martes, 4 de junio de 2019

La Quinta víctima, J. D. Barker


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blogg en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
Es habitual estar atenta a las “segundas partes” de novelas que quedan abiertas en sus tramas y que amenazan con tener incluso una tercera y más. En el momento en el que vi en los escaparates de las librerías “La Quinta Víctima”, supe que J. D. Barker había vuelto con su repertorio de terror físico y psicológico y su abanico de perrerías espeluznantes. Tras su lectura confirmo que ante un final abierto habrá que esperar una última entrega que cerrará esta frenética y cardíaca trilogía.
“El FBI ha retirado del caso Anson Bishop (el asesino de El Cuarto Mono) a Porter y su equipo, que pronto se enfrentan a una nueva serie de asesinatos: tras estar desaparecida durante tres semanas, el cuerpo de Ella Reynolds aparece en un estanque del Parque Jackson, aunque el agua hace meses que se heló. Además, lleva la ropa de otra joven desaparecida hace tan sólo dos días. Porter y su equipo empiezan a reconstruir las pistas de este nuevo caso y, al mismo tiempo, en secreto, Porter sigue el rastro de Anson. Cuando sus superiores lo descubren, Porter queda suspendido de sus funciones mientras Clair y Nash buscan al asesino del lago. La pista de Anson llevará a Porter desde Chicago hasta Nueva Orleans y a Carolina del Sur. A cada paso que da, Anson parece estar manipulando los acontecimientos, siempre un paso por delante y Porter se da cuenta de que el único lugar más oscuro que la mente de un asesino en serie es la de la madre que le dio la vida”.
Lo primero recomendar la lectura del “Cuarto Mono” antes que entrar en la “Quinta víctima”, solo así se entiende la oleada en cadena de crímenes protagonizada por este asesino en serie. Lo bueno de este género es lo adictivo que resulta desde el principio y la manera de enganchar a través de una acción dividida en diferentes líneas encaminadas a la caza de este criminal.
Resulta en su argumento más compleja que la anterior, más abierta en su conclusión y por tanto difícil de aventurarse en la trama de la tercera entrega. Menos impactante aunque más descriptiva  que "El cuarto Mono" y por supuesto no apta para todos los públicos. Retorcida y sádica con grandes giros argumentales que secuestran nuestra atención.
Me atrevería a decir que se convierte en una novela coral por el exceso de personajes que aparecen y el despliegue de datos de cada uno de ellos, tanto que sus papeles roban protagonismo al asesino haciendo de sus actos intervenciones secundarias.
Novedosa resulta la narración “epistolar” de la infancia del asesino a modo de diario, exposición que nos aporta datos para entender los comportamientos de esta alma diabólica.
Personajes y víctimas bien seleccionadas y justificadas aunque como lector llegue a crearse una confusión entre quién mata y quién muere y el por qué.
A pesar de que hay partes muy relacionadas con la entrega anterior de la trilogía, otras no mantienen vinculación ninguna.
Estructurada en capítulos breves que se alternan entre los recuerdos y la familia del asesino y la trama que avanza imparable con una crudeza de escena que te obligan a cerrar los ojos.
Mi opinión humilde es que por supuesto no decepciona y menos cuando ya sabes y encuentras lo que buscas al elegir este thriller del género de novela negra; ahora bien, por momentos el autor complica en exceso las tramas en un esfuerzo  por evitar lo previsible y sacrifica la lógica y lo evidente en el último momento con el propósito de garantizar atención y espectáculo.
Demasiadas torturas y cortes de capítulos que quedan sin resolver que no serán motivos suficientes para no leer lo que está por venir. Os gustará.
“No puedes jugar con Dios sin conocer bien al Diablo”.

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