jueves, 17 de abril de 2014

La reina descalza, Ildefonso Falcones

Aunque no he tenido oportunidad de comentarlas,no es la primera novela que leo de Ildefonso Falcones; las dos anteriores, “La catedral del mar” y “La mano de Fátima” las leí en cuanto se publicaron y de ambas sólo tengo cosas buenas que decir. En cuanto a “La reina descalza” mis impresiones son contradictorias, por una parte he de reconocer que se trata de una obra bien narrada con un estilo fluido y sencillo, asequible a todos los lectores y “fuera aparte” otras pegas que le veo; es entretenida y al fin y al cabo cuenta una “historia bien contada”.
Ambientada en el Siglo XVIII español, época con la que no disfruto mucho, en las ciudades de Sevilla y Madrid, nos sumerge en la vida de Milagros y Caridad dos mujeres que vivirán sus vidas apegadas a un mundo especial y concreto como es “el pueblo gitano”.Junto a ellas, una galería de personajes secundarios que recrean un relato lleno de amores y desamores, aventuras y desventuras, humillaciones, desdichas, violencia, sumisión, imposiciones, pasión, odios, hambre y miserias. Pero por encima de todo el valor de la amistad entre ambas mantiene el hilo conductor del argumento desde sus inicios hasta el final.
El autor demuestra su arte en la documentación lo que es de agradecer para poder tener una idea de las consecuencias históricas que se derivaron de las ordenanzas y decretos reales que afectaron a las minorías étnicas y religiosas en estos años tan convulsos de la Historia de España.
Ahora bien, la primera critica que tengo hacia la novela es inevitablemente las setecientas cincuenta y dos páginas de esta; creo sinceramente que le sobran al menos doscientas y esto es así porque las descripciones se alargan y repiten extraordinariamente y llega el punto en el que vas saltando páginas en las que poco se dice y menos te pierdes... Además la profusión de diálogos se hace cansino, tienes la sensación de estar leyendo el libreto de una telenovela y antes de leer ya sabes las contestaciones. El ritmo es cambiante y muy lento en puntos de la narración donde se pide a gritos acción; ello deriva en cierto aburrimiento y en un alarmante peligro de abandono de la historia.
Es cierto que Ildefonso no escatima en diseccionar el mundo gitano en lo referente a principios de vida, leyes internas y costumbres (la honra, el orgullo de raza, el deber del “gitano”, el patriarcado, las venganzas y recillas generacionales, los clanes, la defensa de la familia) que aún hoy les representan.
Precisamente aquí es donde chirría el final de la novela, resulta poco creíble que con un monumental conflicto entre Garcías y Vegas, Carmonas y Heredias, todo se resuelva rozando lo idílico.
Buen papel otorgado a la mujer, tanto que defiende el matriarcado que por supuesto es incuestionable en esta raza. En no pocas ocasiones cuando te has familiarizado con personajes relevantes del relato percibes que llevan desaparecidos demasiado tiempo y te preguntas qué ha sido de ellos y dudas de si volverán a formar parte de la trama; por supuesto el autor los recupera, pero no siempre le encuentras justificación a dicha aparición.
Aplaudo la forma original en la que integra ciertos temas que son señas de identidad de la época: el contrabando, la esclavitud, el mercado y trabajo del tabaco, los teatros y el flamenco. La música representa el canto a la libertad y prueba de ello son las numerosas alusiones en forma de frases cortas que se hacen en toda la novela.
Definitivamente la recomiendo aunque algo desilusionada por la carga de clichés que tiene y el exceso de datos y descripciones que la hubieran hecho algo más dinámica. No obstante no puedo decir que me ha decepcionado y sí admitir que vamos buscando y exigiendo al autor obras como las ya escritas y es que “las comparaciones siempre son odiosas”.

Nosotras solo podemos luchar por olvidar nuestros dolores y sufrimientos, para vencerlos, pero nunca para vengarlos. Aferrarnos a la esperanza, por pequeña que esta sea, y mientras tanto, de vez en cuando, solo de vez en cuando, intentar volver a sentirnos mujeres”.
( La reina descalza)

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