Aunque
la portada de corte clásico no me atraía demasiado, reconozco que acabé cayendo
en esta novela que me recordaba al “Tiempo entre costuras” y por la que no aposté demasiado. Un título con
apellido alemán, que coincidía con otro de Alejandro Palomas que tenía
pendiente de lectura, terminó despertando mi curiosidad ante tan original
coincidencia y he de reconocer que la he leído rápido y sin esfuerzo; sin duda
la lectura agradable que siempre apetece leer y que recomiendo para disfrute de
cualquier lector.
Paulina Hoffmann crece en el infierno del Berlín nazi, pero el horror
invade del todo su vida cuando el ejército ruso ocupa la ciudad al final de la
guerra. En esos días, su madre toma una decisión que marcará para siempre la
historia de Paulina: su huida desesperada al Madrid de la posguerra, su
apasionada juventud en España, su inesperado matrimonio y, sobre todo, el gran
amor hacia sus hijos y su única nieta, Alicia.
Será Alicia la que, muchos años más tarde y tras la muerte de Paulina, decida viajar sola a Berlín para sumergirse en el pasado de la mujer de la que tanto aprendió y comprender el último secreto de su abuela, una auténtica superviviente que logró decidir su propio destino a pesar de los recuerdos y el silencio.
Será Alicia la que, muchos años más tarde y tras la muerte de Paulina, decida viajar sola a Berlín para sumergirse en el pasado de la mujer de la que tanto aprendió y comprender el último secreto de su abuela, una auténtica superviviente que logró decidir su propio destino a pesar de los recuerdos y el silencio.
Carmen Romero Dorr, no
era una desconocida para mí, a decir verdad, la asociaba a editora de otras
novelas que he tenido la oportunidad de leer. En esta ocasión se estrena como
escritora, y lo hace con una historia de corte clásico mezcla de thriller y novela
negra, en la que los secretos y misterios del pasado se convierten en el hilo
conductor del relato.
Narración de dos
historias que tienen lugar en dos planos temporales diferentes, contadas por un
narrador omnisciente a dos voces distintas. Por un lado, nos lleva al Berlín de
1938, a los inicios de la Segunda Guerra Mundial, Paulina, la principal
protagonista que da pie a toda la historia, nos cuenta la huida hacia el Madrid
de Posguerra y su vida lejos de sus orígenes; por otro lado, el segundo hilo
argumental se desarrolla en los tiempos actuales y cuenta la trayectoria de
vida de su nieta Alicia, quien tras su muerte se enfrenta a los secretos no
desvelados de la vida de su abuela.
Carmen se inspiró en la
vida de su propia abuela y bajo un esquema sencillo mezcló realidad y ficción,
añadiéndole dosis de misterio, intriga y un secreto alrededor del que pivotaran
los ambientes y personajes de un viaje cargado de emociones y sentimientos. Así
reforzó el binomio abuela/nieta combinando pasado y presente en un ir y venir a
través de momentos históricos, consiguiendo escribir una novela de mujeres, en
la que los hombres juegan un papel secundario, aunque no por ello, este secreto
solamente sea “cosas de mujeres”.
Está dividida en partes tituladas y subdivididas a su vez en capítulos.
Escrita con ritmo pausado pero con un suspense continúo que mantiene el interés
por la misma. Personajes bien trazados y de múltiples caras, lenguaje asequible
y prosa limpia. La ambientación de ciudades como Madrid, Berlín y Málaga, así
como el repertorio de temas que aborda, enriquecen una historia de abuela que
acaba haciendo sombra a la de su nieta, sin por ello desmerecer una en detrimento
de la otra.
No es literatura femenina, tampoco es la típica historia de nazis aunque sí
de heroínas y supervivencias contadas con la calma y angustias propias del
género y lo que es indudable es que está
avalada por una buena campaña de publicidad al más puro estilo de apuesta
editorial.
Recomendable para todos los públicos, que nadie espere un libro profundo ni
con sorpresas que cortan el aliento; predecible y con un final que desvela su
título; no quiero olvidar los guiños literarios y la defensa acerca del papel
sanador de la lectura en la Humanidad, suficiente para animaros a su lectura
inmediata y sino, para el verano que está aquí mismo.
“Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna."
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