lunes, 15 de mayo de 2017

Cuando llega la penumbra, Jaume Cabré


Jaume Cabré, es uno de mis escritores preferidos, tras seis años de silencio, aparece con un libro de relatos que me han quedado maravillada como siempre es habitual en él. Su estilo narrativo es impecable, ya en “Las voces del Pamano” y “Yo confieso”, pude comprobar el magnífico dominio de la lengua y la escritura de este genio de las letras españolas contemporáneas.
“Un niño miedoso que se rebela contra la tiranía de su maestro, un asesino que se confiesa ante su próxima víctima, un ladrón absorbido por el cuadro que acaba de robar, un escritor que amenaza a su editor con suicidarse, un anciano que pasea por los escenarios donde luchó durante la guerra…”.
La brevedad de la sinopsis hace referencia a los trece relatos que en realidad muestran trece historias que tocan lo más sensible de nosotros, que a pesar de su independencia, se entrelazan y sin ningún pudor llaman a las puertas los unos de los otros, visitándose y compartiendo fantasías y realidades de sus protagonistas. Una curiosidad que me ha llamado la atención, todos son hombres, ninguna dama aparece en escena dando vida a estas narraciones con aires de thriller maquilladas de original sensibilidad.
Así lo que podían ser experiencias aisladas toman perfil de bloque, haciendo de esta “penumbra” un hilo conductor alrededor del que una serie de malhechores y criminales viven al margen de la ley, perseguidos y torturados por su destino, marcados por la huella de la maldad, la misma que les hizo atravesar líneas de no retorno.
Cuando yo era estudiante de literatura, me  enseñaron que escribir relatos era una de los desafíos más osados de trabajar, la brevedad era un hándicap ya que no hay ni tiempo ni espacio para errores, no existen posibilidades de perderse ni divagar y mucho menos oportunidad para alejarse de la trama, el éxito está en concretar, en ajustarse al deseo de quien cuenta y en aquello que desea trasmitir. Jaume es un “máquina” de los relatos, su capacidad creativa y su dominio a la hora de gestionar todos estos obstáculos es sencillamente admirable, por si fuera poco no escatima en toques de humor y alardes de fantasía que ya son parte de su identidad.
En trescientas páginas nos ha deleitado con algunos relatos que daban para novelas por sí solos, con personajes muy dispares que protagonizaban monólogos y diálogos de igual intensidad y que le han sido muy útil para hablar de una maldad que interpreta como natural y ordinaria, desdramatizando el perfil despreciables de estos seres, a los que nos toca por expreso deseo del autor juzgar nosotros mismos.
No he tocado el tema de su portada pero llegados a este punto me parece que los aires renacentistas de este rostro y esta mirada, me proporcionan la ocasión para hablar de las extraordinarias referencias al arte, la literatura, la pintura y la música, que son excusas y herramientas de Jaume para construir el argumento de algunos de sus relatos; personajes que se quedan atrapados en los cuadros hasta llegar a ser parte de la obra, eso sin olvidar dos de estas treces narraciones dedicadas a la “Memoria Histórica”, ambos impresionantes por la atmósfera opresiva y el terror que emanan, pero inolvidables sin lugar a dudas.
Esta joya que recomiendo porque la reseña es una prueba de ello, se cierra con un epílogo a modo de regalo del escritor donde desvela los orígenes y las entrañas más viscerales de estas “penumbras” donde la oscuridad se empareja con la rabia y la ironía se encadena al juego y la fatalidad. Os gustará… y mucho.

“Uno cambia por dos razones, aprendió demasiado o sufrió lo suficiente”.

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