Primera
novela de Esteban Martín que leo, me llamó bastante la atención su sinopsis que
prometía una historia como poco curiosa por la presencia de nombres tan
atrayentes como son los de Jack el Destripador, Picasso y el que parecía ser
una calca del inigualable Sherlock Holmes. Elegido en el momento adecuado
resultó ser una lectura sin grandes pretensiones, aunque esperaba más de un
resumen que sugería una novela inolvidable.
“Una trepidante intriga por las calles de una Barcelona modernista en la
que se toparán, por extraños azares del destino, Picasso, Jack el Destripador y
un extravagante detective inglés obsesionado con atrapar al asesino. El pintor
sin dinero, tras haber perdido el apoyo de su familia y obsesionado sólo con
pintar, encontrará cobijo en un burdel situado en la calle Aviñón donde se
reencontrará con el amor de su vida. Pero, una a una, las prostitutas que lo
amparaban son degolladas y destripadas brutalmente y todas las pistas lo
señalan como culpable. ¿Cómo demostrar ante la policía su inocencia? ¿Cómo
hacerles ver que se enfrentan a uno de los mayores genios del crimen que haya
conocido la historia? ¿Cómo convencerles de que él es realmente el único que
conoce el rostro del asesino porque lo ha dibujado? ¿Qué puede ocurrir cuando
el mayor genio del mal se topa con el más brillante genio del arte? Sólo el
amor y el horror pueden explicar el secreto de una de las pinturas más famosas
de la historia”.
Dentro del género de
intriga, terror, policiaca, este autor catalán nos cuenta las desventuras de un
pintor arruinado que en su vagar físico y emocional, provoca sin saber porqué,
una serie de muertes violentas entorno a las mujeres que le amparan, asesinatos
que lo señalan como culpable; con este hilo
argumental y una trama basada en el hecho de demostrar su inocencia por ser el único
que conoce el rostro del criminal, asistimos a una mezcla de realidad y ficción
en una ambientación que muestra a la Barcelona más humilde en un escenario
situado en la calle de Avynon, que consigue un paisaje de intrigas y terrores
que recuerdan a muchas novelas del conocido investigados británico.
No goza del nivel de
las grandes obras de este género, pero resulta fácil y agradable de leer a
pesar de los sangrientos asesinatos; los tres personajes que mueven esta
maquinaria argumental entremezclan sus historias, colaboran en la trama y
determinan el desenlace del relato. Buen ritmo, dividida en capítulos y con dos
partes diferenciadas en lo que a su estructura se refiere, la segunda se
traslada a Londres y es casi un homenaje a la figura de Sherlock Holmes y su
inseparable Destripador.
Todas estas intrigas
narradas de manera sencilla y buena prosa, evidencian un buena documentación
que al parecer le llevó a Esteban Martín casi dos años de su trabajo, no solo
en lo referente a las ambientaciones muy logradas, sino a los protagonistas,
llegando a confeccionar lo que se podría llamar “Thriller de personajes”, que
ha llegado a convertirse en bestseller internacional.
Recomendada sin grandes
expectativas, su final es muy predecible, las figuras de renombre con las que
juega el autor son bastante conocidas, aporta poco que no sepamos y el factor
sorpresa escasea tanto como la tensión que está equilibrada sin grandes
emociones con el resto de la historia. A pesar de todo, la he terminado y creo
que puede gustar a un público con las exigencias básicas de disfrutar de un
rato de lectura amena, porque cualquier escritor lo merece en justa gratitud a
su esfuerzo.
“Así como una jornada bien empleada
produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte”.
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