martes, 11 de julio de 2017

El Ángel, Sandrone Dazieri

 Sandrone Dazieri llegó a mi repertorio de lecturas con su primera entrega de “No está solo”, fue una sorpresa conocerlo y gozar de esa forma de escribir tan apasionante que tiene. En esta ocasión y nada más saber de “El Ángel”, la reacción fue muy parecida y sin pensarlo esperé al verano para disfrutar intensamente de este relato de suspense e intriga que yo calificaría de “negrísimo”.
La muerte llega a Roma a las doce menos diez minutos de la noche con un tren de alta velocidad procedente de Milán. Del coche de lujo extrañamente no sale nadie. Todos los pasajeros están muertos. La subcomisaria Colomba Caselli, que acaba de reincorporarse al servicio tras su último y escalofriante caso, es quien se encarga de evaluar la masacre. Aunque todo apunta a un ataque de terrorismo y el ISIS reivindica la autoría a través de un vídeo, Colomba prefiere pedir consejo a la única persona capaz de ver lo que nadie más ve: su excolaborador Dante Torre, al que no dirige la palabra desde hace meses. Este deberá juntar los indicios uno a uno hasta llegar al Ángel.
Al haber leído “No está solo”, lo primero que resulta fácil es reconocer a la pareja de investigadores que se harán cargo de este hecho criminal de magnitudes desproporcionadas; Colomba Caselli y Dante Torre vuelven a la acción, y lo hacen tras un paréntesis de separación que se irá desvelando en el libro. Ella apartada del servicio por insubordinación, acaba de volver y lo hace “a lo grande”, lo que parece estar claro por las evidencias se complica en una trama donde urge conocer al autor y las causas que han motivado la masacre.
El inicio es de zarpazo, te atrapa y engancha hasta el final, no hay posibilidad de abandonar hasta descubrir la personalidad de “El Ángel”. Hay una trama principal que a su vez se nutre de subtramas que nos llevan a momentos pasados, con referencias a años anteriores y acontecimientos que nada parece tener que ver con el suceso, pero que a medida que avanza la historia quedan justificados a la perfección. Sandro ha tenido el acierto de escribirlo en cursiva para marcar las diferencias temporales y los escenarios.
Estructurada en dos grandes bloques, divididos en cinco partes y distribuidos en capítulos de corta extensión. Prosa y lenguaje sencillo, que junto a  diálogos y reflexiones continuas ofrecen un ritmo intenso que no decae en ningún momento; el suspense y la tensión aumenta de manera marcada y culmina con un final de traca.
La complejidad de la trama y la carga imaginativa de este guionista italiano, podía haber puesto en peligro semejante cóctel de elementos, pero el planteamiento y el desarrollo es perfecto, todo bien hilvanado, descripciones visuales que llegan a parecer fotos escritas y los giros y efectos argumentales muy bien logrados, haciéndola una  novela “pegamento” con la que yo disfruto “a rabiar”.
Reconozco que estoy un poco cansada de parejas de investigadores y policías de pasados traumáticos y presentes echados a perder, pero también admito que no todos son de la misma calidad; ambas personalidades la de Colomba y Dante están muy trabajadas, son creíbles dentro de la ficción y su apoyo incondicional les hace la pareja perfecta para desafíos de esta envergadura. Hay un narrador omnisciente que va contando todo bajo una visión general, un testigo de hechos y pensamientos que verbaliza de cada personaje, lo que ayuda a seguir la trama de este monumental argumento.
Recomendada para los amantes del suspense y la intriga, pueden leerse de manera aislada, aunque lo recomendable es en el orden en el que han sido escritas. Espero que la producción literaria de este genio no se detenga aquí, a la espera entonces de la siguiente. Espero que os guste.

“Si algo despierta la curiosidad de los asesinos en serie es, además de sus crímenes, aquello que guardan en sus mentes enfermas”.

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