lunes, 10 de agosto de 2015

Viajo sola, Samuel Bjork

Los veranos de los últimos años, no serían lo que son, de no estar presente en nuestro repertorio de lecturas, las novelas de suspenses pertenecientes al género escandinavo policíaco. Para mi ya eran familiares, llegaron de la mano del gran maestro Henri Mankell; pero en la actualidad, las librerías han sufrido este fenómeno literario nórdico, con otros numerosos escritores que sin llegar a su calidad, han logrado ocupar un espacio merecido en el mercado de la literatura universal.
Samuel Bjork, es el seudónimo del noruego Frode Sauder, novelista y escritor de teatro, que nos presenta esta obra escrita bajo el más puro estilo nórdico policíaco; lo hace sin florituras y con una trama sencilla y bien construida; tanto que tiene el ritmo de un thriller vertiginoso, cuya lectura gana en velocidad a medida que avanzamos ansiosos por sus páginas. Ambientada en Oslo, dividida en ochenta y nueve capítulos, sigue un eje cronológico lineal en el que aparecen tramas y subtramas dentro de un argumento principal.
Os dejo la sinopsis:
Un hombre sale a pasear con su perro para recuperarse de la resaca y de sus problemas de conciencia. De repente el perro sale corriendo entre los árboles. Allí el hombre descubre a una niña que cuelga de un árbol, balanceándose sobre el suelo. Con una mochila escolar en la espalda y un cartel alrededor del cuello que dice «Viajo sola».
El inspector de policía Holger Munch se encarga del caso y no tarda en darse cuenta de que va a necesitar la ayuda de su excolega  Mia Krüger. Sin embargo, Mia, que siempre había sido una chica sana, ahora parece estar enferma. Realmente enferma. Holger Munch acude a su casa para pedirle que vuelva al servicio activo. No tienen ni la más remota idea de lo que les espera.
Con este argumento la tensión está garantizada, desde el principio engancha, esa manera tan explícita de comenzar la hace muy potente, y sin duda, Samuel se ha esforzado por no decepcionar, aunque bien es verdad, que alrededor de la mitad decae un poco, pero sabe recuperar el ritmo demandado, me temía lo peor, pero me equivoqué.
¿Qué nos es familiar?, pues demasiados aspectos; es la historia de un secuestro que urge resolver, las niñas son las víctimas, todas aparecen muertas aunque no torturadas, para dar con el asesino se necesita una pareja de policías con un pasado “especial”, a ser posible, mujer y hombre y viejos conocidos de trabajo, que retirados por motivos personales, encuentran en las desapariciones una oportunidad para reintegrarse en el cuerpo...
Por estos detalles no la encontré original, vuelve a sonar a guión de película sabadeña, pero hay que reconocer que la brevedad de los capítulos y la profusión de los diálogos, me mantenían fiel a la lectura; además sus personajes están bien trabajados y la narración de sus vidas podían llegar a ser, dos novelas independientes. Igualmente decidí terminarla porque en ningún momento sentí un exceso de morbosidad, en los hechos relatados en lo referente a la costumbre del secuestrador de vestir a las niñas con un traje de muñeca antiguo, el tratamiento fue sutil y hasta elegante.
A grandes rasgos, Samuel partiendo de los secuestros despliega una trama en la que todo tiene un por qué, va atando cabos desde el inicio y hace que el final sin sorpresas sea al menos justificado.
Es una muestra más de una novela bien escrita, con una gran operación de marketing detrás, de narración muy cuidada y sin duda meritosa,; que ya sabéis lo que opino yo de esto de escribir, que es “todo un arte” y no lo hace cualquiera. Recomendada para los amantes del género “frío”, negro, suspense y con parejas de “polis” deseando acción.

No viajamos para escaparnos de la vida, sino para que la vida no se nos escape”.
El mundo es un libro, y aquellos que no viajan leen solo una página.”
Viajar hace a uno modesto. Ves el lugar pequeño que ocupas en el mundo.” 

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