domingo, 7 de julio de 2019

El eco de la piel, Elia Barceló



El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.”

Sandra Valdés estudió Historia aunque trabaja con un contrato basura en la tienda de ropa perteneciente a una cadena en Madrid. Y es que el trabajo en lo suyo está muy mal sobre todo si no te quieres dedicar a la docencia. Por eso cuando recibe la llamada de un amigo de toda la vida de sus padres preguntándole si está interesada en realizar una biografía por encargo de Ofelia Arráez, gran empresaria en el mundo de la moda del calzado, aunque no es lo que más le apetece, y menos teniendo en cuenta que volvería a Monastil a casa de sus padres, acepta el reto.
Lo que no imagina Sandra es que a lo que tendrá enfrentarse y el cambio que ese trabajo supondrá en su vida, ni imaginar los secretos que se ocultan en los noventa años de esa mujer contradictoria y poderosa, sin saber que lo que va a descubrir cambiará también su vida. Como es habitual en las novelas realistas de Elia Barceló, la historia se articula en dos tiempos.
El pasado está lleno de secretos, de malentendidos, de versiones que no casan entre sí. En su propio pueblo, Sandra irá descubriendo que nada es lo que parece, que la vida está llena de sorpresas y no todas son agradables.

Aunque la sinopsis puede decirnos todo de la novela, en realidad es la historia de una investigación que desvelará los secretos del pasado que irremediablemente alcanzan el presente. La historia de dos mujeres valientes que afrontaron el riesgo de vivir bajo su determinación y deseos. El propio título lo dice, el pasado se deja sentir como el eco que nunca se marcha, de hecho esta autora destaca por el buen hacer narrativo y la cierta complejidad en la estructura temporal de sus novelas, a las que dota de complicadas historias que se cruzan en los momentos más inesperados. No hay que perder el referente que nuestro presente es producto del pasado y por eso es importante sacarlo a la luz.
No es una novela superficial, su estructura es algo compleja y original, de lectura fácil y asequible que te engancha hasta el final por las dosis de intriga y realismo con las que trabaja la autora. Todo esto nos llega a través de los secretos, las mentiras, las pasiones, el deseo, la culpa, la ambición…, como piezas de un rompecabezas que debemos cuadrar si se quiere resolver el acertijo.
Se impone la reflexión y la batería de preguntas que irremediablemente nos hacemos en el transcurrir de nuestra existencia.
Dos tramas interesantes por igual, cuyo potencial radica en sus propios personajes potentes y bien caracterizados en un ambiente provincial y en el marco de las modas. Sin duda esos personajes son otro punto fuerte de la novela, son humanos, reales, bien dibujados y construidos, del día a día, expuestos a la crítica de quienes les observan.
Narrada con varias voces, por un lado la de Sandra que nos ofrece en primera persona el desarrollo de la investigación, y por otro un narrador omnisciente que nos aportan datos de un extraordinario fresco del siglo XX, desde el final de la Guerra Civil hasta el desarrollismo económico a través del resto de los personajes; junto a la aparición de cartas y extractos de escritos de otro personaje, Selma, la labor del lector es ir cuadrando piezas y disfrutar de las enormes sorpresas que nos regala la autora a lo largo de esta historia.
Tengo que destacar grandes denuncias presentes en la novela: la precariedad laboral, la fiebre del ladrillo, los nuevos ricos... masiva construcción y destrucción de zonas costeras.
Novela intimista, bien escrita y narrada, tierna, ácida e incisiva de una saga familiar donde el amor y el tiempo son valorados como bienes preciados, expuesta en dos tiempos que consiguen casar en un final creíble y bien acogido.
Muy recomendada aunque aviso que nada es lo que parece y que los problemas de esta sociedad moderna como la soledad, la discriminación y el peso del pasado cobran vida propia en una historia que hay que reflexionar. Os gustará.

“El pasado solamente existe en las palabras con las que se cuenta”.

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