domingo, 21 de julio de 2019

Algún día, hoy, Angela Becerra.

El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.”
“En una noche de tormenta y barro nace una niña bastarda a la que, creyéndola muerta, bautizan con el nombre de Betsabé. Nadie sabe que en su interior lleva la fuerza de la feminidad, así como la magia y la rebeldía que la harán superar todos los obstáculos. Creará un vínculo indisoluble con su hermana de leche, Capitolina, una pobre niña rica, y ninguno quedará indiferente a su mirada de fuego. Ni siquiera Emmanuel, el revolucionario francés salido del Montparnasse más artístico que, al conocerla, caerá enfermo de amor. Algún día, hoy, basada en un hecho real acaecido en 1920 en Colombia, narra la historia de Betsabé Espinal, que con solo veintitrés años se convierte en la heroína de una de las primeras huelgas femeninas de la historia”.
Novela de “escaparate” de librerías. Tanto la he visto durante meses que no acababa de convencerme, siempre que promocionan los premios acabas llevándote una decepción, la diferencia en esta ocasión es que ya conocía la obra de esta escritora colombiana, de manera que tarde o temprano caería en la tentación y así ha sido. Me alegro de haberlo hecho.
“Algún día, hoy”, basada en un hecho real acaecido en 1920 en Colombia, narra la historia de Betsabé Espinal, que con solo veintitrés años se convierte en la heroína de una de las primeras huelgas femeninas de la historia.
Ángela Becerra construye un monumento a la amistad más pura envolviendo a sus protagonistas en un apasionado círculo de amor que tendrá un sorprendente final. Con una mezcla justa de cruda realidad y elementos fantásticos asistimos a una historia bonita, bien contada, al más puro estilo de realismo mágico y con ciertos aires de recuerdo a otras novelas de escritoras latinoamericanas.

La protagonista fue una mujer que ayudó a cambiar el mundo femenino de principios de siglo, ya que siendo una trabajadora del sector textil en 1920 y a la edad de 23 años lideró en su Colombia natal una de las primeras huelgas femeninas de la historia de América Latina. Esta novela, le muestra su reconocimiento por ello  y rinde un homenaje a la amistad entre mujeres.
Está narrada en tercera persona y junto con la voz del diario de Betsabé crea un resultado narrativo sorprendentemente bueno. Es una historia ágil y mágica, fluida, lo que nos ayuda a avanzar en una trama que se  desarrolla a lo largo de 816 páginas (que no es poco) sin apenas darnos cuenta. Se encuentra escrita en capítulos cortos en los que va intercalando las páginas de ese diario que escribe cada día la joven Betsabé, donde cuenta su historia, nos muestra sus sentimientos y nos hace partícipes de sus ideas políticas.

Dos ambientaciones de lujo, Medellín y París descritos minuciosamente hasta el punto de descubrir al detalle los escenarios por los que se mueven los protagonistas. La influencia es extraordinaria puesto que sirve para conocer el carácter de reivindicación social del relato, la exposición de las diferencias entre clases sociales, el papel de la lucha obrera y las desigualdades de la Historia de Colombia a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX.
No quiero desvelar más de la novela, a mí me ha encantado la relación de amistad entre Betsabé y Capitolina, dos mujeres víctimas del rechazo social por razones muy diferentes pero que en base a su amistad y cariño comparten un mismo destino cargado de rebeldía y sufrimiento.
Es la novela agradable que se deja leer y querer, con datos reales e históricos que nos aportan una información desconocida al menos para mí y que nunca está de más seguir aprendiendo. Os gustará.

“El destino baraja las cartas, nosotros las jugamos”.

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