miércoles, 5 de marzo de 2014

Ayer no más, Andrés Trapiello

Nada más contemplar la portada uno puede imaginarse que el contenido del libro no va a estar muy lejano al tan recurrente tema de la Guerra Civil Española y admirando la belleza de la misma y apreciando lo mucho que puede decir una imagen, sientes la necesidad de huir para no volver a leer un tema que en ocasiones te provoca tristeza e impotencia; aún así no me resistí a dar la vuelta y leer su reseña y confundida por la misma me armé de valor y decidí darle una oportunidad que por cierto ha sido muy pero que muy merecida.
No es la novela de guerra a la que estamos acostumbrados, el protagonismo de la trama se lo lleva el controvertido tema de “La Memoria Histórica” que sin quererlo trae de cabeza a toda una sociedad por supuesto dividida por la herencia de ese nefasto acontecimiento de nuestra Historia más reciente.
Todo el relato es un ejercicio de neutralidad por parte del autor acerca del sentimiento que pervive setenta años después en los corazones de quienes participaron en nuestro conflicto y en la dura posguerra que siguió durante décadas y que al parecer no se ha superado en nuestra sociedad.
Basado en un hecho real, con un escenario muy bien ubicado, León, con aire de provincias; Andrés Trapiello presenta un argumento con una batería de personajes que van contando sus vivencias y con ellas “sus verdades”, algo que utiliza para demostrar y hacernos reflexionar sobre la necesidad de aceptar que existieron tantas verdades como hombres que las contaron y padecieron. Con ello su intencionalidad es aclarar que la verdad no es patrimonio exclusivo de un bando y sin tapujos cuestiona el papel de la Memoria Histórica y de algunos de los intereses que la rodean, causa justificada de la brecha que sigue abierta entre el binomio: Recuerdo/Olvido.
Cada personaje de la novela es un narrador diferente que relata su vivencia, que defiende su verdad hasta extremos que los lectores llegamos a quebrar nuestros posicionamientos ideológicos que es una de las pretensiones del autor. Para Andrés no es la historia de buenos y malos, de vencedores y vencidos; aunque la trama avanza desquiciadamente en busca de esas verdades en boca de víctimas y victimarios con ansías desmedidas de llegar al final que demuestre que no existe la MEMORIA TOTAL.
Trescientas quince páginas divididas en secuencias que corresponden a cada intervención de los personajes; con una fluidez, sencillez y riqueza de vocabulario magistralmente elegido según la voz del narrador. Le otorga un papel relevante a estos narradores y destaca el sentimiento de lo que vivieron y la criba de aquello que desean recordar y discriminar para el olvido de esas vidas del pasado que acarrean en un presente caduco.
No ha estado el autor perezoso a la hora de integrar valores que refuerzan la potencia de la novela y sentimientos propios del argumento; el miedo, el odio, la revancha, la necesidad de venganza, el perdón,el olvido, la hipocresía social de la que muchas veces son “víctimas inocentes”.
Cuando terminas la lectura de “Ayer no más” entiendes el título porque al finalizarla, su autor decide que será su última novela de la guerra que escribe y lo mejor es no haber tenido la sensación de haber paseado por una narración bélica sino todo lo contrario, es un viaje entre el ayer y el hoy que te aferra al tan cotidiano refrán de “Todo depende del cristal con el que se mire”. No decepcionará si cuenta con una postura neutral y desprovista de perjuicios. Muy aleccionadora e inolvidable.

Para poder vivir hay que tener la fuerza de destruir y liberar el pasado”.

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