De
nuevo, se cruza en mi camino la escritora Sabina Berman, al igual que
con “Su Dios de Darwin”, la elección del título y
el tema de esta novela, no deja indiferente a nadie y mucho menos por
lo largo y curioso del mismo; “La mujer que buceó dentro del
corazón del mundo”. Lo cierto, es que tras leer el relato,
tiene mucho sentido que Sabina, pensara en esta frase porque está
totalmente acorde con las andanzas y personalidad de la protagonista.
Narrativa
contemporánea de tildes ecológicos y terapéuticos; al ser la
segunda novela que leo no me ha sorprendido la forma en la que aborda
ciertas cuestiones que afectan a la conservación de la naturaleza y
a la salud del ser humano. Podría decir que mi reflexión ha sido un
alegato a la libertad y a los derechos de aquellos a los que
encontramos “diferentes”, por el simple hecho de no
ser como nosotros.
Os
cuento a modo de resumen el argumento de esta curiosa historia.
Karen
es una niña de la que se hace cargo su tía Isabelle, no sabe hablar
ni comunicarse, sus actitudes son salvajes a consecuencia del
abandono que sufrió por parte de sus progenitores. Isabelle ha
heredado una industria del atún en situaciones precarias que ha de
reflotar y a ello se le une el desafío de enseñar con tesón y
cariño a Karen tanto a hablar como a escribir. Su incorporación a
la escuela permite conocer un diagnóstico de autismo funcional. Ello
no le impedirá llegar a la universidad o tener ideas brillantes para
el negocio familiar, aunque sus comportamientos y puntos de vista
chocarán siempre con las ideas establecidas y serán causa de
situaciones embarazosas o cómicas. Su vida va a funcionar por
intuición y por la razón y estará marcada por la incomprensión y
falta de sensibilidad de los que la rodean.
Aunque
pueda parecer algo rollo, es muy entretenida, he aprendido bastante
sobre el síndrome de Asperger, del que ya sabía lo suficiente por
experiencia personal en mi trabajo, aunque nunca está de más seguir
aprendiendo. El personaje que absorbe toda la novela es Karen, pero
esta mexicana construye un personaje con el que se empatiza enseguida
y al que realmente sentimos muy cerca desde el comienzo de la
lectura, ya que engancha y despierta la curiosidad por conocer, como
se van a resolver situaciones que cualquiera consideraríamos
surrealistas y novelescas, pero que por desgracia ocupan nuestra
realidad más cercana.
Sabina
Berman, se ha esmerado en la exposición externa de los sentimientos
que se potencian en la narración, aborda el mundo de la zoología
con una precisión muy amena y sencilla, agradable para quienes no
leemos demasiado sobre estos mundos marinos, y no olvida tomar como
hilo conductor, las actitudes que mueven y hacen girar el mundo
particular de Karen, donde la percepción de lo que le rodea y las
relaciones humanas con aquellos con quienes conviven, son sus
desafíos diarios de vida.
Como
ha hecho de la niña que bucea y hace otras rarezas que no voy a
desvelar, un ser entrañable; su novela no lo es menos, de manera que
os invito a leerla, sin caer en el error de encasillarla y que os
deis el placer de ”bucear al centro del corazón de vuestro
propio mundo”.
“Sostener
a diario la fantasía de que uno primero piensa y luego existe, es lo
que hace tan cansado ser un ser humano común, o al menos pretender
serlo”.
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