Victor Svensson, un
tipo ambicioso y sin escrúpulos, se casa con la hija de un multimillonario
galerista en los últimos momentos de la vida de este. Cuando el hombre fallece,
Victor engaña a su mujer y logra hacerse con el negocio y ver colmadas por fin
sus ansias de dinero y poder. Sin embargo, la aparición en escena de un hijo
bastardo de Victor, fruto de una antigua relación, podría dar al traste con sus
planes, y no está dispuesto a permitirlo.
A partir de este punto
se desarrolla una divertidísima trama
de enredos que mezcla de forma asombrosa la realidad de las tribus
masáis, la obra de la pintora Irma Stern, la figura de Hitler y el papel del
arte en la configuración de su destino y, sobre todo, la sed de venganza de un
joven sin nada que perder.
Nuevamente
me he decidido por una novela del autor de “La
analfabeta que era un genio de los números”, “El Abuelo que saltó por la
ventana y se largó” y “El abuelo que no pagó
la cuenta y se largó”, en esta ocasión al igual que en las anteriores, el humor
y la recreación de un mundo disparatado, brillan en esta historia de
traiciones, egos y venganzas.
Novela con grandes dosis de humor que logra el objetivo
principal de Jonasson, hacerte sonreír en argumentos nada complejos y fáciles
de entender, además de hacernos desconectar y entretener.
Es su quinta novela, en ella despliega su ingenio a través de
una serie de personajes y situaciones contadas desde el humor, lo que le
permite que sean entendibles.
En “Una dulce
venganza” presenta las divertidas aventuras de Victor, un don nadie sueco,
extremista, ultraderechista, racista, machista, y todos los -ista y -fobo que
puede tener un hombre medio, que le levanta de un plumazo la herencia a
un galerista de arte sueco, y del hijo (negro) que tuvo con una prostituta de
lujo, del abandono en pleno poblado masái del chaval y de cómo su padre
adoptivo -un curandero/guerrero masái- acaba buscando a su vástago por
las calles de Suecia. Cuando Kevin -que así es como se llama el chico- contacta
con la exmujer de Victor ambos deciden vengarse de él y para ello utilizarán la
empresa de Hugo, un emprendedor que acaba de fundar Dulce Venganza S.A., donde
uno puede eliminar a un vecino con perros, a un entrenador que no saca al hijo
al campo o cualquier otra maldad ilegal que se le ocurra a golpe de talonario.
Estilo habitual
directo, sin irse por las ramas, sin la necesidad de descripciones que cierren
las puertas a la imaginación del lector, con rasgos de picaresca española y
aires de literatura sueca. Son novelas con personajes y situaciones muy propias
de lo que nos tiene acostumbrados, sin que por ello quede fuera la dura crítica
social muy presentes en novelas precedentes.
Para animaros a
leerla os diría que con ironía y sarcasmo nos va contando situaciones
esperpénticas con personajes rocambolescos, exóticos y sencillos que actúan de
manera burlesca y divertida. Cada uno de ellos protagoniza momentos enrevesados
y difíciles de creer. Es entretenido, el justo para escapar del estrés que nos
tiene secuestrados y que te dejará con ganas de una nueva entrega de este sueco
al que ano algo enganchada. Os gustará.
“Antes de
embarcarte en un viaje de venganza, cava dos tumbas”.
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