jueves, 26 de noviembre de 2020

Tiza roja, Isaac Rosa

En esta ocasión, la elección ha recaído en el escritor sevillano Isaac Rojas al que ya conocía por otros libros. Me apetece de vez en cuando lecturas que me permitan leer historias cortas que te dejen con la boca abierta por su originalidad y sencillez. Es justo lo que he encontrado en esta selección de relatos que abordan asuntos de actualidad y de la vida española de los últimos años, todas muy cercanas que expanden nuestra comprensión de la sociedad en la que vivimos.
Tiza roja incluye más de cincuenta relatos, organizados siguiendo las secciones de un periódico, a modo de reconocimiento del vínculo que los une al ámbito de la prensa, dado que todas las historias han aparecido en diarios durante los últimos años.

Isaac es considerado uno de los novelistas llamados “sociales”, en total son seis las novelas publicadas, de las que he leído “La habitación oscura” y “El país del miedo” y puedo decir que el calificativo está muy bien puesto.

Las historias que narra en este libro son a cuál de todas más originales y a la vez reconocibles. Podría decantarme por alguna de ellas, aunque  estoy convencida de que os gustarán todas.

La ventaja de estos libros es poder leer aisladamente dichos relatos, pero recomiendo que se haga según aparecen, ya que no hay necesidad de alterar el orden que el escritor ha elegido para nosotros.

Nada más abrir el libro, nos encontramos con un prólogo que muestra la primera reflexión crítica, una reivindicación del escritor por encargo, frente a la romantización de la figura del escritor como un genio libre o acaso doblegado solo a su inspiración. Pero no es así, el escritor, hoy, está sujeto a leyes del mercado cultural y, en ocasiones, produce por encargo; El motivo de estas palabras son precisamente las 50 historias de “Tiza roja”, todas encargos hechos al escritor para ser publicados en medios periodísticos, rodeados de noticias y reportajes, y pensados para ser leídos en ese contexto.

El repertorio de temas tratados es la justificación para poner en evidencia la sociedad que nos define, la precariedad económica, la incertidumbre personal, los ataques laborales, la comercialización de lo privado, el machismo, pero también la solidaridad, la organización y la respuesta colectiva y todo debido al hecho de la importancia adquirida por las preocupaciones que nos rodean y la impotencia ante la mala gestión de esta crisis social que dura ya demasiado tiempo.

Podría recomendar alguno, por ejemplo el del lazo amarillo en el paso de la procesión de la Virgen, el de la vida de un hombre relatada a través de sus movimientos bancarios, el boicot a Coca-Cola e incluso el de la tragedia de los campos de refugiados.

Por hablar de los temas más sugerente os digo que la escasez material, el miedo al despido, el papel de las redes sociales, las peripecias para llegar a fin de mes, la homofobia, el racismo y el terror como herramienta intimidatoria en el mundo laboral, dan vida a buena parte de estas cotidianas y frecuentes historias que bien podían ser las nuestras.

No nos sorprende el autor al mostrarnos la cara buena de estas situaciones tratadas con ironía y humor, que en el fondo no dejan de ser dramas reales, tirando de beneficios de las mismas, a la hora de relatar como la sociedad responde en buena manera con solidaridad, compañerismo, organización y respuesta de supervivencia cuando la vida nos lleva al límite de lo soportable.

Esa fina ironía de este sevillano, consigue mostrarnos y abrirnos los ojos a una realidad repleta de abusos, atropellos y despropósitos diarios que solo nuestra apatía e indiferencia nos impediría ver.

No quiero desvelar el origen del título, mejor que os leáis todos los relatos y así lo descubráis solos

Especialmente divertidos e inquietantes a la vez resultan los ‘Anuncios por palabras’, el de la empresa que ofrece la reconstrucción de recuerdos o el de los mensajes de los pomos de la puerta de los hoteles…Todas en el fondo son situaciones alarmantemente reconocibles en la vida española de las últimas décadas.

En esta llamada y toque de atención que nos da Isaac, se encuentra una invitación a no olvidarnos de las otras realidades que sin ser la nuestra forma parte de nosotros. Os garantizo entretenimiento y un par de tardes de lectura amena. Os gustará.

“Los colores al igual que nuestras facciones, cambian con las emociones”.

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