sábado, 28 de diciembre de 2019

La Muerte del Comendador 2, Haruki Murakami


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

En el primer volumen, dejamos al protagonista deseoso de saber qué se oculta detrás del cuadro titulado La muerte del comendador. También ha aprendido a convivir con los extraños personajes y objetos que lo envuelven desde que se instaló en la casa en las montañas. Y, a petición de su vecino, ha empezado a esbozar el retrato de una peculiar adolescente, Marie Akikawa. Pero cuando ésta, una tarde en que regresaba del colegio, desaparece misteriosamente, el protagonista se lanzará en su busca. Y para encontrarla no dudará en enfrentarse a lo desconocido, y tampoco a los terribles dilemas a los que su aventura va a conducirle. ¿Qué le ocurrió en el pasado al autor del cuadro La muerte del comendador? ¿Quién es el hombre sin rostro?...

Al igual que en la reseña anterior voy a intentar resumir el contenido de la segunda parte de lo que debería haber sido un único libro. En total casi mil páginas que hacen de estas dos entregas los libros más largos del escritor nipón.
El pintor sin nombre sigue viendo como los personajes de “La muerte del comendador” interactúan en versión diminuta con él. Menshiki, el extraño vecino continúa con sus extrañas peticiones. Ahora le pide que dibuje a una vecina adolescente que, casualmente, desaparece antes que concluya su cuadro. Mientras, el pintor  en la casa que habita nos expone sus continuas preguntas acerca de qué poder hacer con su vida, asistiendo perplejo a muchas incógnitas que siguen sin resolverse. La vida de este original inquilino sigue presidida por fantasías sobrenaturales que no hacen sino acentuar su vacío existencial, compartiendo todas estas emociones con la tarea de retratar a Marie.
Contado así la historia lejos de desvelar misterios se hace más absurda y no resuelve la trama que quedó pendiente en el primer libro. Es imprescindible la lectura en orden, de no ser así estamos condenados a no entender nada, la primera parte es la presentación de los hechos que encajan en la segunda.
Es más onírico y surrealista que el anterior pero si estás entrenado en la lectura de Murakami todo se simplifica. Aumenta la fantasía y no desaparecen las grandes cuestiones acerca de la existencia humana que persiguen al protagonista, justo ahora que vive un aturdimiento emocional y de sentimientos que combate con el sexo y la soledad. Ambos libros son un viaje a su interior y una búsqueda continua para encontrarse con su yo más profundo.
Respecto al arranque de la novela, resulta más ágil porque ya partimos de un inicio conocido, nos encontramos con los mismos personajes y la presencia novedosa de dos mujeres que se suman a este plantel tan variopinto de actores, todos son sus rasgos peculiares y su pequeño toque filosófico. El ritmo no obstante se hace lento y pastoso en ciertos momentos, lo que unido a descripciones muy alargadas ponen en peligro la buena marcha de la narración. Por momentos parece que todo en esta inmensa tela de araña de hechos se aclara y en ocasiones parece no dar respuestas a los enigmas pendientes; es al igual que la primera, Murakami en estado puro.
Ambientación perfecta, la lluvia que cae en los cristales, el sonido de las hojas en el bosque, el agitar del viento, hasta los olores son descritos al detalle potenciando ese ambiente exterior e interior. Coincido en los que dicen que la casa es la auténtica protagonista de cuanto sucede en el libro.
Las tareas del pintor se convierten en los temas principales que dan vida al argumento, tiene que pintar a Marie, debe resolver los enigmas pendientes, averiguar cómo ha salido el comendador del cuadro, cuáles han sido las causas para la desaparición de Marie y por supuesto encontrarse en su búsqueda eterna.
Resalta Murakami el impacto del aislamiento, de los recuerdos, de los sueños y la dificultad por encontrar la línea que separa la realidad de la fantasía.
No abandona este Premio Nobel sus referencias musicales, ni la mezcla de culturas ni los símbolos mitológicos o su defensa de la cultura nipona.
La prosa pulcra, llana, simple y el estilo directo de este japonés se deja sentir a lo largo de una novela dividida en capítulos algo densos por momentos y difíciles de seguir si no se está familiarizado con su pluma.
Para terminar hacer alusión al final que se hace corto y poco claro, en el fondo no me ha parecido que todo se haya zanjado, que el intento por dar sentido a la primera parte no se ha conseguido, tal vez por la posibilidad de una nueva entrega o más bien porque yo no lo he “pillado”; sea como sea al igual que el anterior os lo recomiendo, no podría hacer lo contrario con un libro de Haruki Murakami. Espero que os gusten.

“El aislamiento es un duro camino hacia la felicidad”.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Bailando en la oscuridad, Maureen Lee


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“En el Liverpool de nuestros días, Millie, una joven con un pasado familiar conflictivo, hace todo lo posible para que su relación con James funcione de la mejor manera posible. Por eso, avergonzada de sus orígenes, no quiere que James conozca a su familia, cuyos miembros fueron maltratados por un tiránico padre. Un domingo, cuando acude a la cena mensual con su familia, su madre le anuncia la muerte de su tía abuela Flo. Aunque apenas mantenía relaciones con ella, le pide el favor de limpiar y poner orden en la casa de la recientemente fallecida. Al ordenar las cartas y fotos de Flo, Millie descubrirá algunos de los secretos mejor guardados de su familia”.

Novela con argumento y trama bien trazados, parte de un inicio algo lento que hace peligrar el enganche de su lectura; pasados esos momentos iniciales, todas son buenas razones para disfrutar de esta sencilla y conmovedora historia.
Liverpool se convierte en el escenario de un relato que abarca dos momentos históricos alternados en el tiempo, desde la Segunda Guerra Mundial a nuestros días. Dos mujeres dan vida a esas etapas de la Historia y en ambas el denominador común de asistir al papel de los secretos bien guardados y a las consecuencias de ser descubiertos.
Ambientación impecable del pasado, personajes entrañables, bien construidos, con fuerza y especialmente el de ambas protagonistas alrededor de quienes pivota toda la historia. Entrelaza pasado y futuro a lo largo de capítulos de duración justa que confluyen en un final bastante aceptable.
Ameno, entretenido, bien escrito, lenguaje sencillo, de lectura rápida y contado para todos los públicos.
Las narraciones familiares que desencadenas tragedias no dejan de ser un alegato a la vida oculta de nuestros seres más próximos, resultan atractivas porque te plantean el dilema de si lo conocemos todo de aquellos con quien compartimos nuestra vida y las consecuencias de saber todo o descubrir algo que desconocíamos.
“Bailando en la oscuridad” es la lectura de domingo y mantita o de toalla y playa que sin más expectativas te proporciona un rato agradable frente a las páginas de un libro; me ha recordado a Kate Morton y sus novelas, os gustará.

“Durante nuestros momentos más oscuros, debemos centrarnos en ver la luz”.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Olivia o la lista de los sueños posibles, Paola Calvetti


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Inesperados. Así son los regalos dignos de este nombre. E inesperado es el inicio de esta historia: pocos días antes de Navidad, Olivia, una joven tímida, soñadora y romántica, es despedida. Con la única compañía de una enorme caja donde ha guardado sus cosas, Olivia pasea perdida por la ciudad hasta que encuentra refugio en un bar. Sentada a una mesa, observa a los variopintos clientes que entran y salen, entabla surrealistas conversaciones con un camarero y se sumerge en su pasatiempo preferido: escribir listas… Todo ello bajo el manto protector de su abuela, que le hizo el regalo más especial: una vieja Polaroid con la que Olivia retrata los momentos más hermosos de su vida.
En la misma ciudad y a la misma hora aparece Diego, un joven abogado para el que también es un día especial; un día que quizá ofrezca un poco de paz a un dolor que ha marcado su infancia
Si es verdad que el destino sigue reglas invisibles y es un poco caprichoso, tal vez, pero solo tal vez, justo en este momento los destinos de ambos se estén poniendo de acuerdo para encontrarse y reconfortarse…

Lo primero que me llamó la atención, fue la portada divertida y fresca elegida por autora, muy de aires italianos. Que nadie piense que es una historia romántica al uso, o al menos no ha resultado ser, más bien es el preludio de una historia de amor que está por llegar. Una novela que se construye a partir de pequeñas coincidencias, de caprichos del destino que acercan y separan a dos protagonistas cuyas vidas son paralelas sin que ellos mismos lo sepan
El relato comienza cuando despiden a Olivia del trabajo, un trabajo al que ha dedicado toda su vida, dejando de lado su faceta personal. Olivia trabajaba en el departamento de Marketing, un mundo que se ajusta como un guante a ella, ya que es una persona muy creativa; miles de ideas se solapan a cada segundo en su mente. 
La trama transcurre en un solo día de lluvia, siguiendo esta fluida y espontánea línea de pensamientos ligando recuerdos a reflexiones, en el presente pero con una mirada retrospectiva hacia la infancia, algo que lleva a cabo tanto Olivia como Diego, el segundo personaje sobre el que recae el peso de la novela.
La novela se estructura mediante capítulos en los que se intercalan las narraciones dedicadas a cada uno de los protagonistas. Los que se centran en Olivia están narrados en primera persona por ella misma de forma que todo lo que nos va contando pertenece a su subjetividad y su propia visión del exterior y los títulos se van definiendo mediante las horas del único día en que transcurre toda la acción. En cambio, la parte referida a Diego, está narrada en tercera persona y el título de sus capítulos se indica con un sencillo. Como detalle decir que los capítulos dedicados a Olivia son muchos más largos y detallados que los de su compañero de reparto. No están repletos de diálogos, pero eso no lastima la narración siendo fluida y fresca la lectura y aunque la historia no es profunda ni tan intensa como se espera, resulta agradable y amena.
Con una prosa juguetona, con mucho sentido del humor,  ideas ingeniosas y detalles sugerentes la novela no tiene un argumento muy definido sino que es un compendio de  recuerdos. Algunos tristes, otros divertidos, de reflexiones sobre el pasado y los sueños por cumplir. “Olivia o la lista de  los sueños posibles” no cuenta con una acción trepidante o giros inesperados, es simplemente el relato de la intimidad de dos vidas. Recuerdos, emociones, deseos, esperanza, dolor, muy parecidos a los que todos nosotros hemos vivido alguna vez.
Ambientada en el escenario de crisis económica padecida por la Humanidad, algo que la autora aprovecha para hacer una crítica acerca de la precariedad de los trabajos frente al derroche de los altos ejecutivos, que disponen del futuro de una juventud que queda acorralada sin medios de subsistencia.
Su título está relacionado con la lista que elabora la protagonista de todo aquello a lo que tiene que renunciar en estos momentos y a las posibles alternativas que le quedan. Mientras, Diego recapitula sobre su vida y la muerte, tanto suya como de un hermano, además se permite reflexionar sobre el sexo opuesto.
Es la lectura recomendad para hacer un descanso de novelas profundas, para cerrar un año, para momentos vacacionales, para recrearse en una historia fresca y desenfadada. Es el libro que se olvida con facilidad pero que hay que reconocer que por su sencillez sorprende y no das el tiempo por perdido
La novela en sí es amena y bien escrita. Tiene pocas páginas y no creo que le defraude a nadie; aunque no sea mi estilo. He tenido la impresión de que le faltaba algo, trama quizás, ya que es demasiado estática… Eso que te hace coger el libro para saber qué va a pasar. Pero eso es personal ya digo siempre que es una opinión de lectora aficionada nunca de crítica literaria, eso son palabras mayores. Os gustará.

“Ni ningún soñador es demasiado pequeño ni ningún sueño es demasiado grande”.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Hablaré cuando esté muerto, Anna Jansson



El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“En un pequeño barrio de la isla sueca de Gotland, la anciana Frida Norrby acaba de quedar viuda. Poco a poco la mujer irá descubriendo secretos del difunto, como el cadáver de un niño enterrado en su jardín y unos documentos entre los que hay unos mapas antiguos, que solo podían ser leídos tras su muerte. Todo parece indicar que estos son la clave para encontrar unos restos arqueológicos en la zona. A partir de este hallazgo se producen varias muertes en el vecindario.
La policía Maria Wern se encarga de investigar el caso y comienza a interrogar a los vecinos. Pero la resolución no será fácil: todos los vecinos tienen un móvil para matar. Y todos tienen algún motivo para morir
Encontrar un cadáver enterrado en el jardín de tu propia casa ya resulta bastante inquietante, pero descubrir que esos huesos pertenecieron a un niño, y que alguien a quien amaste los depositó allí, levanta una nube de sospechas que solo puede disiparse llegando al fondo del asunto. Pese a quien pese. Porque en  fría isla sueca nadie está libre de pecados, ni de rumores.”.

Entretenida y breve novela de “relleno” que se abordan sin más expectativas que pasar un rato de entretenimiento al cobijo de un libro. Lo bueno de este planteamiento es llevarte de vez en cuando una agradable sorpresa. La autora consigue con este argumento dotar a este thriller de una profundidad emocionante al hilvanar los hilos de esta curiosa trama. Sin duda Anna Jannsson representa a la nueva generación de escritores suecos de novela criminal.
La lectura resulta ágilamena y fácil de seguir, aunque al tratarse de una novela coral, a veces tengamos que hacer recuento de personajes. Los capítulos cortos ayudan a crear esta sensación de entretenimiento aunque la escritora nos sumerja en el ambiente sórdido y tan frío como el clima de la tierra y aunque, tengamos “entre manos” nada más y nada menos que: palas que excavan tierra en mitad de la noche, muertos que no lo están, personajes ambiguos que dan que pensar para bien y para mal la urgencia de resolver un misterio.
Es curioso como la autora distribuye una duda razonable hacia todos los personajes y ese es el pilar de la novela con tildes policíaco, con su investigadora María Wern que también cuenta con su propia historia y tragedia personal. Este método de confundirnos con diferentes culpables está explotado hasta la saciedad en la novela, tanto que llega a crearnos desazón en un mar de secretos, rencores y excéntricos vecinos capaces de todo.
He tenido la sensación de que se quedaba sin abordar el misterio que se esconde detrás de los restos óseos, de ahí que la historia quede desaprovechada. Con todo no hay que desmerecer la labor de Anna Jansson que construye una novela negra con tintes de investigación bien utilizada para describir una sociedad sueca muy encerrada en sí misma, con muchos misterios en el interior de las casas que apenas se reflejan en el exterior. Todos se conocen, pero de forma superficial. Dentro de sus casas la realidad no es la misma que se ve de puertas para fuera. Todos tienen algo que ocultar y no están dispuestos a darlo a conocer.
La novelista sueca demuestra un gran conocimiento de los lugares, la isla de Gotland está en el Báltico entre Suecia y Polonia, y la descripción de esos ambientes ponen en evidencia su capacidad para conocer a sus gentes física y psicológicamente.
Os la recomiendo por ser un libro cuyas trescientas cincuenta páginas están bien dosificadas de intriga y misterio, ritmo adecuado y entretenimiento asegurado. No quiero cerrar sin hacer referencia al papel de los ancianos como eje conductor de la investigación y el de los medios de comunicación en una población con nombre tan clásico como el de Roma. Os gustará.

“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.”

sábado, 30 de noviembre de 2019

La Bailarina de Auschwitz, Edith Eger


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“Eger tenía dieciséis años cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungría y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la cámara de gas y ella permaneció junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul” para Mengele salvó su vida, y a partir de entonces empezó una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaría convirtiéndose en discípula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras décadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que había vivido y de perdonar como camino a la sanación”.

Intentando dejar de lado las novelas de misterio, policíacas y thrillers psicológicos que tanto me gustan, abordo de vez en cuando novelas que se salgan de esta línea aunque a veces me encuentre con un ejemplar un poco “más de lo mismo”…, y es que en ocasiones los títulos con referencias a la barbarie nazi ya nos anulan la motivación y la sorpresa por creer que está todo leído.
“La Bailarina de Auschwitz” es una autobiografía de una joven húngara que estuvo en este campo de concentración y sobrevivió para contarlo. Es cierto que se aleja poco a poco del modelo de novela de testimonio de supervivencia, tanto que llega a convertirse en una guía de viaje. Me ha parecido incluso un libro de autoayuda por la cantidad de reflexiones a las que nos invita la protagonista.
El libro está dividido en cuatro partes. A lo largo de la primera Edith nos cuenta cómo llegó al campo de concentración, cómo bailó El Danubio azul ante el Dr. Mengele (logrando así seguir viva) y cómo sobrevivió a dicho calvario. En la segunda parte nos cuenta cómo fue la salida de ese infierno y cómo tuvo que aprender a vivir consigo misma y con todo lo que ahora llevaba sobre sus hombros (física y mentalmente). En la tercera parte expone sus experiencias al saborear la libertad después de tanto tiempo cautiva, de cómo se da cuenta de que aunque ya no esté allí dentro sigue siendo "una judía inferior al resto". Finalmente, en la cuarta y última parte, Edith habla de su propia curación: el momento del perdón.
Edith narra su vida en primera persona, desde su infancia en el seno de una familia judía de clase media, con sus dos hermanas Madga y Klara hasta su adultez, pasando por su juventud en el equipo de nacional de gimnasia (de donde la echaron por ser judía) y por sus años pasados entre los horrores del campo de concentración Auschwitz-Birkenau.
Respecto a los  personajes están bien construidos y trabajados o de personajes cercanos y humanos, los habituales en estas historias, personas valientes con las que resulta fácil empatizar.
La novela no cuenta con una trama propiamente dicha, sino que en esa división por partes aparecen las fases por las que pasa la protagonistala prisión, la huida, la libertad y la curación. En cada una de ellas, seguimos los pasos de la mano de la propia “bailarina”.
A pesar de esas cuatro divisiones, yo he sentido que la novela estaba dividida en dos grandes bloquesPor un lado tendríamos la parte personal, donde Edith nos cuenta su experiencia antes, durante y después de la guerra y de AuschwitzY por otro lado tendríamos la parte psicológica, donde nos cuenta las experiencias personales que vivió con los pacientes a los que ayudó y la forma en que esas experiencias la ayudaron a ella misma para salir adelante. Esta novela, que se mueve entre la biografía y autoayuda, no pretende ser una mera descripción de hechos y acontecimientos que sucedieron durante la Segunda Guerra Mundialsino un cúmulo de experiencias personales tanto de gente que sufrió la guerra como de gente que no estuvo relacionada con ella pero aun así necesitaban la ayuda de Edith para guiarles hacia su propia libertad.
La autora escribe de una forma cercana y directa, se sirve de frases breves y concisas que nos llegan sin remilgos.
A pesar de que muchos de los capítulos no eran precisamente cortos (algunos incluso superaban las veinte páginas)en ningún momento se me hizo pesada ni aburrida, por lo que el ritmo de lectura es bastante ágil y se deja leer con agrado. Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes.
Pero, sintiéndolo mucho, es un libro que me ha decepcionado un poco, simplemente no era lo que yo esperaba. Había momentos en los que tenía que forzarme a leer capítulos que no me parecían interesantes, y repito que me duele decir esto porque es la historia de una mujer real que tiene que ser maravillosa y toda una luchadora, pero no he conseguido conectar con el libro.
Todo esto no le resta mérito al libro, es una historia para leerla con sosiego y buscando pasear por las experiencias de vida de alguien que vivió esos horrores y lograron escapar a un futuro con el que nunca contaron. Tengo la sensación que la sinopsis no se corresponde con la historia narrada. Os gustará.

"La libertad reside en aceptar lo sucedido. La libertad significa armarnos de valor para desmantelar la prisión pieza a pieza".

viernes, 22 de noviembre de 2019

La Loba Negra, Juan Gómez Hurtado


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

SEGUIR VIVA Antonia Scott no tiene miedo a nada. Solo a sí misma.
NUNCA FUE Pero hay alguien más peligroso que ella. Alguien que podría vencerla.
TAN DIFÍCIL La Loba negra está cada vez más cerca. Y Antonia, por primera vez, está asustada.
Casi un año después Juan Gómez Jurado nos complace con la segunda entrega de la “Reina Roja”, en esta ocasión no ha sido necesaria su recomendación, la estaba esperando puesto que en líneas generales me gustó mucho y la curiosidad me mataba por saber si la calidad literaria era la misma o se había visto mermada por aquello de “nunca segundas partes fueron buenas”.
Más de quinientas páginas para volver a disfrutar de Antonia Scott y Jon Gutiérrez la peculiar pareja de “no policía” y “policía no gordo” que ya protagonizaron la novela anterior. Podríamos decir que nada ha cambiado en ellos pero no sería cierto. Ambos han sufrido cambios en el tratamiento y en sus acciones y eso ha desmerecido el relato, yo esperaba a la peculiar mujer desquiciada e impulsiva de la “Reina Roja” y al vasco XXL con el que tanto llegué a empatizar. No obstante ambos se rodean ahora de un repertorio de mujeres tan diferentes y extravagantes que suplen los cambios de cada uno de ellos.
En esta entrega asistimos al devenir de los personajes en un trasfondo de aplastante actualidad, el tráfico de drogas en Andalucía narrada cada escena con detallismo y precisión a tal extremo que llegamos a formar parte de ellas. Aún con el tema que sirve de telón el ritmo es más pausado no tan frenético aunque no carente de agilidad y linealidad en el argumento. Las dosis de ironía y humor siguen siendo parte del relato como un sello de identidad de Juan Gómez Jurado y eso es de agradecer.
Es inevitable hacer la reseña comparándola con la entrega anterior, pero no es necesario, aunque si recomendable leerlas en orden de aparición entre otras razones porque esperas que se resuelvan o expliquen enigmas que quedaron pendientes y que al parecer habrá que seguir esperando.
La estructura es muy similar a la primera parte, se presenta dividida en cuatro partes subdividida a su vez en capítulos breves y numerados de fácil comprensión, con diálogos frecuentes y un vocabulario trabajado, usando la tercera persona así como  el narrador omnisciente para ir desvelando la trama; herramientas literarias ya utilizadas por el autor y con las que nos hallamos familiarizados.
Quiero recomendarla sin lugar a dudas, puede parecer que la reseña dice lo contrario, aunque es una novela sencilla detrás existe un trabajo brutal con una prosa cuidada y una narración impecable; lo que ocurre es que puede parecer en momentos puntuales que se ha estirado la trama de manera forzada pero el entretenimiento y las horas de suspense no se ven hipotecadas, os gustará y si hay una tercera entrega también.

“Ser nosotros mismos hace que acabemos exilados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos”.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Alegría, Manuel Vilas


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

Desde el corazón de su memoria, un hombre que arrastra tantos años de pasado como ilusiones de futuro, ilumina, a través de sus recuerdos, su historia, la de su generación y la de un país. Una historia que a veces duele, pero que siempre acompaña.
El éxito desbordante de su última novela embarca al protagonista en una gira por todo el mundo. Un viaje con dos caras, la pública, en la que el personaje se acerca a sus lectores, y la íntima, en la que aprovecha cada espacio de soledad para rebuscar su verdad. Una verdad que ve la luz después de la muerte de sus padres, su divorcio y su vida junto a una nueva mujer, una vida en la que sus hijos se convierten en la piedra angular sobre la que pivota la necesidad inaplazable de encontrar la felicidad.
A medio camino entre la confesión y la autoficción, el autor escribe una historia que toma impulso en el pasado y se lanza hacia lo aún no sucedido. Una búsqueda esperanzada de la alegría.

Finalista del Premio Planeta 2019 y para no perder la opinión de este galardón sigo diciendo que es un misterio los criterios para fallarlos.
Este año al igual que otros lo más atractivo de ambos escritores y sus novelas han sido las portadas. Me duele ser tan “bruta”, pero tambien me fastidia la decepción y el dinero que a veces me gasto en libros que año tras año me quedan con la miel en los labios.
En mayo del 2018 leí “Ordesa”, impactante e inolvidable, mis críticas fueron mitad positivas mitad negativas y si algo saqué en conclusión es que no era aptos para gente en estados de ánimos depresivos. Tras la lectura de “Alegría” puedo decir que participa del mismo mundo, llegando a dudar de si no es la consecuencia natural de la anterior. Comparte narrador, temas, estilo confesional, la añoranza por el pasado, el repertorio de reflexiones y la manera de ver el mundo.
Novela de sentimientos y emociones, el narrador que coincide con el escritor, desarrolla una historia a modo de retrato personal basado en la relación con sus hijos y la obsesión permanente con sus padres, un ir y venir entre el pasado y los planes de futuro. El amor filial y el desgarro por la ausencia de sus padres ponen en evidencia el carácter intimista de esta narración sin duda autobiográfica de Manuel Vilas.
Tengo una dudas muy grandes que no he resuelto, ¿el título es realmente elegido por el autor con algún propósito oculto o es ironía?, ¿responde algún misterio el hecho de nombrar a los personajes de la novela con nombres de composiciones musicales clásicas? y ¿el estilo casi telegráfico y repetitivo guarda algún objetivo literario que desconozco?..., de verdad que me he quedado pillada con estas cuestiones. Quiero entender que sus pretensiones se mueven en el interés por la búsqueda de la “Alegría” como el único sentimiento que puede hacer de motor para superar las adversidades de la vida, que a pesar de lo crudo de la realidad, el desgarro y la amargura son compañeras de la “Alegría” y que cualquier actitud pesimista nos conduce al desgarro y el dolor, sentimientos que nos privan de la felicidad.
No me ha quedado duda de que utiliza los viajes como hilo conductor, que aunque Manuel Vilas diga lo contrario yo encuentro que la tristeza tiene un papel principal en la novela y eso me resulta contradictorio, que en el relato sobra un poco de todo, que es autobiográfico, sincero e intimista, que la mezcla de lo novelado y realista se distingue con facilidad y lo más evidente que me ha gustado lo mismo que “Terra Alta”.
Espero que os guste más que a mí, yo sigo sumando decepciones con los “Planetas” convencida cada día más de las buenas novelas que quedarán sin ser galardonadas.

"El espíritu de supervivencia que es capaz de crear un ser humano contiene una energía superior a la de la combustión del Sol y de todas las estrellas del universo".

martes, 12 de noviembre de 2019

Terra Alta, Javier Cercas



El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

Un crimen terrible sacude la apacible comarca de la Terra Alta: los propietarios de su mayor empresa, Gráficas Adell, aparecen asesinados tras haber sido sometidos a atroces torturas. Se encarga del caso Melchor Marín, un joven policía y lector voraz llegado desde Barcelona cuatro años atrás, con un oscuro pasado a cuestas que le ha convertido en una leyenda del cuerpo y que cree haber enterrado bajo su vida feliz como marido de la bibliotecaria del pueblo y padre de una niña llamada Cosette, igual que la hija de Jean Valjean, el protagonista de su novela favorita: Los miserables.

Que tenga que hablar mal de los fallos del jurado de los Premios Planeta es ya un clásico en mí. Debo de tener algo de masoquista porque a sabiendas de lo que me voy a encontrar insisto en leerlos, tal vez para convencerme de que es un auténtico misterio los criterios para decidir que  novela es digna de este galardón; francamente hace tiempo que este premio dejó de gozar de mis respetos.
Javier Cercas era un nombre que garantizaba que lo arriba expresado rompiera la ecuación que se viene repitiendo desde hace años y así ha sido. Novela de género negro a modo de thriller con un ritmo contenido y dosificado en medio de una narración repleta de reflexiones acerca de la justicia, la venganza, excesos de tópicos que dan forma a un texto entretenido y bien trazado.
He leído otras novelas de Javier Cercas y siempre mantiene la misma calidad sin decepcionar ni dejar cabos sueltos. Un argumento trazado con detalles que casan a la perfección, narración en dos tiempos  que giran alrededor del protagonista a fin de conocer el origen de Melchor Martín, personaje que evoluciona producto de sus propias experiencias, su pasado y su presente se alternan en la trama hasta llegar a coincidir en una investigación que da respuesta a múltiples preguntas. El punto de partida gira alrededor de la investigación de unos asesinatos que pierde protagonismo en favor de la epopeya de Melchor Martín y sus avatares para conseguir un lugar en el mundo. Todo ello en un escenario histórico de acontecimientos recientes como son los atentados de las Ramblas de Barcelona, tratados de puntillas para la influencia que tienen en el propio relato.
Hasta la mitad del libro el objetivo es  conocer la vida de Melchor Martín, un personaje que con treinta años había vivido lo que cualquier mortal en ochenta; a partir de esa impresión reconocí el trabajo de enlazar la realidad con la ficción y cómo las experiencias de este joven resultaban más importantes que la resolución del crimen, de ahí que a veces la intriga y los escasos giros argumentales parezcan quedar en un segundo plano, ahora bien, esto no sacrifica el interés y la motivación para llegar a la resolución de un caso con un final algo previsible.
Aunque esperable desde el principio, esta primera parte se hace entretenida, no hay que olvidar que Javier escribe muy bien, quizás eso es lo que salva en parte a la novela además de estar dividida en capítulos que alternan el pasado con el presente, con una redacción buena y ligera aunque con exceso de explicaciones y confesiones que no llegan a resultar cansinos.
El guiño a Víctor Hugo y los Miserables, novela que marcó la vida de Melchor Marín, gozan de un papel relevante en la historia, un eje conductor que enriquece y justifica la transformación del personaje.
No soy más que una lectora que me gusta disfrutar lo que leo, por supuesto no soy nadie para criticar a un escritor como Javier Cercas al que descubrí con su maravilloso “Lápiz del carpintero”, de manera que solo por eso me veo obligada a decir lo que realmente me ha parecido “Terra Alta” y es que desde que se descuelga la trama policial hasta el final abierto puedo decir que aunque al principio leí con la actitud de rechazo a los premios navideños, no he sufrido la decepción esperada, dando por salvada la lectura satisfactoriamente.
Espero que esta novela  sea una primera entrega de una saga protagonizada por este policía porque de ser así ya digo que no me las voy a perder. Espero que os guste.

“La Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella”.

jueves, 7 de noviembre de 2019

La Paciente Silenciosa, Alex Michaelides

 

El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

SOLO ELLA SABE LO QUE SUCEDIÓ.
SOLO YO PUEDO HACERLA HABLAR.
“Alicia Berenson, una pintora de éxito, dispara cinco tiros en la cabeza de su marido, y no vuelve a hablar nunca más. Su negativa a emitir palabra alguna convierte una tragedia doméstica en un misterio que atrapa la imaginación de toda Inglaterra.
Theo Faber, un ambicioso psicoterapeuta forense obsesionado con el caso, está empeñado en desentrañar el misterio de lo que ocurrió aquella noche fatal y consigue una plaza en The Grove, la unidad de seguridad en el norte de Londres a la que Alicia fue enviada hace seis años y en la que sigue obstinada en su silencio. Pronto descubre que el mutismo de la paciente está mucho más enraizado de lo que pensaba. Pero, si al final hablara, ¿estaría dispuesto a escuchar la verdad?”.
Recomendación de una amiga que siempre me lleva ventaja en los éxitos de “escaparate de librerías”. Thriller perfecto al más puro estilo psicológico, de estos que indagan en las profundidades de la mente humana. Comienzo y despegue de cohete que presagia una lectura trepidante con todos los ingredientes a los que estamos acostumbrados, fácil de leer y con entretenimiento garantizado.
Historia narrada a dos voces que frente a ese inicio vertiginoso asistimos a una pérdida de intensidad a medida que avanza la trama y somos testigos de unos personajes a los que le faltan fuerza y arraigo, lo que hace flojear el relato y sentir que le falta la tensión narrativa que se espera con una sinopsis como la arriba reseñada.
Sin grandes pretensiones, resulta fácil de leer, dividida en capítulos breves en los que siempre pasa algo, bien hilvanados los elementos de su trama y con un ritmo algo cambiante que destaca por continuos acelerones. Llama la atención las innumerables citas a mitos y tragedias griegas, la explicación se halla en una pasión infantil del autor que confiesa aún forma parte de su vida.
No resulta especial el desenlace de la historia y además es predecible, creo que le falta coherencia si se ajusta al desarrollo de la investigación y al cierre de la trama. Una curiosidad es el lenguaje propio para adolescentes que chirría un poco en el relato; por lo demás merece la pena leerlo aunque nada comparado con otros grandes del género. Espero que os guste.
“Nada fortalece tanto la autoridad como el silencio”.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Un juego de niños, Donna Tartt


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Desde siempre los Cleve han tenido la sana costumbre de rememorar juntos la historia familiar, añadiendo esos pequeños detalles que adornan la realidad y convierten una simple anécdota en un hecho fastuoso. Todos hablan de todo, pero nadie se atreve a recordar la tarde de verano en que el pequeño Robin apareció ahorcado en un árbol del patio trasero de su casa. Harriet, la hermana menor de Robin, era un bebé cuando tuvo lugar el crimen, y ahora es una niña de doce años con las rodillas llenas de rasguños y el ánimo peleón de quien acaba de estrenarse en la vida. Es ella la única que parece preocuparse por saber el nombre del asesino y comprender la razón honda de ese horror, pero nadie contesta a sus preguntas, y el mundo de los adultos se alza como una barrera gris que esconde miedos, vicios y pecados. ¿Será capaz esa niña de resolver sola un caso que la policía ya tenía archivado?.”

A Donna Tartt, la conocí hace ya algunos años gracias a las recomendaciones de una amiga que trabaja en la Biblioteca Pública, sus novelas que suelen ser auténticos “ladrillos” de cientos de páginas, tienen sinopsis muy atrayentes que compensan la primera impresión que te causan libros tan extensos, motivo suficiente para darle una primera oportunidad. “El Jilguero” y “El Pecado”, se ajustan a estas características. Ambos superaron mis expectativas, cada uno con sus pros y sus contras pero recuerdo que me gustaron lo suficiente como para no dejar atrás esta tercera entrega que hoy reseño.
Una novela que nos traslada a la inocencia de la infancia, aventuras, violencia, una trama muy buena pero que nos deja un final poco convincente y sujeto a muchas especulaciones para el lector. Vaya por delante que se trata de una obra de fácil lectura, con unos personajes bien dibujados y que muestra una cierta sensibilidad para algunos matices del mundo infantil, convirtiéndola en una novela de corte intimista.
El misterio inicial de la muerte de Robin se convierte en el enganche de la lectura, en la justificación de la escritora para contarnos una historia desde la óptica de una preadolescente perdida en un mundo de adultos. Narra la vida de Harriet obsesionada con el asesinato de su hermano mayor cuando ella era solo un bebé, muy alejada del esquema de la típica novela de misterio, con un final en el que  no se obtienen respuestas a los interrogantes de la trama; los que esperan la novela clásica de intriga, suspense y terror se van a sentir decepcionados.
Buena estructura narrativa, escrita con prosa elegante y depurada, sin acelerones en el ritmo, tensión continua y lenguaje asequible. Respecto a los personajes destacan por su profundidad psicológica a pesar de que Donna se recrea en la protagonista y descuida al resto de los protagonistas, contando parte de su vida aunque esta no tenga nada que ver con el crimen inicial.
Descripciones de lugares que son en un principio bien recibidas, así como las características físicas y psíquicas de los miembros de este clan familiar, pero con el tiempo insistir en ellas hace de la novela un asunto tedioso y “machacón” que arruina la estructura de la novela.
No carece de crítica social y aborda buenos temas al más puro estilo de las novelas sureñas del Mississippi, resaltando las características de una familia que debe enfrentarse a un drama y los efectos generacionales que esto tiene a lo largo de toda una vida.
Hay que reconocer que se deja leer, pero la supuesta trama en la que se basa el libro está inconclusa, no sé si por error o intencionadamente, se distingue un buen principio pero no se aclara el final y el desenlace está sin determinar, parece una moraleja al valor de la venganza.
Si te gustan las novelas grandes y no te provoca pereza ni urgencia empezar y terminar un novelón al que le sobran algunas cientos de páginas, te animo a leerla, ya sabéis lo que pienso del arte de escribir y en honor a la verdad la recomiendo. Os gustará.

“Disfrutar de los buenos momentos es algo que podemos empezar a hacer tengamos la edad que tengamos”.

domingo, 20 de octubre de 2019

El lado oscuro del corazón, Dolores Redondo


     
El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

"Cuando Amaia Salazar tenía doce años estuvo perdida en el bosque durante dieciséis horas. Era de madrugada cuando la encontraron a treinta kilómetros al norte del lugar donde se había despistado de la senda. Desvanecida bajo la intensa lluvia, la ropa ennegrecida y chamuscada como la de una bruja medieval rescatada de una hoguera, y, en contraste, la piel blanca, limpia y helada como si acabase de surgir del hielo.”
En agosto de 2005, mucho antes de los crímenes que conmocionaron el valle del Baztán, una joven Amaia Salazar de veinticinco años, subinspectora de la Policía Foral, participa en un curso de intercambio para policías de la Europol en la Academia del FBI, en Estados Unidos, que imparte Aloisius Dupree, el jefe de la unidad de investigación. Una de las pruebas consiste en estudiar un caso real de un asesino en serie a quien llaman «el compositor», que siempre actúa durante grandes desastres naturales atacando a familias enteras y siguiendo una puesta en escena casi litúrgica. Amaia se convertirá inesperadamente en parte del equipo de la investigación que les llevará hasta Nueva Orleans, en vísperas del peor huracán de su historia, para intentar adelantarse al asesino...
Pero una llamada de su tía Engrasi desde Elizondo despertará en Amaia fantasmas de su infancia, enfrentándola de nuevo al miedo y a los recuerdos que la dotan de un extraordinario conocimiento de la cara norte del corazón”.
No resulta sencillo reseñar la última novela de Dolores Redondo y más si no me ha gustado tanto como sus anteriores publicaciones. En ocasiones tengo la sensación de ser algo “rara” a la hora de percibir según que lecturas y me entra pánico en los momentos en los que debo decir sinceramente las impresiones que me han causado.
Novela negra de misterio y suspense que se sitúa en el 2005 antes de los crímenes del Valle de Baztán. No es necesario leer la Trilogía anterior, de hecho es algo casi imposible que no se haya hecho, al menos es mi caso, lo que puede complicar a partes iguales la aceptación o rechazo y por supuesto la comparación entre aquellas y esta.
La trama es buena, nos lleva a los primeros años de Amaia Salazar en la Academia del FBI en Quántico, a partir de ahí asistiremos a la investigación criminal en el corazón de Nueva Orleáns. No es una novela cercana al thriller donde detective persigue capítulo tras capítulo al asesino, corriendo, sin pausa, sino que se trata de una investigación más serena y centrada en entender cómo el paisaje puede convertirse en un personaje más, y en uno, además, agresivo y lleno de matices. La ambientación y atmósfera que cobija esta trama es genial, desolación y catastrofismo que invita a reflexionar ante el impacto de las catástrofes naturales y las situaciones a las que hace frente una determinada porción de la Humanidad.
Respecto a los personajes ya son familiares y se nos presentaron en la Trilogía de Baztán, personajes que están muy delimitados y tanto Amaia Salazar como Dupree, claros protagonistas de la novela, son perfectamente reconocibles para aquellos que ya hemos leído antes a la autora y, también, perfectamente dibujados para aquellos que sea la primera vez que se acercan a la obra. Ambos arrastran un pasado doloroso y del que iremos sabiendo cada vez más. No hay que olvidar que aparece la “Tía Engrasi” y que gracias a ella se desvelará un oscuro secreto.
Aunque la novela sigue el esquema típico del género, Dolores Redondo introduce elementos como son el folklore de Nueva Orleáns, la catástrofe natural y la trata de personas que casan a la perfección y que sustituyen sus mitos vascos por los de esta parte del planeta. Sin duda recurre a esta fórmula aceptada y de éxito garantizado a juzgar por sus anteriores entregas. Procura unir las piezas del pasado con las del presente o lo que es igual entre Elizondo y Nueva Orleáns, engordando así la fantasía de su trilogía.
Es evidente que algo me ha gustado pero sin dejar de ser una buena historia de suspense, hay momentos en los que no parecía escrita por Dolores Redondo, resultaba forzada, como cuando se escribe por imperativo editorial, es más flojo que otros, las descripciones se hacen densas y largas, el interés se pierde demasiadas veces y lo peor el desenlace con rasgos muy “americanos”.
No es mi intención desanimar a nadie porque mis expectativas no se hayan cumplido, estamos hablando de una gran narradora, que cuenta historias y lo hace muy bien, que entretiene y atrapa con sus novelas, todo eso es suficiente para recomendaros su lectura, no me cabe duda que os gustará; y por supuesto solo soy una lectora no una crítica y mis respetos hacia todos los que nos hacen disfrutar tanto.
“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”.