“Ordesa”,
es la última producción literaria de Manuel Vilas. Hace unos días decidí leerla
amparada en la recomendación de una gran lectora; hoy no puedo reseñarla porque
me parecería un atrevimiento hacerlo, primero por lo desafiante de dicha
empresa y segundo porque he sido incapaz de terminarla.
“Escrito a ratos desde el desgarro, y siempre desde
la emoción, este libro es la crónica íntima de la España de las últimas
décadas, pero también una narración sobre todo aquello que nos recuerda que
somos seres vulnerables, sobre la necesidad de levantarnos y seguir adelante
cuando nada parece hacerlo posible, cuando casi todos los lazos que nos unían a
los demás han desaparecido o los hemos roto. Y sobrevivimos”.
Ante la desazón que me ha ocasionado el abandono de
esta novela autobiográfica, no he tenido más remedio que bucear en blogs de
lecturas en busca de opiniones diferentes a las que me parecían “palmeros de
editoriales”, porque no entendía las buenas críticas y halagos hacia “Ordesa”,
ni reconocía las virtudes y hermosuras que al parecer definen esta obra en
prosa de Manuel Vilas, narración que yo he reconocido como un lamento y regodeo
en un duelo demasiado extenso, negativo y autodestructivo.
No he podido pasar de la página 60, y confieso que
no me he planteado seguir al menos por ahora. No dudo del potencial como
escritor de este hombre, pero francamente no encuentro nada de interés que me
motive a seguir hasta el final. Este drama tan particular y especial, me ha
parecido un proyecto de cura y sanación hecho a su medida y con el que no he
podido empatizar en las primeras páginas.
Ya he dicho siempre que soy una aficionada que me
gusta compartir mis impresiones, en este caso me da reparos hacerlo no quiero
pecar de enterada, puedo deciros que las descripciones me han resultado obvias,
cansinas y repetitivas, demasiado machacón en determinados aspectos, de ahí lo
monótono y aburrido de los textos de frases muy cortas y sueltas mezcladas con
otras tan largas que no se les veía el final.
No voy a extenderme en la reseña porque ya digo que
sería un atrevimiento por mi parte. Mis respetos hacia el escritor y su obra,
seguro que no la he entendido y no porque no sepa lo que es un duelo, ya no
tengo padres y podía haberme resultado más fácil entender sus sentimientos,
pero no ha sido así…, de vez en cuando pasan estas situaciones de falta de
conexión. Por si sirve de algo, la persona que me lo recomendó lo está
terminando con trabajo, pero sigue manteniendo la grandeza de la obra y su
autor. Vosotros decidís.
“Ser íntegro, es hacer aquello que consideras
correcto, sin necesidad de espectadores ni ojos que enjuicien tus actos”.
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