martes, 19 de junio de 2018

La luz de mis días, Alejandro Melero


Cuando leí la sinopsis de esta breve novela, me recordó a la “Tía Julia y el Escribidor” de Mario Vargas Llosa, en la que los personajes de diferentes telenovelas se intercalaban con la vida del escritor. Realmente no tiene nada que ver, una vez terminada la impresión es tan breve como el relato, “ni frio ni calor”, se deja leer y poco más.

“La luz de mis días nos cuenta la historia de dos vecinas, Luisa y Marifé. Cada día, Luisa le cuenta a Marifé en el rellano de la escalera lo que va sucediendo en cada capítulo de una serie de televisión, y nosotros vamos siguiendo la serie, que se llama Luz de mis días, a través de sus ojos. Marifé es un ama de casa muy desgraciada, y esos ratos con su vecina son la «luz de sus días”.

Trescientas escasas páginas en las que asistimos a la vida de dos vecinas que viven apasionadas por las vicisitudes de una telenovela que da nombre al libro; una historia dentro de otra historia, en la que la excitación televisiva supera y hace llevadera la realidad anodina de nuestras protagonistas.

Está bien escrita, buenas descripciones, escenarios atrayentes especialmente en la parte ficticia, cuenta con mezcla de dramatismo maquillado con situaciones surrealistas que nos llegan a través de un doble hilo narrativo que se desarrolla alternativamente por capítulos. Lo curioso es que ambas “realidades” acaban confluyendo gracias al devenir de unos personajes demasiados planos de los que seguro no guardaremos un inolvidable recuerdo.

Alejandro  Melero es un catedrático de periodismo que lleva dedicado a la literatura muchos años y cuya especialidad son los relatos cortos, tal vez por eso no le he acabado de coger la esencia de una de sus primeras experiencias “largas”, habrá que seguir intentándolo, pero mejor que cada uno lo decida. Espero que os guste.

"El tiempo saca a la luz todo lo que está oculto y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor".

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