En esta ocasión he elegido una
lectura algo compleja y sofisticada, de vez en cuando es bueno cambiar de
registro y abordar un relato no sentimental pero sí descarnado y sincero.
Marcos Giral es un filósofo que ha conseguido conmoverme en una historia que
podría pasar por un “ajuste de cuentas” entre padres e hijos, ejercicio difícil
pero a la larga satisfactorio.
Reconstrucción de la relación del
protagonista con su padre, los momentos que compartieron, las heridas abiertas,
las barreras para comunicarse y el desmedido afán de fidelidad a pesar de las
zonas oscuras, de las que nadie se libra, pero sin detenerse en ellas. Es tan
impactante que resulta imposible no verse reflejado en el balance emocional y
humano. Cuando tomamos la decisión de enfrentarnos a un inventario de vida en
el que todo se trata y nada se calla; nuestra existencia aparece tal como es:
tristezas, pasiones, recuerdos y descubrimientos generosos. Historia muy bien
contada, confesión visceral que no ha pasado de puntillas por mí.
A pesar de mi tendencia a huir de
los libros premiados, “Tiempo de vida”, obtuvo el Premio Nacional de Narrativa
2011 y el Premio Strega Europeo, y en contra de lo que suelo pensar siempre, en
esta ocasión reconozco que coincido con el fallo del jurado.
En unas doscientas páginas, justa
extensión, Marcos con precisión y detallismo rememora su papel de hijo y el
papel de su padre, sin dejar nada al azar. El tono autobiográfico está presenta
en todo el libro. Durante dos años cuidó de su padre enfermo y a lo largo de
ese espacio de tiempo tuvo la oportunidad de realizar un ejercicio terapéutico
y sanador buceando en el pasado, en una vuelta a la España de los años
cuarenta, entorno social y familiar muy diferente a los tiempos que corren.
La lectura cuenta con ciertas
curiosidades dignas de mencionar; ningún personaje es nombrado con nombre
propio, el ritmo es cambiado intencionadamente pasando de una cierta rapidez
inicial a la lentitud con la que termina, la alternancia de párrafos cortos y
largos y las repeticiones consentidas, otorgan a esta novela de no ficción una
originalidad poco frecuente.
Estos relatos tan personales entre
padres e hijos acaban por provocar reflexiones y preguntas acerca de nuestras
experiencias y la necesidad de enfrentarnos a estos procesos de reconciliación “de
vez en cuando”.
Recomendable por su brevedad, por
la temática de fondo que aborda sin tapujos las relaciones familiares, lo ágil
de la lectura y sin duda por las enseñanzas que de ella se extraen. Sincera e
íntima.
“El tiempo es la
divisa de tu vida. Es la única divisa que tienes, y solo tú puedes determinar
cómo será gastada. Sé cuidadoso y no permitas que otras personas la gasten por
ti”.
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