No es
la primera vez que leo a esta joven promesa de las letras españolas. Hace muy
poco reseñé un libro de relatos cortos llamado “Piscinas vacías”, de gran
originalidad y potencia literaria y que me gustó bastante. En esta ocasión, la
periodista y editora nos sorprende con su primera intrusión como novelista,
aunque vuelve a presentarnos una historia desarrollada a través de dos relatos
que transcurren de forma paralela, pero cargados de sentimientos y experiencias
totalmente opuestos, y en los que se observa su estilo de escritora de cuentos.
“Con treinta años Laura deja a su pareja y abandona
Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud ha estado marcada por la relación
con su padre, un hombre intolerante; su madre, que desapareció para regresar
cinco años después; y Pablo, su hermano, que encuentra en la pintura la manera
de luchar contra la enfermedad mental que padece.
En Nueva York, Laura empieza a trabajar en una
editorial y a asistir a las clases que Gael, un misterioso conocido de su
madre, imparte en la Universidad de Columbia.
¿Quién es Gael? ¿Qué sabe él de todo lo que ha
ocurrido en su familia?”.
El
título, ¿qué vas hacer con el resto de tu vida?, ya nos avisa que los
interrogantes y la búsqueda de respuestas, van a ser el eje sobre el que va a
pivotar la trama de la novela. Es el relato de Laura y su familia, de manera
que no deja de ser una historia familiar, lo acontecido en el pasado desde su
infancia hasta la actualidad, especialmente aquellos momentos que contribuyeron
a dar solidez a sus cimientos como persona, los mismos que hoy se tambalean.
Como todo repertorio cronológico que se precie, se alternan hechos agradables
de recordar, con recuerdos dramáticos aparcados por nuestra protagonista que
son recuperados en un intento desesperado por resolver y cerrar las heridas que
el tiempo no ha logrado borrar.
Preguntas
acerca de su existencia y manifestaciones de deseos de cambios urgentes para
alterar su maltrecha situación emocional. Narrada en primera persona por la
propia Laura, con un ritmo pausado plagado de largas reflexiones, innumerables
metáforas y continuos guiños literarios, musicales, geográficos y pictóricos.
Un cuadro de familia desestructurada, con grandes fisuras, con víctimas
identificadas, y un desgaste personal y emocional muy evidente en nuestra
protagonista principal.
Aunque el
ritmo es pausado, hay una buena dosificación de intriga y suspense, además de ciertos
giros argumentales que te dejan con la boca abierta. La escritora ha hecho un
buen trabajo psicológico entorno a los personajes, sin dejar por ello de
abordar temas de carácter social como la infidelidad, la soledad, la violencia
y las relaciones paterno filiales, dando a la novela un tono reflexivo e
intimista.
En
general está bien escrito, la prosa es sencilla y asequible, pero me ha
provocado el “interrogante” acerca de tanto recreo en el pasado cuando
realmente el título se pregunta por el futuro. Está claro que hay que
enfrentarse a los temores más pronto que tarde y resolver los oscuros secretos
de nuestra mente.
Os la
recomiendo porque al igual que su anterior libro de relatos, es diferente y
agradable de leer; ahora bien, elegid un estado anímico fuerte, no toda la
historia goza de buenos momentos y en algunos pasajes la crudeza es muy
explícita. Personalmente, creo que podía haberle sacado más provecho a la trama
y descargarla del halo de melancolía y tristeza que se respira en toda la
lectura, pero entonces no hubiera transmitido la esencia de esa mujer
atormentada por su pasado. Os gustará.
“Dicen
que los duelos duran un año, los del corazón, los de la vida. Pero nadie
asegura que estos no puedan alargarse más, hacerse tan eternos que acaben
llegando a ser parte de la temida palabra: siempre”.
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