No es precisamente el tipo de novela con las que disfruto,
pero de vez en cuando se cruzan en mi camino y sin quererlo las acabo leyendo.
Diría que los ambientes del México actual y en especial los carcelarios no van
a ser el ambiente ideal para esperar que el amor y la redención vayan a hacer
acto de presencia, no obstante aunque difícil, aparecen en esta dura e intensa
historia de violencia donde las puertas a la esperanza permanecen abiertas
hasta el final.
Os cuento, Marina es una mujer casada con una vida
resuelta que se involucra en un amorío con un hombre en el que nunca habría
pensado para tal relación. Desde ese momento dos extremos de la sociedad
representados en ambos personajes, sirven para retratar dos Méxicos
completamente opuestos y lo hace a través de la condición humana que ambos
muestran desde el inicio hasta el final del relato, creando una radiografía de
un país y una historia de amor que traspasa todos los límites.
Con este resumen podemos pensar que nos vamos a
encontrar la novela del año; personalmente he tenido que buscar datos del autor
para entender una lectura como esta. Al parecer Arriaga es un maestro de los
guiones, no en vano es el padre de “Babel” “21 gramos” y “Amores perros” y eso
justifica lo visual de las escenas que narra, por momento creí estar viendo a
través de los renglones una telenovela con un sinfín de personajes que
protagonizaban escenas bien cohesionadas y creíbles. Lo peor es como se recrea
en exceso en las situaciones de morbo, sexo y violencia que me llevó a un
cambio de registro entre la sensiblería de esas historias televisivas y la más
cruda realidad. Será por eso que lo consideran no solo un escritor de pantalla
sino un narrador de raza.
Más de Seiscientas páginas de un retrato
despiadado que habla de los extremos de México. Nos describe la crueldad a la
que un ser humano es capaz de llegar por venganza, la insensibilidad, la
violencia, la desigualdad y sin embargo sorprende que el tema central sea el
amor, rasgo que endulza y maquilla la historia de fondo, hasta privarla de la
dureza que me confundió en sus inicios.
No puedo evitar decir
que el autor abusa de la vasta gama de situaciones y tragedias del México
moderno y la combina de tal manera que suenan a proyecto de cine o televisión
más que de literatura. Echa mano, además, de los peores clichés de la sociedad
mexicana que no son más que un intento por disfrazar de brutalidad una historia
más de folletín y fantasía rosa que lo que correspondería a un Premio Alfaguara
de Novela.
Trama que nace a raíz del
enamoramiento de una chica “bien” que se queda prendada de un condenado por
asesinatos múltiples a cincuenta años de cárcel, algo que me resultó difícil de
asumir y a partir de esa mala actitud mía, todo se me hizo más absurdo de lo
normal e incluso aburrido.
Estructura argumental
con cuatro frentes sin escatimar en subtramas que cuentan diferentes historias
y un repertorio de cartas escritas por los presos que a mi gusto sobran,
contada toda la trama en diferentes voces narrativas que te conducen a una
fusión final del relato.
Con esta reseña no
quiero decir que el libro no sea bueno, yo soy una aficionada que cuenta las
impresiones que me causan las lecturas. El inicio está muy bien, al menos las
primeras cien páginas, lo que ocurre es que la desilusión llegó a partir de ese
momento y ni los personajes ni lo que leía me atrapaban y solo de pensar que me
quedaban casi quinientas páginas más no lo hizo más fácil.
Sobra decir que goza de
buenas críticas y que seguro hay muchos lectores que la han disfrutado, razón
de más para recomendarla, puesto que la última palabra es vuestra, siempre una
opinión por cada lector, espero que os guste más que a mí.
“La llama de un fósforo dura solo unos segundos,
pero es capaz de incendiar un bosque.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario