Hace unas semanas, una amiga con la
que he compartido lecturas, me recordó que tenía las novelas de “El paciente” y
“Cicatriz” del autor de unas de las trilogías más vendidas de los últimos años. Si
bien este libro es de 2014, con su nueva reedición vuelve a estar en auge, un libro que ya se sabe si te gusta su estilo qué
te vas a encontrar.
Aunque esta obra es independiente, sí tiene algo de implicación con
la trilogía de la Reina Roja, ya que Juan Gómez-Jurado la sitúa en el mismo
«universo» y encontrarás alguna sorpresa en la última entrega, en el Rey
Blanco. No es imprescindible haberlo leído para entender el resto pero está genial para tener una visión más global y ver el alcance de la idea del
autor. De hecho el propio autor ha recomendado leer primero El paciente,
después la obra Cicatriz y acabar con la trilogía de Reina roja, Loba negra y
Rey blanco.
El prestigioso neurocirujano David Evans se
enfrenta a una terrible encrucijada: si su próximo paciente sale vivo de la
mesa de operaciones, su pequeña hija Julia morirá a manos de un psicópata.
Para el Dr. Evans se inicia una desesperada
cuenta atrás cuando descubre que el paciente que debe morir para que su hija
viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.
La historia arranca fuerte desde las primeras páginas, algo
muy de este autor. En los inicios conocemos al personaje principal que se
desvive por su trabajo, su situación familiar ante la pérdida de su esposa y la
relación con su única hija que pasa muchas horas en manos de una niñera debido
a su frenética dedicación profesional. “El Paciente” transcurre
en un período de tiempo limitado, ya que toda se desarrolla durante las 63 horas que preceden a la operación del “Paciente” y
que el Doctor Evans nos va relatando en el diario que escribe desde el corredor
de la muerte. En sus inicios el detonante es descubrir
que ambas han desaparecido y como la llegada a su vida de un misterioso
personaje va a desmoronar su mundo ante la petición descabellada del mismo.
Recuperar lo perdido se convierte en el motor de la novela, algo que llega en
una carrera contrarreloj que persigue salvar la vida de su hija.
Gran parte de la historia está narrada por Dave en primera
persona, aunque en ocasiones se intercala la tercera persona en capítulos
dedicados a otros personajes como es el caso de la cuñada y el propio señor
Withe. No toda la narración cuenta con el mismo ritmo, hay momentos en los que
la trama se retuerce hasta límites insospechados con la intención de mantenernos
intrigados, lo que no ha evitado momentos de lentitud en su lectura.
Está claro que el personaje principal se encuentra sin
querer ante la mayor decisión de su vida, algo que no solo le afectará a él y
que le pondrá contra las cuerdas. Un dilema moral que nos llevará a pensar qué haríamos
nosotros. Lo
que nos cuenta es en cierto momento asfixiante, agobia el hecho de pensar en
cómo se siente el personaje ante lo que tiene delante. Y esto es algo que no es
sencillo de transmitir, y en este caso lo consigue con creces. La trama está
bien construida y no carece de los suficientes giros argumentales como para poner
en peligro el interés por su final, generando expectación a medida que avanzas
en su lectura.
Respecto a los personajes, Dave absorbe
la mayor parte de la novela, pero también hay secundarios imprescindibles para
que el argumento tenga sentido. La intriga y el juego se mantiene entre todos los
personajes, algo que nos va a ir llevando
por donde el autor quiere. Un elenco de personajes que no es muy amplio pero sí
son muy distintos entre ellos. Hay una cosa buena y es que la historia no queda sesgada solo por el
punto de vista del protagonista, también conocemos al resto, al menos
hasta donde el autor ha querido que conozcamos.
Aunque quizás a primera vista no sea lo que más nos
llame la atención, me ha parecido ver que Juan Gómez-Jurado ha querido poner de
manifiesto la importancia que
tiene en nuestras vidas la familia y las decisiones que tomamos en
torno a ella, ya sea sin darnos cuenta, de manera forzada, porque no tengamos
más remedio, o simplemente porque creemos que son las mejores que podemos
tomar, y muchas serán las veces que nos planteemos el dilema de
si han sido las mejores que podíamos adoptar.
Para los que ya están familiarizados con el estilo
directo, sencillo y claro, no hay nada novedoso. Es una novela trepidante,
adictiva, que engancha, con una intriga que no decae, buen final y giros
dosificados y continuos, ni más ni menos que lo que buscamos en este escritor.
Personalmente la recomiendo antes o después de cualquier otro libro de Gómez
Jurado, se lee de manera independiente, aunque tal como dije al principio,
mejor hacerlo en el orden en el que salieron al mercado. Os gustará.
“La vida es una sucesión de lecciones que hay que
vivir para poder entender”.
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