Siguiendo
la línea de Dicker y Lamaitre, Sandro Dazieri, nos presenta una
novela negra, con todos los ingredientes a los que estos escritores
nos tienen acostumbrados. Aviso que en esta ocasión son más de
quinientas páginas de trama compleja en sus inicios y enredada hasta
el final; por supuesto de ritmo trepidante, con grandes golpes de
efectos, que la hacen aceptable dentro de este género tan seguido
por muchos de nosotros.
“Un
niño desaparece a las afueras de Roma. La madre es encontrada muerta
y los investigadores creen responsable al marido de la mujer. Sin
embargo, cuando Colomba Caselli llega a la escena del crimen se da
cuenta de que algo no cuadra.
Colomba
tiene treinta años, es guapa, atlética y dura. Formó parte del
Departamento de Homicidios de Roma, pero desde hace meses es incapaz
de superar lo que llama «el Desastre», hasta que este caso vuelve a
llevarla a la acción. Para resolverlo contará con un colaborador
tan eficaz como peculiar: Dante Torre, un joven genio cuya capacidad
de deducción solo es igualada por sus paranoias. Él también es un
superviviente: fue secuestrado durante once años en un silo por un
hombre que se hacía llamar «El Padre». Ahora tiene pánico a los
espacios cerrados y ha hecho de su habilidad para encontrar a
personas desaparecidas su trabajo.
En
la búsqueda de la verdad, Colomba y Dante deberán enfrentarse a su
mayor pesadilla ante un caso de ramificaciones insospechadas”.
Como
veis, los elementos que caracterizan el argumento son muy
familiares; dos investigadores, hombre y mujer, ambos arrastran un
pasado, los dos se deben enfrentar a sus propios miedos y fantasmas
de sus respectivas vidas y por supuestos, en una situación de
vulnerabilidad emocional que comparten desde hace tiempo.
Es
el modelo de thriller europeo, dividido en capítulos para garantizar
el enganche de la lectura; lo curioso aquí es que cada uno hace de
llave para poder abrir y entender el siguiente y eso lo hace muy
absorbente, lo que demuestra una escritura rápida y envolvente por
parte de Sandro.
No
niego que la tensión es progresiva, va en crescendo hasta
confeccionar una espiral de ansias por avanzar y conocer más de la
historia. Creo que en el propio argumento hay una intencionalidad de
hacer una trama que confunda... tipo a lo cinematográfico, cuando ya
decides quien es el asesino y luego todo es justo lo contrario; pues
ese juego seduce y ayuda a no abandonar las pistas que el autor deja
para relacionar las vivencias de Dante, nuestro investigador, con los
hechos que ocurren en su realidad más cercana.
No
tengo nada que objetar respecto a los personajes, estan trabajados
con esmero, aunque se recrea en el perfil del miedo, del trauma y de
las extravagancias de cada uno de ellos. Ambos, se convierten en
inseparables y unidos por el desafío y la necesidad de encontrar a
Luca, el niño secuestrado en las mismas circunstancias en las que
una vez lo fue Dante.
Podría
ser más una serie de televisión que una novela negra, lo dejaría
en novela policíaca, con la particularidad narrativa de alternar lo
presente con hechos “padecidos” en el pasado y que
han construido por completo la vida de uno de los “actores”
ejes de la novela.
Aunque
las últimas cien páginas son las más excitante, para mí sobran al
menos otras cien, resulta excesivo la cantidad de tópicos y acciones
repetitivas y las continuas crisis personales y emocionales que el
autor relata de cada personaje,demasiado estereotipados..., pero las
dosis de intriga restan importancia a estos detalles; además, los
que elegimos leer este tipo de historias sabemos que todo esto tiene
que aparecer para hilvanar la trama y que no deje de ser adictiva y
así poder terminarla.
El
escenario es muy europeo, Italia y lo más emocionante su final...
“Hay
momentos en los que la vida separa a determinadas personas sólo para
que entiendan lo importante que son la una para la otra.”
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