jueves, 1 de abril de 2021

El paciente, Juan Gómez Jurado

Hace unas semanas, una amiga con la que he compartido lecturas, me recordó que tenía las novelas de “El paciente” y “Cicatriz” del autor de unas de las trilogías más vendidas de los últimos años. Si bien este libro es de 2014, con su nueva reedición  vuelve a estar en auge, un libro que ya se sabe si te gusta su estilo qué te vas a encontrar.  Aunque esta obra es independiente, sí tiene algo de implicación con la trilogía de la Reina Roja, ya que Juan Gómez-Jurado la sitúa en el mismo «universo» y encontrarás alguna sorpresa en la última entrega, en el Rey Blanco. No es imprescindible haberlo leído para entender el resto pero está genial para tener una visión más global y ver el alcance de la idea del autor. De hecho el propio autor ha recomendado leer primero El paciente, después la obra Cicatriz y acabar con la trilogía de Reina roja, Loba negra y Rey blanco.
 

El prestigioso neurocirujano David Evans se enfrenta a una terrible encrucijada: si su próximo paciente sale vivo de la mesa de operaciones, su pequeña hija Julia morirá a manos de un psicópata.

Para el Dr. Evans se inicia una desesperada cuenta atrás cuando descubre que el paciente que debe morir para que su hija viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.
 
La historia arranca fuerte desde las primeras páginas, algo muy de este autor. En los inicios conocemos al personaje principal que se desvive por su trabajo, su situación familiar ante la pérdida de su esposa y la relación con su única hija que pasa muchas horas en manos de una niñera debido a su frenética dedicación profesional. “El Paciente” transcurre en un período de tiempo limitado, ya que toda se desarrolla durante las 63 horas que preceden a la operación del “Paciente” y que el Doctor Evans nos va relatando en el diario que escribe desde el corredor de la muerte. En sus inicios el detonante es descubrir que ambas han desaparecido y como la llegada a su vida de un misterioso personaje va a desmoronar su mundo ante la petición descabellada del mismo. Recuperar lo perdido se convierte en el motor de la novela, algo que llega en una carrera contrarreloj que persigue salvar la vida de su hija.

Gran parte de la historia está narrada por Dave en primera persona, aunque en ocasiones se intercala la tercera persona en capítulos dedicados a otros personajes como es el caso de la cuñada y el propio señor Withe. No toda la narración cuenta con el mismo ritmo, hay momentos en los que la trama se retuerce hasta límites insospechados con la intención de mantenernos intrigados, lo que no ha evitado momentos de lentitud en su lectura.

Está claro que el personaje principal se encuentra sin querer ante la mayor decisión de su vida, algo que no solo le afectará a él y que le pondrá contra las cuerdas. Un dilema moral que nos llevará a pensar qué haríamos nosotros. Lo que nos cuenta es en cierto momento asfixiante, agobia el hecho de pensar en cómo se siente el personaje ante lo que tiene delante. Y esto es algo que no es sencillo de transmitir, y en este caso lo consigue con creces. La trama está bien construida y no carece de los suficientes giros argumentales como para poner en peligro el interés por su final, generando expectación a medida que avanzas en su lectura.

Respecto a los personajes, Dave absorbe la mayor parte de la novela, pero también hay secundarios imprescindibles para que el argumento tenga sentido. La intriga  y el juego se mantiene entre todos los personajes, algo que  nos va a ir llevando por donde el autor quiere. Un elenco de personajes que no es muy amplio pero sí son muy distintos entre ellos. Hay una cosa buena y es que la historia no queda sesgada solo por el punto de vista del protagonista, también conocemos al resto, al menos hasta donde el autor ha querido que conozcamos.

Aunque quizás a primera vista no sea lo que más nos llame la atención, me ha parecido ver que Juan Gómez-Jurado ha querido poner de manifiesto la importancia que tiene en nuestras vidas la familia y las decisiones que tomamos en torno a ella, ya sea sin darnos cuenta, de manera forzada, porque no tengamos más remedio, o simplemente porque creemos que son las mejores que podemos tomar, y muchas serán las veces que nos planteemos el dilema de si han sido las mejores que podíamos adoptar.

Para los que ya están familiarizados con el estilo directo, sencillo y claro, no hay nada novedoso. Es una novela trepidante, adictiva, que engancha, con una intriga que no decae, buen final y giros dosificados y continuos, ni más ni menos que lo que buscamos en este escritor. Personalmente la recomiendo antes o después de cualquier otro libro de Gómez Jurado, se lee de manera independiente, aunque tal como dije al principio, mejor hacerlo en el orden en el que salieron al mercado. Os gustará.

“La vida es una sucesión de lecciones que hay que vivir para poder entender”.

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