Que
belleza de presentación para una novela histórica diferente a las que
habitualmente leo acerca de la etapa de emergencia del Partido Nazi en Alemania
y las consecuencias que esto tuvo para la Humanidad. No son muchas las obras
que se han detenido en el papel de la resistencia alemana que por razones
obvias, alzaron sus voces avisando al mundo de un futuro incierto de llegar a
triunfar la ideología Nacionalsocialista de Adolf Hitler.
Esa
mujer en la portada con toda su estética de finales de los años 30, fumando y
el símbolo imperial detrás, por sí sola, prometía una buena lectura y a grandes
rasgos, se puede decir que ha cumplido con lo esperado.
“En septiembre de 2001,
Ruth Wesemann, una anciana alemana radicada en Sídney, recibe un ejemplar de I Was a German de Ernst Toller junto con una serie de escritos
autobiográficos en los que el dramaturgo estaba trabajando en 1939, antes de
suicidarse en un hotel neoyorquino. En ellos, un Toller atormentado evoca sus
recuerdos, desde la Primera Guerra Mundial hasta la llegada de Hitler al poder,
y, ante todo, evoca a Dora Fabian, la valiente y carismática activista política
que fue su amante. Al hilo de estos escritos, Ruth rememora sus propios y
dolorosos recuerdos y los acontecimientos que tuvieron lugar en los años de
entreguerras, cuando Dora, Toller, la propia Ruth y Hans, su marido, fueron
forzados a exiliarse en Londres. Allí se entregan con entusiasmo a la actividad
política clandestina y sufren el engaño y las traiciones de unos tiempos
difíciles en los que nada es lo que parece. Mediante dos voces narrativas que
se intercalan con fluidez y alternan recuerdos y reflexiones, Anna Funder nos
ofrece un sólido relato en el que se conjugan el dramatismo y el humor, las
pinceladas tragicómicas y las dosis justas de hondura y emoción”.
“Todo lo que soy”, es una novela basada en hechos reales, situada en sus inicios en el 2001
en Sidney, momento en el que Ruth una anciana de 80 años es la encargada de
recordar y contar en base a su memoria, su propia historia como protagonista y
superviviente de un hecho que se remonta a 1939. De este modo, la escritora
australiana, teje un relato intenso y bien escrito acerca del papel de los
exiliados alemanes en Inglaterra. Visto así, pensaríamos en una aventura de
valentía, de compromiso, de amistad que ha marcado la memoria de esta anciana y
que por un detonante inesperado decide que es la oportunidad de superar las
huellas de tan terrible pasado. Un espacio de décadas que rememora con los
recuerdos más dolorosos de su vida y que marcaron su existencia para siempre.
No voy a provocar muchos deseos de leerla si sigo por
esta línea mi reseña; os diría en cuatro frases el argumento. “Un grupo de activistas alemanes se opusieron
al ascenso de Hitler al poder, convencidos del peligro que esto suponía,
intentaron advertir a Europa desde el exilio del cariz que estaban tomando las
cosas y los riesgos de la política nazi más allá de las fronteras alemanas”.
Dos voces narrativas desarrollan esta historia y lo hacen
intercalando recuerdos y reflexiones. Son casi quinientas páginas que al
principio resultan muy interesantes pero que van perdiendo fuerza a medida que
nos adentramos en ellas. Resulta para aquellos que nos apasionan estos temas
muy fácil de seguir, curioso conocer la lucha clandestina y el papel de la
resistencia a los alemanes desde el exilio, de lo que poco o casi nada sabemos;
pero es precisamente la densidad de documentación a lo largo de la novela lo
que la va convirtiendo en “aburrida” y difícil de seguir. No es dramática, hay
una mezcla de humor y dosis de emociones bastante acertada en esta recreación
histórica, mezcla de realidad y de ficción que sin querer “chirria” y confunde
al lector.
Los personajes están bien elaborados, esta abogada autora
del libro dedicó años a documentarse para ofrecernos una visión poco explotada
del III Reich y la actitud del pueblo alemán ante su falta de reacción. Una
mujer deja huella cuando sigues su trayectoria de vida, Dora, su papel es
impresionante y los valores que representa un ejemplo inolvidable.
Estructurada en capítulos muy bien definidos y breves, en
ellos la prosa sencilla pero a veces sobria, es salvada por la abundancia de
intervenciones de los protagonistas a través de diálogos que ayudan a dar
agilidad a la lectura.
Confieso que estuve tentada a dejarla, de hecho la “aparqué”
con el compromiso de retomarla; los continuos cambios en el tiempo y en el
espacio y la entrada y salida de personajes llegaron a formarme un caos que me
hizo reconocer que aunque interesante, entretenida no era.
Recomendada para los apasionados del Periodo de
Entreguerras, y otras etapas históricas, no puedo decir que me ha decepcionado,
simplemente es algo más costosa de leer pero sin duda ha enriquecido mi visión
del conflicto alemán con una perspectiva desconocida hasta ahora para mí, de
manera que la última palabra la tenéis vosotros.
“Aprendí que el coraje no es la ausencia
de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no
siente miedo, sino el que conquista ese miedo”.
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