aprovechado para abordar grandes temas de actualidad generando un repertorio de sentimientos que “viaja” desde la repulsión y la sorpresa a la ternura y la aceptación incondicional.
Hace muchos años que leí un libro que me costó acabar y que casi que no entendí, “La elegancia del erizo”, siempre escuché duras críticas sobre esta novela; pues sin quererlo me ha recordado mucho a él, y por eso no puedo aventurar si es bueno o malo dicho recuerdo casual. Este primer éxito literario de Jean Paul Didielaurent ha sido considerado como un cuento o fábula del mundo moderno que roza lo surrealista en muchos de sus pasajes.
Sus doscientas páginas son un homenaje a los libros, me identifico con Guibrando y su pasión por la lectura, la forma en la que supera su descontento y frustraciones por un trabajo indeseable, el disfrute que le provoca compartir con seres anónimos los pasajes de aquellos libros indultados a la “Cosa” y el papel de la literatura como remedio al desconsuelo de una vida anodina y rutinaria.
Son un repertorio de relatos breves a los que se les ha ido dando cuerpo gracias a sus personajes de extraordinaria originalidad y al nexo común que comparten entorno a la literatura. Son seres que pasarían desapercibidos pero que dentro de la ambientación y sus experiencias de vida, acaban brillando con luz propia.
Voy a recomendarlo porque son más las impresiones buenas que malas, pero reconozco que es la típica lectura que no tiene término medio, o gusta para ser inolvidable, o mejor olvidarla nada más cerrar el libro. Como siempre animaros a darle una oportunidad, no se hace insufrible, está bien narrada, y a veces hay que apostar por lo “diferente”, y sin duda “El lector de las 6.27” lo es. Espero que os guste.
“No puedes empezar el siguiente capítulo si sigues leyendo continuamente el anterior”.

viernes, 9 de febrero de 2018

Tú, yo y la vida de los otros, Vicent Maston



Cuando leí el argumento de esta fábula urbana, supe que me iba a gustar porque en el fondo todos somos algo “bipolares”, sin dejar de ser “buena gente” que decimos coloquialmente, al menos yo, he sufrido momentos en los que he tenido la necesidad de tomarme la justicia por mi mano, vamos que por razones ajenas a mi buena voluntad, he sacado lo peor que irremediablemente llevamos dentro, rozando peligrosamente los límites entre el bien y el mal. Confieso que no he llegado nunca a “mayores”, pero que al igual que nuestro protagonista somos portadores de dos caras que pueden hacerse presente cuando menos te lo esperas.
“A veces querrías cambiar el mundo. A veces querrías gritar y en cambio callas. Sin embargo, hay momentos en los que la vida te ofrece pequeños instantes de justicia. Momentos en los que puedes decir no a los prepotentes o a los indiferentes y eres como un héroe invisible. Así es Germain. Vive entre dos mundos: en uno es un muchacho serio y trabajador, apasionado por la música, un poco introvertido por su tartamudeo y enamorado secretamente de Clotilde, su logopeda; en el otro, asume las dimensiones tentaculares del metro parisino y se transforma en un superhéroe tomándose pequeños gestos de justicia, jugando al azar entre los límites del bien y del mal y divirtiéndose adivinando la vida de los otros. Pero el encuentro con una joven justiciera que comparte su misma batalla cambia su vida y le empuja a modificar las reglas de su juego”.
Primera experiencia narrativa de Vicent Maston, de manera que su debut literario lo hace a través de las vivencias de Germain, quien en primera persona nos narra su día a día, sus visitas a su logopeda, sus complejos ante la evidente tartamudez, sus límites a la hora de relacionarse, su autoestima frágil y esa doble actitud de héroe anónimo, comportamiento que le facilita unas relaciones sociales que en su vida cotidiana no consigue.
Al principio el tono jocoso de la novela no hace adivinar la seriedad del relato a medida que este avanza. El humor y el sarcasmo, unido a las dosis de sensibilidad y buenas reflexiones, acaban provocando una empatía con este joven que sin imaginarlo, topa con su alma gemela para asumir que no está solo en su particular guerra de emociones.
Muy sencilla y fácil de leer, doscientas páginas con innumerables referencias musicales, con guiños de felicidad y drama para configurar un escenario de lo más cotidiano y real. Me ha gustado porque describe situaciones que nos rodean a diario y que pasan desapercibidas, muchas de las cuales no parecen afectarnos, precisamente por ser “la vida de los otros”, pero que en algún momento pasa a ser nuestra propia vida.
Os la recomiendo sin grandes pretensiones, una tarde, un buen sillón y un relato bien escrito.
“La soledad es el fondo último de la condición humana. El hombre es el único ser que se siente solo y busca la compañía del otro”.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Mi querido asesino en serie, Alicia Giménez Bartlett

Alicia Giménez Bartlett, es una de las escritoras que más ratos de entretenimiento me ha proporcionado y siempre con elegancia y buen hacer. Es una de las pocas ganadoras del Premio Planeta, que se libra de mi opinión acerca del fraude de estos galardones más propios de éxitos de venta, que de grandes obras de la literatura. “Sus hombres desnudos”, confirman lo que digo, y junto a la serie de la inspectora Petra Delicado, hoy no hay duda de que es una de las maestras del género policiaco, suspense, misterio y novela negra del panorama nacional.
“El nuevo caso de la inspectora Petra Delicado empieza cuando encuentran el cuerpo de una mujer de unos cincuenta años asesinada de modo brutal en su propia casa. Sobre el cadáver hay una carta de amor anónima que reivindica el asesinato, justificándolo con el abandono del presunto asesino por parte de la víctima. El caso lo llevan Petra, Garzón y un inspector del cuerpo de los Mossos d’Esquadra a quien sorprendentemente, pues es más joven que Petra, le encomiendan el mando. Todos sabemos del carácter de Petra, y en este caso, el tesón para descubrir la intriga se verá entrelazado con su rebelión interna frente a una situación que le resulta inaceptable: ¿cómo puede ser que este joven mosso sea quien dé las órdenes?
Mientras tanto, siguen apareciendo cadáveres, y todo apunta a que nos hallamos ante un asesino en serie.
El misterio está servido”.
Si no me equivoco, es la undécima entrega del dúo formado por la inspectora Petra Delicado y su inseparable Fermín Garzón; aunque todas las historias pivotan sobre ella, la presencia de él ya es un clásico. En esta ocasión, la escritora albaceteña añade a un subinspector de los mossos de escuadra, un desafío para demostrar la capacidad de trabajo de los diferentes cuerpos de seguridad del Estado, aunque la idea no es bien acogida por nuestra curtida inspectora que a medida que avanza el relato irá aceptando al nuevo y aparente compañero.
Una trama detectivesca muy bien trazada que gira alrededor de unos asesinatos, cuyo denominador común es que todas las víctimas son mujeres. Un inicio “pegamento” te atrapa desde las primeras páginas y como es habitual en Alicia, dosifica la tensión y el suspense a lo largo de las más de cuatrocientas que conforman la obra. Ambientada en Barcelona, va confeccionando un lienzo de la realidad más cotidiana en la que por desgracia el crimen también tiene su espacio reservado. Todos y cada uno de los cadáveres que van apareciendo son presentados en escenarios cuidados al detalle, donde lo macabro no adquiere protagonismo, dejando paso a otros aspectos más relevante de la trama en la que nosotros, los lectores, nos convertimos en espectadores que siguen con atención el devenir de la investigación de este trio policial.
Los personajes de la novela están construidos a conciencia, no sufren evolución ninguna a lo largo del argumento, son reales, humanos, con defectos y virtudes, por eso nos resulta tan fácil entender sus acciones. En esta ocasión, Alicia nos ha sorprendido con la cara más familiar e íntima de Petra, mostrando sus relaciones personales y datos algo alejados de lo estrictamente profesional, detalles que nos llegan gracias a sus monólogos y reflexiones y a la presencia de personajes secundarios que hasta sirven para la resolución del caso.
Buen ritmo y tensión que no decae en ningún momento. Lectura ágil y bien documentada, diálogos perfectos, prosa sencilla y capítulos cortos; carta de presentación suficiente para saber que Alicia Giménez no va a decepcionar.
En todos los hilos argumentales de esta serie aparecen temas de brutal actualidad. Hay una lectura interna que deja patente desde el principio al fin, “la soledad”, sus huellas físicas y emocionales, el impacto que tiene en una sociedad anónima como la que vivimos y las decisiones que a veces se derivan de sus efectos cuando se quiere superar. Es a propósito de estas circunstancias cuando hilvana el papel de las redes sociales, Internet y las páginas de contacto en una trama bien gestionada donde para completar incluye los ingredientes del poder, la ambición y como no, el amor.
No puedo decir que he leído las once entregas de la serie, algunas consiguieron crear en mí esta afición por Petra y por Alicia, y en general me gusta su estilo y su manera de narrar. Pueden leerse de manera aislada, poco a poco y sin prisas; de momento os recomiendo la última, porque lo de menos es el orden, lo de más, LEER.
“La honestidad es el primer capítulo en el libro de la sabiduría”.

jueves, 1 de febrero de 2018

La isla de las mil historias, Catherine Banner


Nunca me han dado pereza las historias familiares, confieso que Gabriel García Márquez y su “Cien años de soledad”, fue una de las primeras novelas de este estilo, que provocaron en mí una afición que con el paso del tiempo he ido cultivando sin racaneo alguno.  Es casi de manual decir, que le siguió Isabel Allende y “La casa de los espíritus” y luego vino “Las cien voces del diablo” de Ana Cabrera Vivanco y “La casa de los amores imposibles” de Cristina López Barrio. Podría estar nombrando novelas del llamado realismo mágico durante toda la reseña, pero es más apropiado centrarse en la novela de Catherine Banner, en su “isla” y en sus “historias” para contaros mi humilde opinión y vaya por delante de paso, el animaros a leerla por el simple hecho de disfrutar de unos días de lectura llena de imaginación y buenas dosis de Historia.
"Una pequeña isla perdida en el Mediterráneo, entre Sicilia y el norte de África, es el escenario imaginado por Catherine Banner para desarrollar esta cautivadora alegoría sobre la radical transformación de Europa durante los últimos cien años. La historia comienza con la llegada a Castellamare de Amedeo Espósito, un joven originario de Florencia que viene a ocupar el puesto de médico permanente en ese remoto peñón, donde el tiempo parece haberse detenido antes de la primera guerra mundial. Allí establecerá su hogar e iniciará una larga saga cuyos miembros, hábiles narradores de historias, transmitirán de generación en generación los secretos de la familia y los avatares de un siglo vertiginoso y convulso”.
Dentro del género de la narrativa contemporánea, no deja de ser una novela de ficción con rasgos de histórica. La realidad de cuanto acontece en una isla de proporciones mínimas a lo largo de un siglo, nos llega a través de un relato familiar en el que Amadeo Espósito, con “s”, es el hilo conductor y patriarca de un clan que nace, vive y se desenvuelve en un espacio algo estrecho y en ocasiones asfixiante, en el que sus vidas han ido confeccionando una tela de araña repleta de supersticiones, conflictos fraternales, misterios, amoríos, fracasos, envidias, milagros, desastres naturales y un paso del tiempo inevitable para todos y cada uno de los personajes que aparecen en este cuadro costumbrista, alegórico y con claros tintes de fábula.
Es el primer libro para adultos de esta escritora británica muy curtida en obras infantiles. Gusta el inicio original e impactante que tiene, inmediatamente retrocede al pasado para presentar al protagonista principal y sin entretenimientos, regresa al presenta para tirar de un argumento que corre paralelo a la vida de sus personajes. Cada uno de ellos vive sus propias experiencias y de sus manos avanza el relato y su particular evolución. Resulta muy fácil seguir porque casi todos se mantienen a lo largo de las quinientas páginas, que no resultan pesadas, aunque en ocasiones los saltos temporales los hacen envejecer precipitadamente, algo que chirria en la narración.
Dos aspectos están muy presentes en “Las mil historias”; el primero, el aislamiento y hermetismo de la isla con respecto al exterior, su afán por conservar la identidad de la isla y protegerla de lo que ocurre fuera de ella y el segundo el papel tan extraordinario otorgado a las mujeres en un mundo de hombres.
Cuando he dicho que tenía mucho de histórica me refería a la manera inteligente de hilvanar el paso del tiempo y los efectos que dejaron en estas vidas los grandes acontecimientos del siglo XX. Cada miembro de esta galería de personajes es testigo de las dos Guerras Mundiales, de la llegada del primer coche a la isla, la luz eléctrica, la televisión, el impacto del aterrizaje del hombre en la luna, el fenómeno del turismo de masas, Internet, la aparición del euro y hasta la crisis económica; y todo con un estilo ágil, sencillo y ligero.
No quiero alargar la reseña porque está claro que os la recomiendo. Novela llena de fantasía donde en ocasiones es difícil diferenciar la leyenda de la realidad, pero engancha, tiene sus buenas dosis de humor, bien ambientada y en líneas generales se disfruta cuando de antemano sabemos lo que hemos elegido, a sabiendas de que no siempre buscamos “Premios Nobeles”, porque esos muchas veces tampoco son tan buenos. Espero que os guste.
“Mi vida es una encrucijada repleta de desafiante maleza, dispuesta a distraerme del monótono zumbar de los días. Fiel a mis armas, y aliada de mis miedos”.