Para cerrar uno de los meses que más
disfrutamos del año, elegí una lectura tranquila y emotiva, es un momento para
prepararse para el descanso y un verano al que hay que dar la bienvenida con
optimismo y vitalidad. “Los secretos del viejo Horace”, lo
encontré entre las recomendaciones de unos grandes almacenes y sin grandes
pretensiones se vino conmigo, francamente me ha gustado y me ha servido para
reflexionar acerca de sencillas cuestiones de la vida que a menudo pasan
desapercibidas ante nuestros cerrados ojos.
Scott es un joven sin trabajo que cree haber fracasado en todo. Con la autoestima
por los suelos, a sus 27 años ya considera que ha desperdiciado su vida. No
tiene una carrera, los trabajos no le duran y su novia le ha pedido espacio.
Cuando su tío le consigue un pequeño sueldo por cuidar del viejo Horace, un
anciano enigmático y huraño, a Scott le parece otra desgracia más...
Sin embargo todo empieza a cambiar cuando Horace,
para asombro de Scott, le pide que jueguen a la Oca; poco a poco irá
descubriendo que el anciano utiliza las casillas del tablero para explicarle
las claves del arte de vivir y ayudarle reparar los errores que le han
conducido al fracaso. Pero comprender las reglas del juego no lo es todo.
Además de conocer las trampas y peligros, los laberintos y atajos, Scott va a
necesitar el valor de avanzar por el tablero de la vida con coraje y sentido de
la aventura.
Un argumento
conmovedor y original, los extremos de la vida representado en dos personajes,
Scott y Horace; la juventud y la vejez y en medio la vida entera que debemos
saber vivir al margen de la suerte que nos pueda acompañar. Sin duda el autor
ha querido hacer un homenaje al crecimiento personal de cualquiera de nosotros,
a la necesidad de valorarnos por lo que somos y hacemos, a no decaer ante las
dificultades que podamos encontrar a la hora de perseguir nuestros sueños…, y
lo ha hecho como si de una fábula del arte de vivir se tratara y le ha dotado
de una emotividad que me cautivó desde la primera línea.
Horace,
es un empresario con escasas limitaciones físicas pero con unas cargas de
soledad abrumadoras, Scott, por su parte es un joven treintañero en paro
desorientado y sin perspectivas de futuro; un binomio perfecto que coinciden en
una realidad cotidiana, con situaciones diarias que acaban compartiendo de la
forma más provechosa jamás imaginada.
La “Oca”
es la metáfora de la vida, gracias a este sencillo y curioso argumento la
historia es la narración de un relato de vida, sin buscar culpables o responsabilidades
en la “suerte”. Lectura fácil, sin límites de edad, para todos los públicos,
con rasgos educativos y de autoayuda muy bien gestionados. Escrita en capítulos
cortos, con frases filosóficas referentes a la vida de Horace dignas de
apuntar. Estructura simple y diálogos enriquecedores que llega a combinar con
conversaciones de whatsapp, aunque el ritmo se caracteriza por la calma y el
relax, que solo se altera con algunos giros argumentales inesperados al final
de la novela.
No quiero
contar mucho más de la personalidad de ambos porque eso es tarea de cada
lector, pero son entrañables y empatizar con este par de personajes es algo que
surge inevitablemente. Sí me gustaría comentar que la editorial “Nube
de tinta”, es una editorial que suele editar novelas, cuentos, fábulas
y obras en general que destacan por su gran calidad humana, y en esta ocasión
solo podemos agradecerlo porque se ajusta a la obra; y tampoco quisiera dejar
pasar las referencias al “juego de la Oca”, juego que todos
hemos y seguimos jugando, sus orígenes
van desde los griegos durante el asedio a Troya, los Médicis en el Renacimiento
y por supuesto los Templarios que lo hicieron corresponder con el recorrido del
Camino de Santiago; en nuestra historia es una herramienta que el autor ha
utilizado para contar los pasos a seguir para llegar a nuestro destino, paso a
paso, casilla a casilla, al margen de nuestra suerte.
Recomendada
por entrañable y entretenida y porque cuando la terminas te da pena haberla
acabado, pero será sin dudas de las que recupere sin pereza en más de una
ocasión.
“Da igual la suerte que tengas, lo importante es lo
que haces con lo que te ha tocado vivir”.
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