Impactante
y colorida portada para una no menos delirante novela. Necesitaba una
lectura para superar unos momentos de agobios que ya se estaban
haciendo crónicos y tiré de este largo título que acabé por
memorizar como “el sinvergüenza del pavo real” y en honor a la
verdad me ha arrancado muchas risas y me ha hecho recordar un montón
de tópicos de nuestra querida España que tan integrados tenemos en
nuestro carnet de identidad y carta de presentación nacional.
Dentro
de la narrativa hispanoamericana, Ángela Becerra relata a modo de
memorias la trayectoria de la vida de un conquistador incorregible
llamado Francisco Valiente. En su propio velatorio y teniendo a
Sevilla como escenario, el finado recuerda sus andanzas y hace repaso
de su vida deteniéndose en los actos más ruines y a la vez más
generoso que le han llevado a ser el personaje más pintoresco de la
capital hispalense.
Dicho
relato está narrado a tres voces, junto a la del “sinvergüenza”,
su esposa y su amante se convierten en las principales protagonistas
del espectáculo que se vivirá en el plazo de veinticuatro horas,
las utilizadas por la autora para revivir lo acontecido en la vida
del también conocido como “El Hermoso”.
Al
principio tuve la sensación de que me iba a encontrar con una novela
como “Cinco horas con Mario”, pero nada más lejos de la
realidad. Este curioso trío de narradores se sirven del funeral para
expresar los sentimientos más profundos de la manera más
esperpéntica imaginada. Cada uno de ellos como si de intermitentes
de automóviles se tratara van interviniendo simultáneamente y
relatando historias que no por grotescas dejan de parecer reales.
Asistimos
al desmenuzamiento de una sociedad con todas sus caras representadas
en personajes que abarcan desde políticos, banqueros, cantaores,
toreros, ganaderos, constructores, amantes, prostitutas, religiosas,
y todos los que nuestra imaginación alcance. Es una historia de
miserias, vanidades, rencores, riesgos, mentiras, muerte, celos,
miedos, excesos, lujos, pasiones, corrupción y emociones. “Un todo
incluido” que le llamaría yo y que nos resulta extremadamente
familiar. No hay que olvidar que existen pasajes con fuertes cargas
de erotismo y sensualidad porque el trasfondo es la critica a la vida
de un seductor en potencia y la autora lo ha quedado muy explicito a
lo largo de la novela.
No
sólo zarandea a la sociedad en general sino que se recrea en
tradiciones y tópicos y en la institución del cotilleo y la falsa
moral. Presenta evidentes dicotomías con parejas como la riqueza y
la pobreza, amigos frente a enemigos, amores y odios... todos
reflejados en las “historias” aportadas por los que desfilan ante
el féretro del malogrado Francisco.
Prosa
muy sencilla que engancha desde el principio por la frivolidad de lo
contado; en el fondo por un lado he tenido la sensación de estar
leyendo una triste historia de amor de adolescentes frustradas por las
conveniencias e intereses sociales y por otro encontrarme ante un
argumento de infidelidad y venganzas sin límites, donde cualquier
cosa vale para hacerse daño incluso a uno mismo.
Personalmente
he disfrutado porque ha sido capaz de arrancarme más de una carcajada,
me ha permitido empatizar indistintamente con los tres narradores, me
han gustado ciertos extremismos de Ángela para describir situaciones
de amor, desamor y sexo. La recomiendo para todo el que quiera
divertirse un par de tardes ya que su lectura es muy ágil por la
abundancia de diálogos y la separación en capítulos de breve
duración.
No
quiero terminar sin garantizar que la elección de los pavos reales
es acertada para justificar la existencia de los mismos en la vida de
Valiente y por supuesto en la espectacular portada; y que el final
por una vez ni me lo podía imaginar y por ello aplaudo a la autora
por la generosidad del mismo como premio a sus lectores tras un
velatorio tan intenso como original e inolvidable.
“Quien
con el diablo largas piezas de baile ejecuta, jamás podrá escoger
la música de tan envenenadas baladas”.
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