domingo, 24 de junio de 2018

La hija del Este, Clara Usón


Cuando tengo la suerte de leer una novela tan potente como “La hija del Este”, me resulta un atrevimiento hacer su reseña, no quisiera parecer algo más que una apasionada de la lectura y en especial de las novelas históricas. Por ello, desde mi humilde opinión os puedo recomendar este relato intenso que aborda uno de los episodios más determinantes de la Historia Moderna de Europa.
“Guapa, inteligente, extravertida, Ana tiene un gran futuro por delante. Es la mejor alumna de su promoción de medicina en Belgrado y el orgullo de su padre, el general Ratko Mladic, a quien ella adora. Una noche, de regreso de un viaje de fin de curso a Moscú y con tan sólo 23 años, Ana Mladic coge la pistola predilecta de su padre y toma una decisión que marcará la vida de su familia para siempre. ¿Qué sucedió en Moscú? ¿Vio Ana la otra cara de su padre, para ella un héroe, para muchos un criminal de guerra? La tragedia de Ana Mladic confiere una dimensión familiar, real y cercana al terrible drama de la guerra de los Balcanes, la última contienda europea y el trasfondo de esta absorbente novela”.
Basada en la vida del general serbio Ratko Mladic, juzgado como criminal de guerra, aunque muy bien podría ser una crónica de la Guerra de los Balcanes que nos permite conocer el conflicto nacido a raíz de la desintegración de la antigua Yugoslavia. No quiero que nadie piense que es el típico relato de hechos desagradables perpetrados por aquellos genocidas con nombres propios. Clara Usón nos deleita con una joya de novela ejecutada tras tres años de documentación impecable, en una mezcla de historia y ficción, de pasado y presente de actos públicos y privados, siempre con el escenario de datos verídicos que marcaron el devenir de una de las zonas más conflictivas de Europa.
Estructura algo original, dos historias aparentemente individuales se desarrollan de manera alternativa hasta que acaban entrelazándose. Una trama principal se centra en los últimos meses de vida de Ana la hija de Ratko Mladic, son los momentos previos a su inesperado suicidio. Una segunda trama se centra en la narración de los protagonistas de la Historia en mayúsculas del conflicto serbio contra bosnios y croatas, narrados por Danilo Papo, exnovio de la joven que vivía convencida de la grandeza y honorabilidad de su padre.
El trasfondo histórico es innegable, a medida que avanza el relato vamos conociendo los terribles episodios de la guerra. El inicio es aterrador, la escritora ha sabido llegar al corazón de nuestras emociones, de manera que adelanta el desenlace de la protagonista en busca del impacto emocional.
Me llamó mucho la atención la forma en la que se inicia la novela, un video en Youtube visualiza las exequias de una joven y describe la escena vivida por sus familiares. Tres grandes bloques se reconocen en la novela, divididos en dieciséis capítulos y un epílogo que invita a una reflexión que no podemos ignorar. La capacidad de la autora para abordar temas de diferente índole pasa por detenerse en aspectos como la responsabilidad de Europa ante la guerra, el patriotismo extremo, los Nacionalismos exacerbados, el peaje histórico de la Guerra de los Balcanes y las consecuencias dilatadas en el tiempo.
No es un libro árido cargado de cruentos pasajes, que los hay, es la relación ordenada de una serie de hechos de obligado conocimiento, que se puede leer como una crónica social y política de un continente parcheado por su propia Historia.
Como contrapunto asistimos a la visión del amor, del fin de la inocencia y del peaje que hay que pagar por la ignorancia y la pasión de una hija por su padre. La evolución del personaje de Ana nos queda sin aliento y creo que es una de las grandezas de la novela.
A pesar de los momentos desagradables que se describen en el libro, como repaso histórico es acertado y consigue que tengamos una visión de personajes y pasajes de la Historia del polvorín de los Balcanes en la última década del pasado siglo.
Recomendada desde mi humilde visión de amante de este género, pero asustada por la osadía de reseñar una novela escrita con tanta sabiduría y exactitud. Espero que os guste.
“A veces podemos pasarnos años viviendo en la más absoluta y placentera ignorancia, hasta que de pronto, toda nuestra vida se concentra en un solo instante”.

martes, 19 de junio de 2018

La luz de mis días, Alejandro Melero


Cuando leí la sinopsis de esta breve novela, me recordó a la “Tía Julia y el Escribidor” de Mario Vargas Llosa, en la que los personajes de diferentes telenovelas se intercalaban con la vida del escritor. Realmente no tiene nada que ver, una vez terminada la impresión es tan breve como el relato, “ni frio ni calor”, se deja leer y poco más.

“La luz de mis días nos cuenta la historia de dos vecinas, Luisa y Marifé. Cada día, Luisa le cuenta a Marifé en el rellano de la escalera lo que va sucediendo en cada capítulo de una serie de televisión, y nosotros vamos siguiendo la serie, que se llama Luz de mis días, a través de sus ojos. Marifé es un ama de casa muy desgraciada, y esos ratos con su vecina son la «luz de sus días”.

Trescientas escasas páginas en las que asistimos a la vida de dos vecinas que viven apasionadas por las vicisitudes de una telenovela que da nombre al libro; una historia dentro de otra historia, en la que la excitación televisiva supera y hace llevadera la realidad anodina de nuestras protagonistas.

Está bien escrita, buenas descripciones, escenarios atrayentes especialmente en la parte ficticia, cuenta con mezcla de dramatismo maquillado con situaciones surrealistas que nos llegan a través de un doble hilo narrativo que se desarrolla alternativamente por capítulos. Lo curioso es que ambas “realidades” acaban confluyendo gracias al devenir de unos personajes demasiados planos de los que seguro no guardaremos un inolvidable recuerdo.

Alejandro  Melero es un catedrático de periodismo que lleva dedicado a la literatura muchos años y cuya especialidad son los relatos cortos, tal vez por eso no le he acabado de coger la esencia de una de sus primeras experiencias “largas”, habrá que seguir intentándolo, pero mejor que cada uno lo decida. Espero que os guste.

"El tiempo saca a la luz todo lo que está oculto y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor".

domingo, 17 de junio de 2018

La avenida de los gigantes, Marta Martín Girón


Acabando el mes de junio y en las puertas del verano que ya se deja sentir, las lecturas de playa y piscina inundan las estanterías de centro comerciales a los que acudimos por razones evidentes y de subsistencia; es en esos espacios “trampa” donde caemos en sinopsis que resultan atrayentes, esas que nos convencen por la celeridad del momento, las mismas que luego acaban siendo una decepción inesperada pero presentida. Marta Martín Girón y su “Avenida de los gigantes”, ha causado en mi todo lo descrito, aunque reconozco que se puede leer cumpliendo la labor de lectura entretenida de época estival.
“El cadáver de un joven con el pecho perforado pondrá contra las cuerdas a los detectives Idris Fischer y Cameron McGrane. Ante ellos se desentierran los fantasmas de un caso archivado por falta de pruebas. Ahora, dos años más tarde, un cuerpo en idénticas circunstancias encabezará una lista de desapariciones y asesinatos carentes de pistas. Se abre así una desesperada investigación a contrarreloj, donde la ayuda de la periodista Elisabeth O’Connor será indispensable.
Únete a su búsqueda. Acompáñales en dirección a un inesperado desenlace”.
Desde el inicio “se masca la tragedia”, las desapariciones y búsquedas desenfrenadas por los cuerpos de seguridad, generan tensión y provocan el ánimo y la predisposición necesaria para mantenerte atento a lo que está por venir. Podríamos estar ante un ejemplar de novela negra, pero creo que se ajusta más al thriller con toque de ficción, en el que “nada es lo que parece”, misterios que hacen acto de presencia de manera encadenada, conspiraciones policiales, investigaciones paralelas y demasiadas incógnitas para un estilo de relato que no es precisamente de mi agrado.
La he leído porque no es tan mala como para abandonarla, pero la historia parece no alcanzar el cuerpo necesario, los personajes son relativamente aceptables, los mismos que hacen de narradores en primera persona según van interviniendo en la historia.
Mientras la leía me vino a la memoria la serie de “Expediente X” que nunca entendí y de la que desconozco prácticamente todo, pero el libro responde bien a la idea visual para ser llevada a la pantalla, con la seguridad de que seguidores no les iba a faltar.
Dividida en capítulos de breve duración dedicados cada uno de ellos a los diferentes personajes, todos se cierran con un efecto bisagra para entra con fuerza en los siguiente, la narración es coherente y hasta me atrevería a decir que bastante creíble, la tensión está presente en la mayor parte de la narración siempre con la ayuda de los asesinatos y misterios pendientes de resolución.
En líneas generales esta novela mezcla de trama policial y misterios del más allá puede ser la adecuada para un par de tardes de entretenimiento, especialmente para los amantes del género de ciencia ficción, tiene toda la pinta de “continuará” y eso que el final deja mucho que desear.
Espero que a pesar de la reseña os guste, es solo mi humilde opinión de lectora, el resto que da en vuestras manos.

“El instinto dicta el deber y la inteligencia pretextos para eludirlos”.

jueves, 14 de junio de 2018

Filek, Ignacio Martínez de Pisón


Ignacio Martínez de Pisón, consigue además de hacerme disfrutar con sus novelas, enseñarme la Historia de España de una forma amena e inolvidable. El primer contacto con este escritor madrileño lo tuve gracias a un regalo que me hicieron por allá por el año 2003, “María Bonita” inauguró una larga lista de novelas que han dejado siempre en mi un recuerdo muy grato, no solo por sus historias sino por esos personajes que acabas haciendo tuyo.

 “La famélica España de 1939 estuvo a punto de convertirse en la principal potencia exportadora de petróleo. Eso al menos es lo que Franco creía entonces y lo que pronto la prensa del régimen se encargaría de pregonar a los cuatro vientos. Un químico austriaco llamado Albert von Filek, inventor de un combustible sintético que mezclaba extractos vegetales con agua del río Jarama, había puesto su fórmula secreta al servicio del engrandecimiento de la nueva España después de rechazar ofertas de las grandes compañías petroleras.
Protegido y adulado por el régimen, Filek gozó de la estima de sus más altas personalidades hasta que un simple análisis químico desveló el engaño y provocó su ingreso en prisión.

A pesar de ser profesora de Historia, confieso que no había oído hablar de este personaje tan canalla de nuestra España más oscura. Al parecer hizo acto de presencia en el Madrid de 1931, contaba por entonces con un largo historial delictivo a sus espaldas, aunque realmente no pasaba de ser un descarado y simple estafador. Es partiendo de este personaje y de una investigación concienzuda cuando Ignacio en una mezcla de biografía y novela nos narra las peripecias de este estafador que consiguió “colársela” al mismísimo Franco con la milagrosa gasolina sintética, la misma que no era más que una simple mezcla de agua y poco más.

Algo menos de trescientas páginas para retratar una España a la que le faltaba el timador extranjero, esa España de Posguerra cruel y oscura que arrancaba su andadura tras una guerra fratricida que no dejó nada más que odio, rencor y una sociedad empobrecida y aislada.

La historia de este personaje y protagonista absoluto, surge tras la lectura de este escritor maño de una de las biografías más exactas del dictador, su sorpresa fue mayúscula ante la poca o nula importancia que “Filek” tuvo en estos momentos tan concretos de nuestra Historia y el evidente interés por no dar a conocer el gran timo que sufrió el Generalísimo.

Ambientación perfecta, trama sencilla que gira alrededor de este personaje, documentación impecable que mezcla la imaginación literaria con la amarga realidad española del momento. Sigue la fórmula de novela de ficción, dejando ver al Ignacio narrador de historias y arquitecto de buenos personajes.
Aunque parezca un ensayo y en algunos momentos sea biografía pura, ha resultado curiosa su lectura porque como tantas otras obras de este autor, no es una simple exposición de datos, es una obra potente que te hace pensar en las fisuras de un régimen que se creía infalible.

Muy recomendable para los que siempre tienen el deseo de saber más de nuestro pasado y por supuestos para los incondicionales de Martínez de Pisón.

“No es la verdad expuesta la que nos hace vulnerables, sino los secretos dormidos pendientes de ser descubiertos”.

domingo, 10 de junio de 2018

El hombre de tiza, C.J Tudor


Un éxito más de los muchos que inundan las librerías en los momentos previos al verano. Confieso que cuando quiero leer algo que me entretenga y no me decepcione, elijo los thrillers psicológicos que me convencen a la primera tras leer su sinopsis. El dibujo me recordó al juego del “Ahorcado” que en horas de aburrimiento llegábamos a jugar incluso en la escuela. No es ningún novelón pero ha resultado entretenido y me ha traído recuerdos de una gran película, “Mystic River”, especialmente la parte centrada en las correrías de este grupo de amigos.

Echando la vista atrás, todo comenzó el día del terrible accidente durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza.
Fue el Hombre de Tiza quien le dio la idea de los dibujos: una manera de dejar mensajes secretos entre el grupo de amigos.
Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña.
Después de treinta años, Eddie cree haber superado y olvidado aquel episodio, hasta que recibe por correo una carta con una tiza y un dibujo de un muñeco. El resto de sus amigos también han recibido el mismo mensaje. Todo hace pensar que se trata de una broma. Pero pronto Eddie se da cuenta que no lo es y que el juego en realidad no ha terminado. Salvar su vida se convertirá en la única forma de saber qué fue lo que pasó hace tantos años.
Thriller de “verano” con buen planteamiento y trama aceptable. Inicio acertado aunque le falta algo de sorpresa, de todas maneras engancha porque la tensión y el ritmo se mantienen con la misma intensidad a lo largo de todo el relato.
Toda la historia se desarrolla a partir de unos hechos acaecidos hace treinta años y cuyo misterio está aún por resolver. De forma inesperada el pasado irrumpe en las vidas de todos aquellos que formaron parte de aquel verano cuando las andanzas de una pandilla de niños protagonizaron momentos que habían quedado en el olvido. La intriga aparece dosificada gracias a los secretos, las confusiones, las escenas desagradables y otros detalles que mantienen el suspense de lo acaecido en una pequeña localidad durante los años 80 y cuya reaparición altera seriamente de todo un pueblo.
Estructurada en capítulos alternativos que nos llevan del pasado al presente a través de dos líneas temporales distintas y que acabaran confluyendo cerca de las últimas páginas. La brevedad de los capítulos es adecuada y todos terminan con un giro argumental que provoca curiosidad, gracias a que se cierran con ese planteamiento de intriga respecto a lo que está por venir. Es una mezcla poco original de pasado y presente que sin quererlo acaba en un final muy predecible.
Estilo sencillo y ágil, personajes bastante planos e insulsos, parecen quedar a medias en su construcción y hay claras diferencias entre el peso que asumen unos con respecto al resto.
Como novela para la época estival es adecuada, hay muertos, escenas de horror, tensión lógica, crímenes por resolver y la originalidad planteada entorno al código de los mensajes con tizas. Os la recomiendo para un par de días al sol, sin grandes pretensiones pero con la garantía de ser entretenida y rápida de leer.
Espero que os guste. No hay que olvidar que es mi humilde opinión de aficionada, en muchos blogs de lectura la ponen “por las nubes”, prefiero no dejar de pisar el suelo.
“Todos tenemos secretos. Todos somos culpables de algo y los niños no son siempre tan inocentes”.

miércoles, 6 de junio de 2018

Estrómboli, Jon Bilbao

 

Descansando de la pasión por la novela negra me he deleitado con un libro de relatos de Jon Bilbao. Lo tenía hace tiempo en espera de encontrar el momento justo y creo que ha llegado ya. Con una portada muy refrescante, este maestro en el arte de narrar cuentos, me ha hecho disfrutar bastante de su especial manera de escribir, aunque con sinceridad no todas las historias me han gustado por igual, algo que no es impedimento para recomendarlas desde la primera hasta la última.
"Una banda de motoristas que acosa a una pareja que viaja por Estados Unidos; un hombre se ve obligado a comer una tarántula viva ante las cámaras de un programa de televisión para solucionar los problemas económicos de su familia; dos buscadores de oro aficionados sufren un terrible accidente en las montañas que pone a prueba su amistad; la muerte de dos vagabundos y el descubrimiento de unas ruinas misteriosas perturban la celebración de una boda; un hombre casado y su amante emprenden un viaje a la isla de Estrómboli para auxiliar a alguien muy importante para ambos…”.
Estrómboli son ochos cuentos caracterizados por un estilo único. En cada uno de ellos se asiste a la potencia narrativa de este joven escritor. Su estilo es preciso, sin artificio pero no exento de lirismo. Todos te atrapan por algo diferente, pero no todos me convencieron por igual.
Cada uno de ellos aborda temas tan dispares como los malentendidos dolorosos, las tensiones emocionales, los límites personales, los conflictos internos, la violencia cotidiana y lo hace dentro de escenarios en los que recrea por igual ambientes cosmopolitas como entornos rurales, desde las montañas del País Vasco hasta las costas de Nueva Zelanda; un viajar en el tiempo y en el espacio que confirma que para él, cualquier lugar es bueno para recrear sus historias. Relato
Cada relato lleva su propio título, alrededor de unas treinta páginas necesita Jon para desarrollar una historia cotidiana con personajes creíbles, en las que en un momento inesperado hace acto de presencia un hecho que modifica la tranquilidad de la acción, alterando ese hecho la marcha de lo narrado. Todos los relatos están escritos siguiendo una trama bien delineada protagonizada por diferentes personajes que van interrelacionándose a medida que avanza la historia.
Sin duda el primero está colocado estratégicamente, en un libro de relatos cortos si el primero te atrapa las garantías de éxito se duplican. En “Crónicas distanciada de mi último verano”, asistimos a este despegue brutal que se sabe enganchar y desear más; aunque para mí hay dos relatos que sobresalen por encima del resto, “El peso de tu hijo en oro” y “Avicularia Avicularia”. Ambos me han hecho reflexionar sobre los valores humanos, la ausencia de límites ante la adversidad, el valor del compromiso y la crudeza de la realidad más inmediata.
Que nadie busque los cuentos tradicionales, Jon Bilbao es algo más que un simple narrador de historias imaginativas donde se mezcla lo soñado con lo vivido; son historias repletas de giros inesperados, sin demasiadas descripciones, personajes intensos, atmósferas originales y finales abiertos que solo nuestra imaginación puede cerrar.
Vale la pena detenerse un par de tardes y disfrutar de una lectura diferente, no solo por la grandeza de su escritura sino por la fuerza con la que provoca mil y una sensaciones en aquellos que decidimos hacerlo. Os gustará.
“No borres ningún día de tu vida…,los días bellos te han dado felicidad, los malos te han dado experiencia y los peores, te han enseñado a vivir". 

lunes, 4 de junio de 2018

La novia gitana, Carmen Mola


Ya era hora de disfrutar de una lectura apasionante. En las últimas reseñas he dejado patente mi disgusto por no encontrar el libro que me quedara con la boca abierta, o lo que es mejor, con ganas de más. “La novia gitana” presenta una sinopsis ajustada a la calidad de lo narrado y eso es muy de agradecer. Impresionantemente bien escrita y con el deseo de un “continuará…”
“En Madrid se mata poco», le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; «pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo», podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos.
Susana Macaya, de padre gitano pero educada como paya, desaparece tras su fiesta de despedida de soltera. El cadáver es encontrado dos días después en la Quinta de Vista Alegre del madrileño barrio de Carabanchel. Podría tratarse de un asesinato más, si no fuera por el hecho de que la víctima ha sido torturada siguiendo un ritual insólito y atroz, y de que su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, también en vísperas de su boda. El asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana pequeña, o hay un inocente encarcelado”.
Aunque la sinopsis se alarga, prefiero dejarla aquí y no desvelar más de la novela. Dentro del género negro, policiaco, de suspense y terror; cuenta con todos los ingredientes necesarios para mantenernos pegadas a estas páginas desde el momento uno. Hay cierto misterio alrededor de la autora que se presenta bajo un seudónimo, pero eso es irrelevante, personalmente me ha recordado a Pierre Lamaitre por el ritmo frenético de las acciones, los giros argumentales, la expectación que genera cada fin de capítulo y la tensión narrativa que no decrece en ningún momento del relato.
Trama compleja y bien trazada. Parte de dos historias paralelas, una de ella se desarrolla a modo de prólogo al inicio de cada una de las cinco partes en la que está estructurada la novela, escrita en cursiva, marcando la diferencia con respecto al nudo principal. A su vez, 78 capítulos de una brevedad agradecida sirven para poner en escena las ramificaciones de una historia llena de subtramas que sin duda y a juzgar por el final, vaticinan una serie al cargo de nuestra potente investigadora, Elena Blanco.
Ambientada en Madrid, cuenta con una calidad narrativa de lujo contada por un narrador omnisciente que en tiempo presente nos atrapa y sumerge en una investigación coherente y creíble, descargada de sentimentalismos y adornos, aunque con una cuidada intención de no herir al lector. No quiere decir esto, que no asistamos a escenas de una crudeza y repugnancia que nos acaben poniendo a prueba, pero para nada hace peligrar la lectura ni plantear el abandono de la misma.
Es difícil decidir que ha sido más relevante, la trama o los personajes; definitivamente creo que la grandeza de ambos elementos es lo que hace de “La novia gitana” una novela que avanza descomunalmente en el tiempo y en el espacio.
Son protagonistas con personalidades muy potentes, construidos a la perfección, con rasgos que los hacen únicos y con pasados que marcan el devenir de la propia historia. Elena Blanco representa el elemento femenino que coordina la investigación y cuya trayectoria de vida se va a ver salpicada por uno de los casos más determinantes de su carrera policial.
Quiero hacer referencia a los innumerables temas de radiante actualidad que aborda con inteligencia y valentía; la homosexualidad, el racismo, el Alzheimer, las costumbres y como no el papel de las redes sociales. Para cerrar los elogios de “La novia gitana”, quiero avisar del final de “traca” que pone cierre a lo que a mi humilde parecer tiene toda la pinta de ser la primera de una larga serie de entregas de la Brigada de Análisis de Casos de la inspectora Blanco.
Podría alargar mis buenas impresiones pero queda patente lo mucho que me ha gustado y por tanto el grado de recomendación que se deja ver en la reseña. Bien escrita, perfectamente narrada y mejor construida…, de manera que “a por ella”.
“El infierno existe y ahora sé que su horror está hecho de jirones del Paraíso”.

viernes, 1 de junio de 2018

Chamán, Noah Gordon



Para cerrar un mes de lecturas muy variadas, me he parado delante de las estanterías de libros leídos hace décadas y he decidido volver a disfrutar de “Chamán”, la segunda entrega de la saga de médicos Cole que tuve la oportunidad de leer lo que hoy me parece casi una eternidad.
“Escocés y vástago de una familia que ha practicado la medicina a lo largo de generaciones, el doctor Robert Judson Cole debe dejar su devastada tierra por razones políticas y emigrar a las nuevas tierras de América, tras llegar a Boston y trabajar con el eminente cirujano Oliver Wendell Holmes, seguirá camino rumbo al oeste hasta la frontera de Illinois y de allí a las tierras castigadas por la guerra de Gettysburg, un territorio que los colonos todavía no han podido arrebatar a los indios sauk, y donde le esperan las experiencias más intensas su vida profesional y sentimental”.
El escritor Noah Gordon es uno de mis preferidos, hoy por hoy creo haberlo leído todo, pero he de confesar que comencé hace muchos años a seguir su trayectoria literaria y en ocasiones me propongo reseñar novelas que dejaron en mí una sensación muy agradable.
“Chamán” es una historia de aventuras ambientada en la tierra de las oportunidades, en la colonización y conquista del Oeste americano, allí donde los reductos de indios nativos tuvieron que hacer frente a la llegada de oleadas de inmigrantes deseosos de una vida mejor. La ambientación es impecable tanto que llegan a ser excesivas, es quizás la parte más criticada de la novela aunque gracias al trabajo como documentalista, Noah Gordon permite hacernos una idea del episodio secesionista americano y dibujar un retrato de una época marcada por las relaciones interraciales y culturales del extenso continente americano.
Narra dos historias de dos generaciones de hombres dedicados al estudio de la medicina, padre e hijo, el segundo conocido con el apodo de “chamán”. Se les consideran descendientes de “El Médico”, aunque como lector chirria los siglos que han transcurridos desde aquel hombre del medievo y los protagonistas que se mueven en el siglo XIX. Esta, es una de las razones que hacen independiente la lectura de la novela aunque las referencias familiares sean del todo coherentes.
Las comparaciones con esa primera entrega son irremediables aunque no por ello acertadas. Está bien escrito, narración que sigue las líneas habituales de este periodista americano que tuvo sus inicios en los estudios de medicina que después abandonó y de los que hay buena cuenta en sus relatos.
Es un libro bonito muy recomendable para los que se inician en la afición por la lectura, seiscientas páginas que podrían haberse quedado en algo menos pero que va narrando los avances y transformaciones de la medicina tradicional desde su aparición, así como los efectos de esos cambios a lo largo de los siglos. Además el argumento tiene alguna que otra sorpresa que profundiza en las fracturas emocionales que acarrearon la invasión de los colonos blancos en tierras habitadas por indios que tuvieron que resistir ante su inminente extinción.
Entretenido, tal vez algo más flojo que el anterior pero como lectora y no experta os animo a leerlo, sin prisas sin exigencias y para disfrutarlo. Espero que os guste.
“No pierdas de vista las raíces, los cimientos, las bases de tu existencia…todo lo que no se ve es los que te sostendrá toda la vida”.