jueves, 12 de julio de 2018

Mi pecado, Javier Moro


Javier Moro, obtuvo el Premio Primavera 2018 con la historia de un personaje español que brilló en el mundo americano de la década de los años Treinta, época de Entreguerras en uno de los siglos más convulsos de la humanidad.
“Mi pecado una historia que sucedió realmente. Su protagonista es la actriz española Conchita Montenegro quien, en 1930 con apenas 19 años, desembarcó en Hollywood. Gracias a su belleza, inteligencia, personalidad y tesón, la joven promesa se hizo un hueco entre las principales estrellas del momento. Su extraordinaria mirada cautivó a Leslie Howard, uno de los actores más célebres de la época, un hombre casado que le doblaba la edad. Los amantes vivieron su idilio entre fiestas de ensueño y estrenos triunfales, paseos a caballo y vuelos en avioneta por la costa de California, entre la pasión y el engaño. Trece años más tarde, su historia de amor tuvo un desenlace inesperado cuando los dos se reencontraron en Madrid y, sin saberlo, influyeron en el curso de la Segunda Guerra Mundial”.
Me llamó la atención la figura de esta mujer y los recursos que tuvo que utilizar para brillar en una época como la que sirve de escenario a su vida. No me atrevería a decir que se trata de una novela histórica, más bien es el relato de un romance lleno de pasión y lujo, contado desde los ojos de esa misma mujer que lo protagoniza. Casada con un diplomático franquista no gozó de la aprobación y aceptación de la sociedad, algo que le impidió triunfar en el Hollywood de la Gran Depresión, aunque no por ello pasar desapercibida.
Resulta entretenido y parece más la crónica de unos hechos que el argumento de una historia que resulta algo floja y carente de la fuerza de otras escritas por este autor. Dos momentos temporales sirven para una narración que comienza muy lenta y que en ocasiones hace plantearse el abandono de la misma. Bien documentada, atractiva por los detalles y las descripciones, la aparición de personajes del celuloide y todo el glamour que nos llegaba a través de las pantallas de cine.
Sin dejar de ser mi humilde opinión de lectora aficionada, se deja leer y nunca está de más aprender aquello que desconocemos; aún así reconozco que no tiene la calidad de otras novelas de este gran narrador de historias.
“Siempre habrá alguien que, aunque no quieras, será tu debilidad. Que si sonríe, tú sonreirás, que si te habla, tú le contestarás y que si te necesita, tú seguirás estando ahí”.

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