domingo, 23 de junio de 2019

La hija de la española, Karina Sinz Borgo


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“Adelaida Falcón, una maestra caraqueña, fallece tras una larga enfermedad. Su hija Adelaida, de treinta y ocho años, no tiene a nadie y vive en una ciudad donde la violencia marca el ritmo diario de la existencia. Poco tiempo después del entierro, encuentra su casa tomada por un grupo de mujeres a las órdenes de la Mariscala. Llama a la puerta de su vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman «la hija de la española», ha muerto. En la mesa del salón, una carta le comunica la concesión del pasaporte español: un salvoconducto para huir del infierno”.
La novela me atrajo por su título y me sorprendió por el contenido. No tenía ni idea de las fuertes connotaciones políticas de este relato de algo más de doscientas páginas. Para adentrarme en sus historia tuve que buscar información acerca de la escritora y sabiendo que era periodista comprendí algo más esta novela venezolana con tintes de fuerte crítica a la Dictadura de Maduro. Al principio te hace compartir lo relatado con otras sociedades victimas de procesos dictatoriales, pero a medida que avanza asumes que está muy focalizada en Venezuela y que sus situaciones son estrictamente relacionadas con la ambientación de ese espacio de América Latina.
Narrada con mucho dramatismo desde la mirada del desarraigo y las heridas por cicatrizar de su propia experiencia, intimista y valiente, no me atrevo a decir si oportuna u oportunista.
Tiene un inicio muy bueno, la atención queda secuestrada a merced de una lectura que se intuye breve pero intensa bajo el escenario político del Chavismo y Maduro. Aquí en este espacio la autora nos cuenta los avatares de Adelaida Falcón utilizados para denunciar los abusos y tiranía del que son víctimas la mayoría de los personajes del relato.
Escenarios muy bien descritos que invitan a una reflexión profunda, una ficción detrás de la cual se esconde la más cruda realidad. Los temas que utiliza la autora para dotar de esa crueldad a la narración van desde los recuerdos, la crisis de identidad, el peso de la memoria y la herida de la emigración, emociones que transmiten en muchos momentos angustia y asfixia emocional.
Personalmente me ha resultado dura y cruel, la he vivido como el retrato de una mujer con grandes soledades y un repertorio de hechos que hacen pensar en un país inmerso en la violencia. Hay que leerlo sin prejuicios y con la intención de disfrutar y valorar todos los puntos de vista de la percepción de realidades muy concretas. Os gustará.
“No estás en este mundo para cumplir las expectativas de otros, estás para cumplir las tuyas propias”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario