En
algunas ocasiones tras la lectura de un libro que te ha sobrecogido
te encuentras ante el dilema de la elección del siguiente y bajo la
motivación de superar o al menos igualar al que acabas de cerrar.
Pero no siempre es la línea
de actuación obligada y en el caso de “Huesos
en el jardín” se ajusta más a una segunda opción,
descansar de lecturas potentes e inolvidables y darle la oportunidad
a novelas breves que sin grandes pretensiones puedan oxigenarme y
prepararme para “arremeter” con empresas más
desafiantes.
Conocido
el autor y leído en otras ocasiones, esta novela al más puro estilo
de novela nórdica policíaca negra, responde a esa búsqueda a la que
antes hacia referencia. Si hubiera sido mi opera prima de Henning,
definitivamente me hubiera costado volver a seleccionarlo como
escritor de suspense; es este tipo de relato que al acabarlo piensas
que cualquiera lo hubiera podido escribir y que desde el principio ya
conocías el final.
Escasas
doscientas páginas escritas con una sencillez aplastante, con una
trama que roza el guión de películas de sábados por la tarde,
personajes familiares, de nula complejidad, con un protagonista
trillado al que parece dedicarle la obra en plan “homenaje de
jubilación”, poca calidad literaria, justo suspense, que en
ocasiones uno mismo podría aportar de su imaginación algún
elemento para darle acción e intriga a lo narrado,final sin sorpresa
aunque con ciertas contradicciones... vamos casi increíble e
improvisado.
Claro
tras estas “perlas” expuestas en la reseña no está
de más que surja la pregunta del misterio de terminarlo y no dejarlo
a medias. Lo primero no es propio de mi dejar abandonado a nadie, a
nada y mucho menos a un libro y segundo porque aún con mis criticas
para mi no ha sido una sorpresa, digamos que lo elegí sabiendo lo
que era esta novela de un par de horas en una tarde de viaje; de
manera que la reseña es para los que me siguen, para animarlos a
leer cualquier buena novela de este sueco antes que la que ahora
comento. Es un escritor con una trayectoria nada despreciable, pero
en este caso tengo la sensación de que la concibió bajo una
urgencia impropia de las anteriores.
En
cuanto a mi, cubrió mis expectativas y me preparó para la siguiente
elección que si que fue una novela de “palabras mayores”.
Garantiza
entretenimiento en una tarde de otoño arrugada en un sofá con
música de fondo y cabezadita de sueño incluida.
“Si
quieres cambiar los efectos, cambia las causas. La vida responde
siempre a los cambios improvisados”.
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