martes, 17 de noviembre de 2020

Libro de familia, Galder Reguera

 


Después de los libros y la música, la fotografía es una de mis aficiones poco desarrollada pero con la que disfruto mucho. No es el primer libro que leo cuya historia parte de una fotografía, de la vida de los que allí aparecen, de un secreto bien guardado o un misterio por resolver. Las imágenes cuentan siempre mucho más que las palabras, son el testigo gráfico y perenne que atrapa el momento, es un segundo arrebatado al pasado sin fecha de caducidad en el presente, lo congela, hace eterno el instante captado, es algo más que lo que aparece, esconde sentimientos, emociones, es esa página de la vida que no cambiará ni siquiera con el paso del tiempo.

La Nochevieja de 1974, la madre de Galder Reguera supo que estaba embarazada de él. Ese mismo día, su padre murió en un accidente de coche. En estas páginas se unen un emocionante relato familiar lleno de giros inesperados y la crónica de una investigación: «Él es para mí el pasado que no tuve y yo para él soy el futuro que se le negó. Él pensó en mí durante un día. El último día de su vida. Yo he tenido siempre presente su sombra”.

Todavía me pregunto cómo me decidí por este relato con una sinopsis tan desgarradora y real. A veces, quizás más de las que nos imaginamos, estas cosas, estas tragedias pasan y no en menos ocasiones te preguntas, cómo los seres queridos, las familias hacen frente y superan un drama de esta de esta magnitud. Ya sabemos aquello de que el tiempo lo cura todo, para mí que somos nosotros los que nos curamos con su paso. En esta ocasión Galder Reguera ha elegido como proceso sanador escribir, partiendo de una foto, una historia familiar que le ayudase a conocer la vida y la muerte de su padre, en un esfuerzo por saber más de un pasado sin el cual su presente no tendría sentido.

Retrato de familia que esconde un gran trabajo de investigación, de documentación seleccionada, entrevistas con todos sus miembros y conocidos de su padre y especialmente del papel ejercido por su madre y sus vivencias después de esa fatídica Nochevieja.

Nadie se imagina que tras una foto se pueden descubrir tanto de uno mismo, al menos tras cuarenta y cuatro años es lo que siente el autor de este bonito homenaje al padre que nunca conoció.

Puede parecer que vamos a leer entre lágrimas y dolor la reconstrucción de esta historia, pero nada más lejos de ellos. Galder nos cuenta con sencillez y limpieza los entresijos de unos personajes con luces y sombras, con zonas oscuras y espacios brillantes, de lo que  al fin y al cabo es lo típico y lo atípico de cualquier tribu con lazos de sangre. Repertorio de acontecimientos incómodos y otros dignos de recordar, algo totalmente mundano y con lo que estamos “familiarizados”.

En las casi cuatrocientas páginas del libro, vamos a tener la oportunidad de conocer a los “parientes” cercanos de este bilbaíno y ninguno de ellos se ve privado de nuestra simpatía, especialmente Javi el padre no biológico de Galder, una auténtica compensación de la vida por la ausencia del suyo. No quiero pasar de puntillas por el cúmulo de desgracias sufridas por su madre, quien hasta la llegada de su tercer marido no pone fin a su racha de mala suerte.

Narración que muestra muchos registros, que roza el estilo doméstico, asequible, con un vocabulario y unas construcciones que reflejan la sencillez y honestidad literaria de este escritor, un estilo cargado de normalidad y sentimentalismo bien administrado donde no faltan los temas de cualquier vida; amor, confesiones, culpas, deseos no cumplidos, el maltrato y las ausencias de los diferentes miembros de una familia a lo largo de generaciones.

Dos historias paralelas: una prácticamente lineal que narra la vida de la madre del autor "casi como una novela del siglo XIX", y otra en la que Reguera invita al lector a acompañarlo en la investigación en torno a su padre. En el transcurso de la novela, el escritor recuerda que dudó en varias ocasiones sobre si dejar de escribir "para no hacer sufrir" a su madre reviviendo viejos recuerdos. Aun así, Reguera siguió adelante y no publicó la novela hasta que sus padres le dieron el visto bueno, puesto que "también era su historia" y, después de todo, era un "homenaje" a ellos. 

No hace falta seguir contando más para saber que me ha gustado mucho este viaje valiente que hace Galder, no es fácil abrirse así y exponer lo más íntimo de tu vida. "Libro de familia" es esa historia que podría ser la de cualquiera de nosotros, es una oportunidad para reconocer la importancia de saber todo acerca de nuestro pasado. Os lo recomiendo por su utilidad como terapia narrativa, como lectura diferente, sin adornos, natural y por supuesto inolvidable. Recuerdo que es mi opinión de lectora, nada más que eso.

“La fotografía es otra forma de amar la vida, capturar el tiempo y detener los sentimientos para siempre”.

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