Mikel
Santiago y su “Extraño verano de Tom Harvey”, estaban aparcados en la lista
de lecturas del verano que sin desearlo expresamente se van dejando atrás,
hasta que el balance obligado de un año que va tocando a su fin, las vuelve a
colocar delante de mis ojos; es sin duda la novela típica de “playa”
que te sumerge en una historia sencilla y entretenida, sin grandes
pretensiones, que no requiere un gran esfuerzo mental y que no llegando a ser
inolvidable, tampoco resulta para recordar entre las grandes obras maestras de
la literatura contemporánea.
«Yo estaba en Roma cuando Bob Ardlan me llamó. Para
ser exactos: estaba con una mujer en Roma, cuando Ardlan me llamó. Así que
cuando vi su nombre en la pantalla del teléfono pensé: "Qué demonios, Bob.
No me llamas en una eternidad y vienes a estropearme el mejor momento del
verano". Y lo dejé sonar. Dos días después, supe que Bob había caído desde
el balcón de su mansión en Tremonte pocos minutos después de marcar mi número.
¿O tal vez le habían empujado? No me quedaba más remedio que pisar el
acelerador del coche y plantarme allí para hacer unas cuantas preguntas.»
Un thriller mediterráneo con buena ambientación
pero pobres descripciones, nos llega narrado de la mano de su protagonista.
Junto a este antihéroe de habilidades muy cuestionadas, aparecen una galería de
personajes de floja personalidad que no llegan a trasmitir mucho, a lo largo de
un relato que avanza a buen ritmo entre los rasgos psicológicos y lo más
puramente clásico, llegando a recordar a la muy querida Agatha Christie, donde
nada es lo que parece y la trama inicial de suicidio se va perfilando como un
misterio que envuelve una serie de crímenes por resolver por el más torpe de
los investigadores “del mundo mundial”.
Me enganchó por su aplastante naturalidad y por
contar con una tensión muy sutil que no me dejaba opción ni posibilidad de “abandono”,
pero sus giros argumentales podían estar más “currados” y los tópicos
policiales unidos a los psicológicos la hacen a ratos “empachosa”; aún así la
he terminado por un “misterioso motivo” que no sabría desvelar.
Son quinientas páginas que no recomiendo si se
tienen lecturas pendientes con más garantías, pero es una buena propuesta para
este verano que se acerca con una rapidez de vértigo…, ese es el momento ideal
para saber cómo fue el “extraño verano” de nuestro Tom que se ha visto inmerso en
una trama en la que hasta él resultaba ser sospechoso; habrá que darle una
oportunidad, espero que con el calorcito lo hagáis.
“Las
puertas del corazón tienen que estar siempre abiertas, para que toda persona
que nos haga bien entre, y toda persona que nos haga mal salga.”
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