domingo, 17 de enero de 2021

Bruma verde, Gonzalo Giner


Gonzalo Giner es un autor conocido para mí, le descubrí con “El sanador de caballos” y “Pacto de lealtad”, al leer en su biografía y descubrir que es veterinario, no me extrañó para nada puesto que en sus libros deja ver sus conocimientos y el amor por los animales. En esta preciosa novela no se aparta de su estilo más puro y las horas dedicadas a ella han sido todo un acierto.

“Bineka, nacida en la profundidad de uno de los últimos pulmones verdes del planeta, es apresada por Maxime y sus hombres, que han arrasado su aldea. Pero, tras sufrir un accidente, la madre selva la protege y es adoptada por un clan de chimpancés, con los que convivirá varios meses.
Al mismo tiempo, Lola Freixido, una exitosa directiva, viaja al Congo para rescatar a su mejor amiga, Beatriz Arriondas, una cooperante medioambiental que ha sido secuestrada.
Bineka y Lola se enfrentarán a una compleja trama de corrupción y se verán abocadas a una huida llena de aventuras que correrán en compañía de Colin Blackhill, un cooperante británico que se cruza en su camino y que ayudará a la joven congoleña a luchar por la conservación de su mundo”.

Gonzalo, ha recibido por esta novela el Premio Fernando Lara 2020, en ella hay una necesidad de bucear en nuestra memoria para recordar “Tarzán de los monos” o a Mowgli de “El libro de la selva” pero cualquier comparación es odiosa y por ello, el autor  nos describe a los miembros de la manada de una forma muy particular.

Es una novela difícil de etiquetar, porque si bien en muchos momentos parece un thriller, es fundamentalmente una novela de aventuras. Pero al mismo tiempo es una novela con mucha crítica social. Una denuncia en toda regla a una situación invisible para nuestro mundo occidental.

Nos muestra la cara más amarga del continente africano donde las selvas están sufriendo la deforestación por la tala masiva de árboles, cuya extraordinaria madera, en muchos casos, es exportada a alto precio a los mercados del mundo; donde las mujeres están sometidas a los hombres y en caso de no existencia de este, a la familia o incluso la aldea; donde los animales están desapareciendo, en algunos casos hasta la extinción, por culpa de la caza furtiva que es vendida, sobre todo, en los mercados asiáticos a muy alto precio; donde los niños son utilizados como mano de obra esclava o donde un médico es un tesoro no siempre admitido.

Aprovecha igualmente para narrar  cómo el colonialismo belga dejó a la República Democrática del Congo tras  haberla exprimido al máximo, de ahí que haya logrado un abandono momentáneo de la novela histórica para dar vida a este thriller doloroso repleto de giros argumentales y con momentos de incertidumbre y estrés que acaban por conquistarte.

Uno de los puntos fuertes del libro es la ambientación, con La bruma verde” se recorren espectaculares paisajes al tiempo que se vive la pobreza y la miseria en la que habitan sus gentes, hay un escenario creado para esta mezcla de libro de aventuras, thriller e historia de amor tan perfecto, que se convierte en el armazón narrativo en el que se incrusta una realidad cargada de fuerza visual maquillada por Gonzalo para mostrarnos los aspectos más seductores a fin de suavizar la terrible realidad social de esta parte del mundo olvidada por Dios. No esconde el dolor, las guerrillas, la injusticia, la brutalidad del mundo natural. Sin ese contraste entre belleza y crueldad, entre luz y sombra, no se entendería el mensaje de la novela ni tampoco la realidad que describe.

Hay diferentes tramas que se van complicando a medida que avanza la narración, aunque lo que sobresale es el evidente alegato ecologista, la defensa de la naturaleza y el aplauso para quienes dedican su vida a estos ideales conservacionistas y humanitarios.

Estructurada en cuatro partes con título propio, un epílogo y una nota de autor bastante amplia, contándonos el porqué de este libro y en el que se homenajea a las mujeres encargadas de los centros de primates, así como un homenaje a los cooperantes que se juegan la vida por las causas que le afectan

Ritmo trepidante para describir una compleja red de corrupción donde las personas pasan a un segundo plano, aunque sin duda las dos protagonistas femeninas que representan mundos opuestos hacen de hilo conductor junto a otros personajes secundarios de igual fuerza y potencia.

Aunque son casi seiscientas páginas, en ningún momento se hacen largas, el impecable trabajo de documentación, la descripción cuidada de los paisajes, la sencillez y la prosa directa de Gonzalo Giner, impide que dicha extensión se convierta en un impedimento para su lectura.

Os la recomiendo por sus personajes inolvidables, por esa combinación de libro de aventuras y acción con toques románticos y rasgos de denuncia ecologista y porque ha sido un placer recordar a Mowli, sin duda os gustará. 

    “Lo que estamos haciendo a los bosques del mundo, es un reflejo de lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos y a los demás”.

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