Reconozco que de todas las lecturas que he elegido
durante el aislamiento social, es la que más me ha hecho pensar. Una historia
que se desarrolla en un ambiente alejado del mundal ruido de la ciudad, en una
remota localidad montañosa de Polonia, donde la naturaleza y el “aislamiento”
se consideran un lujo.
“Janina Duszejko es una ingeniera de caminos retirada
que enseña inglés en la escuela rural de Kotlina Kodzka, una región montañosa
del suroeste de Polonia. Cuando la rutina del pueblo se ve sacudida por una
serie de asesinatos que tienen como víctimas a varios cazadores furtivos,
Janina, apasionada de la astrología, defensora a ultranza de los animales y
obsesionada por la obra del poeta William Blake, intentará resolver por su cuenta
los misteriosos crímenes”.
La autora de la novela, está
considerada una de las mejores representantes de la narrativa polaca. Con esta novela ha querido dar vida a un
relato de los que se llaman thrillers metafísicos, de tintes policiacos con
trasfondo ecologista, muy de actualidad en el panorama literario. Su lectura resulta variopinta, desde la
originalidad de su narrativa con una protagonista sumamente curiosa, hasta el
formato, que la convierte en una novela de intriga, aunque sin pretensiones de
ser policíaca o negra.
Desde el principio la lectura
es amena. Describe los pintorescos y extraños personajes insociables, huraños,
extravagantes, solitarios y excéntricos, que la autora ha tenido a bien
bautizar con nombres más que apropiados; son los pobladores de esta aldea muy
cercana a Transilvania, lo que le da un toque misterioso y tétrico a la
historia.
La acción de esta novela se pone en marcha
con ocasión de la muerte violenta de una serie de personajes cuyo
entretenimiento es la caza, a veces furtiva y otras no, y de cuya investigación
parece hacerse cargo nuestra protagonista. Desarrollada en un periodo de más o menos
un año completo desde la aparición del primer vecino, experto trampero que
aparece atragantado, hasta la última de una sucesión de muertes relacionadas
con el negocio de esta actividad.
Contado en primera persona por la propia Janina,
resulta ser un personaje muy original y rudo para mi gusto, no he llegado a
empatizar con ella, no tanto por sus pensamientos y reflexiones que entiendo,
como por el comportamiento visceral y desmedido que provoca sorpresas
inesperadas. El punto de astróloga ha llegado a resultar algo tedioso y
cansino. Aun así esta jubilada metida a detective y a pesar de sus rarezas me
ha resultado valiente en su determinación y en su lucha contra la hipocresía y
el constante esfuerzo por llegar a la verdad.
Trama buena, bien construida, prosa bonita que me
ha gustado y un estilo irónico y casi humorístico para una novela aparentemente sencilla, pero que aborda diversos temas,
como el de los animales, la falta de respeto hacia la naturaleza, la amistad,
la soledad, la vejez y la muerte, la poesía, el amor hacia las especies indefensas del
bosque y en general a las víctimas de los cazadores furtivos y regulares. Con
estos “mimbres” se va a poco a poco desarrollando
una interesantísima y misteriosa historia, que mantiene viva la atención y la
curiosidad por saber el desenlace.
Respecto a encuadrarlo en un
género, hay una mezcla de todo y no hay que olvidar el estilo ecologista y las
reflexiones que contiene sobre la vida. No obstante el formato nos recuerda a
la novela negra, con sus muertos, sus investigaciones, sus giros y su descubrimiento del
culpable como mandan los cánones. Solo el ritmo y la narrativa desvelan que
estamos ante una obra de género más complejo.
Muy descriptiva en
cuanto a paisajes y entornos, vamos viendo y sintiendo los cambios de
estaciones y la incidencia de estos en el carácter de los habitantes de esta
región. Tokarczuk retrata soberbiamente la
sociedad local, en la que deja entrever las diferencias de una sociedad
urbanita con las del pueblo. Aunque no hable de esas diferencias, están
presentes, porque es inevitable comparar el lugar de la narración con cualquier
ciudad o pueblo grande.
Me ha gustado el viaje físico por
los territorios en los que se desarrolla la historia, la mezcla de narrativa y
thriller, el modo en el que aprovecha para lanzar la denuncia y crítica hacia
la explotación del medio y la violencia gratuita que ejerce el ser humano
contra la naturaleza y también los toques crueles mezclados con las dosis de
ternura que aparecen bien dosificados a lo largo de todo el libro. Es una
historia dura y diferente, muy psicológica y profunda. Os gustará.
“El mundo es una gran
trama, un todo en el que no hay
hechos aislados.”
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