jueves, 15 de marzo de 2018

Qué vas hacer con el resto de tu vida, Laura Ferrero


No es la primera vez que leo a esta joven promesa de las letras españolas. Hace muy poco reseñé un libro de relatos cortos llamado “Piscinas vacías”, de gran originalidad y potencia literaria y que me gustó bastante. En esta ocasión, la periodista y editora nos sorprende con su primera intrusión como novelista, aunque vuelve a presentarnos una historia desarrollada a través de dos relatos que transcurren de forma paralela, pero cargados de sentimientos y experiencias totalmente opuestos, y en los que se observa su estilo de escritora de cuentos.
“Con treinta años Laura deja a su pareja y abandona Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud ha estado marcada por la relación con su padre, un hombre intolerante; su madre, que desapareció para regresar cinco años después; y Pablo, su hermano, que encuentra en la pintura la manera de luchar contra la enfermedad mental que padece.
En Nueva York, Laura empieza a trabajar en una editorial y a asistir a las clases que Gael, un misterioso conocido de su madre, imparte en la Universidad de Columbia.
¿Quién es Gael? ¿Qué sabe él de todo lo que ha ocurrido en su familia?”.
El título, ¿qué vas hacer con el resto de tu vida?, ya nos avisa que los interrogantes y la búsqueda de respuestas, van a ser el eje sobre el que va a pivotar la trama de la novela. Es el relato de Laura y su familia, de manera que no deja de ser una historia familiar, lo acontecido en el pasado desde su infancia hasta la actualidad, especialmente aquellos momentos que contribuyeron a dar solidez a sus cimientos como persona, los mismos que hoy se tambalean. Como todo repertorio cronológico que se precie, se alternan hechos agradables de recordar, con recuerdos dramáticos aparcados por nuestra protagonista que son recuperados en un intento desesperado por resolver y cerrar las heridas que el tiempo no ha logrado borrar.
Preguntas acerca de su existencia y manifestaciones de deseos de cambios urgentes para alterar su maltrecha situación emocional. Narrada en primera persona por la propia Laura, con un ritmo pausado plagado de largas reflexiones, innumerables metáforas y continuos guiños literarios, musicales, geográficos y pictóricos. Un cuadro de familia desestructurada, con grandes fisuras, con víctimas identificadas, y un desgaste personal y emocional muy evidente en nuestra protagonista principal.
Aunque el ritmo es pausado, hay una buena dosificación de intriga y suspense, además de ciertos giros argumentales que te dejan con la boca abierta. La escritora ha hecho un buen trabajo psicológico entorno a los personajes, sin dejar por ello de abordar temas de carácter social como la infidelidad, la soledad, la violencia y las relaciones paterno filiales, dando a la novela un tono reflexivo e intimista.
En general está bien escrito, la prosa es sencilla y asequible, pero me ha provocado el “interrogante” acerca de tanto recreo en el pasado cuando realmente el título se pregunta por el futuro. Está claro que hay que enfrentarse a los temores más pronto que tarde y resolver los oscuros secretos de nuestra mente.
Os la recomiendo porque al igual que su anterior libro de relatos, es diferente y agradable de leer; ahora bien, elegid un estado anímico fuerte, no toda la historia goza de buenos momentos y en algunos pasajes la crudeza es muy explícita. Personalmente, creo que podía haberle sacado más provecho a la trama y descargarla del halo de melancolía y tristeza que se respira en toda la lectura, pero entonces no hubiera transmitido la esencia de esa mujer atormentada por su pasado. Os gustará.
“Dicen que los duelos duran un año, los del corazón, los de la vida. Pero nadie asegura que estos no puedan alargarse más, hacerse tan eternos que acaben llegando a ser parte de la temida palabra: siempre”.

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