viernes, 22 de noviembre de 2019

La Loba Negra, Juan Gómez Hurtado


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

SEGUIR VIVA Antonia Scott no tiene miedo a nada. Solo a sí misma.
NUNCA FUE Pero hay alguien más peligroso que ella. Alguien que podría vencerla.
TAN DIFÍCIL La Loba negra está cada vez más cerca. Y Antonia, por primera vez, está asustada.
Casi un año después Juan Gómez Jurado nos complace con la segunda entrega de la “Reina Roja”, en esta ocasión no ha sido necesaria su recomendación, la estaba esperando puesto que en líneas generales me gustó mucho y la curiosidad me mataba por saber si la calidad literaria era la misma o se había visto mermada por aquello de “nunca segundas partes fueron buenas”.
Más de quinientas páginas para volver a disfrutar de Antonia Scott y Jon Gutiérrez la peculiar pareja de “no policía” y “policía no gordo” que ya protagonizaron la novela anterior. Podríamos decir que nada ha cambiado en ellos pero no sería cierto. Ambos han sufrido cambios en el tratamiento y en sus acciones y eso ha desmerecido el relato, yo esperaba a la peculiar mujer desquiciada e impulsiva de la “Reina Roja” y al vasco XXL con el que tanto llegué a empatizar. No obstante ambos se rodean ahora de un repertorio de mujeres tan diferentes y extravagantes que suplen los cambios de cada uno de ellos.
En esta entrega asistimos al devenir de los personajes en un trasfondo de aplastante actualidad, el tráfico de drogas en Andalucía narrada cada escena con detallismo y precisión a tal extremo que llegamos a formar parte de ellas. Aún con el tema que sirve de telón el ritmo es más pausado no tan frenético aunque no carente de agilidad y linealidad en el argumento. Las dosis de ironía y humor siguen siendo parte del relato como un sello de identidad de Juan Gómez Jurado y eso es de agradecer.
Es inevitable hacer la reseña comparándola con la entrega anterior, pero no es necesario, aunque si recomendable leerlas en orden de aparición entre otras razones porque esperas que se resuelvan o expliquen enigmas que quedaron pendientes y que al parecer habrá que seguir esperando.
La estructura es muy similar a la primera parte, se presenta dividida en cuatro partes subdividida a su vez en capítulos breves y numerados de fácil comprensión, con diálogos frecuentes y un vocabulario trabajado, usando la tercera persona así como  el narrador omnisciente para ir desvelando la trama; herramientas literarias ya utilizadas por el autor y con las que nos hallamos familiarizados.
Quiero recomendarla sin lugar a dudas, puede parecer que la reseña dice lo contrario, aunque es una novela sencilla detrás existe un trabajo brutal con una prosa cuidada y una narración impecable; lo que ocurre es que puede parecer en momentos puntuales que se ha estirado la trama de manera forzada pero el entretenimiento y las horas de suspense no se ven hipotecadas, os gustará y si hay una tercera entrega también.

“Ser nosotros mismos hace que acabemos exilados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos”.

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