domingo, 16 de junio de 2019

Antes de los años terribles, Víctor del Árbol


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
«Antes de los años terribles yo era un niño feliz en ese lugar. La felicidad parecía el estado natural de la vida, algo tan obvio como que cada mañana salía el sol. Los primeros rayos de luz se colaban entre las ramas de palma del techo aquella mañana en la que todo empezó a cambiar.»
La vida de Isaías volvió a empezar el día que llegó a Barcelona siendo un muchacho y dejó atrás su mundo. Después de mucho tiempo ha construido una nueva vida junto a su pareja, mientras intenta abrirse camino con un negocio de restauración de bicicletas. Todo cambia el día que recibe la visita de Emmanuel, un antiguo conocido que lo convence para que regrese a Uganda y participe en un encuentro
sobre la reconciliación histórica de su país.
Aceptar esa propuesta hará resurgir un pasado que Isaías creía haber dejado atrás. Se verá forzado a enfrentarse al niño que fue, mirarlo a los ojos sin concesiones y perdonarse a sí mismo, si quiere seguir
adelante con su vida y no perder a su mujer, que pronto, y de la peor manera, descubrirá una terrible verdad: no siempre lo conocemos todo de aquellos a quienes amamos.
Cuando se ha llegado demasiado lejos, huir no es una opción
.
Con un argumento de este calibre, entendemos que el escritor catalán ha dado vida a un trhiller literario de enorme repercusión internacional. Escrita en el año 2019, se sumerge en la historia más sangrienta hasta ahora narrada por él de Isaías Yoweri él, es el personaje principal de este duro e impactante relato que nos conduce a Uganda y nos coloca frente a las acciones del que es considerado un criminal y genocida, Joseph Kony creador del Ejército de Resistencia del Señor de Uganda. El contenido de la novela gira alrededor de las infancias robadas a miles de niños entrenados para la guerra con la finalidad de matar y asesinar bajo los efectos de la cocaína. Tras una manipulación sistemática tanto física como psíquica, estos precoces adictos perdían el sentido de sus acciones y sus conductas sin ser capaces de distinguir el bien del mal.
La iniciativa de escribir esta conmovedora y brutal historia casi real en su totalidad, surge tras leer nuestro escritor un reportaje en el TIME. A partir de ese momento comienza un exhaustivo trabajo de investigación que le lleva a Uganda y a toparse con una realidad espeluznante conocida y a la vez ignorada por la Comunidad Internacional.
Es un viaje en el tiempo y en el espacio bajo una dramática realidad que sentimos a través de Isaías y una escritura en primera persona que demuestra hasta que punto el autor no pudo quedarse al margen de las vivencias de este niño que se enfrenta a su pasado y a la necesidad de cerrar viejas heridas difíciles de cicatrizar.
Tensión, intensidad, ritmo caracterizan todo un relato que deja sentir la urgencia de hacer justicia a las víctimas de esta atrocidad y cuya condición es sin duda la de supervivientes de un monstruo del que a día de hoy no se sabe nada.
Entre Barcelona y Uganda se mueve la narración a la que se le presupone un 10% de ficción y un 90% de realidad severamente acreditada.
Es un auténtico descenso a los infiernos, resulta muy dura de leer pero a la vez no cuesta llegar al final. Personalmente me ha parecido un “tirón de orejas” a todos los que eran conocedores de estas prácticas y que llevados por intereses geopolíticos y económicos contribuyeron al mayor crimen de la Humanidad, arrebatar la infancia de los menores en pro de las guerras.
Os la recomiendo y os invito a leerla con ojos críticos y juzgando lo que en ella se cuenta, es imposible quedar indiferente…
“Las puertas del corazón deben estar siempre abiertas para que aquellos que nos hagan bien entren y los que nos hagan mal salgan”.

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