Siempre
que elijo un viaje, intento leer alguna novela que tenga como
escenario mi destino. De casualidad y antes de iniciar dicha
búsqueda, me han dejado la novela de Simonetta Agnello Hornby, cuyo
nombre no deja lugar a dudas de su vinculación con el mundo
italiano, en este caso la preciosa Isla de Sicilia; lugar en el que
espero pasar unos días inolvidables.
Aunque
su segundo apellido pueda dejar dudas, la escritora es siciliana,
escribió esta novela de ficción literaria en el año 2002 y
confieso que no la había oído nombrar nunca. Su trayectoria
literaria la compagina con su profesión de jurista en Palermo;
quizás que por esto el relato esté cargado de connotaciones
sociales, sin olvidar las dosis de intriga y la carga psicológica.
Si
tuviera que decir brevemente el tema del mismo, diría que es un
retrato de la Italia rural de los años 60, la mezcla de tradición,
costumbres y prejuicios del ambiente cerrado y opresivo de la Sicilia
mafiosa de Posguerra.
El
23 de septiembre de 1963, en el pueblo siciliano de Roccacolomba,
fallece la Mennulara, así llamada por haber sido en su niñez una
hermosa recogedora de almendras. El resto de su vida, hasta el día
mismo de su muerte, lo dedicó a servir con una lealtad rayana en lo
enfermizo a los acaudalados señores Alfallipe. Pero ¿cómo se
explica que con el tiempo se convirtiera en administradora de los
bienes de sus amos? ¿Y por qué éstos se resisten en un principio a
cumplir sus últimas voluntades? En el pueblo no tardan en desatarse
los chismorreos: unos la maldicen, otros la veneran.
Quiero
descubrir el significado de “Mennulara”,
es el nombre que recibían las recolectoras de almendras, en la obra
de Simonetta, es Rosalía la que desde niña se dedica a esta dura
tarea al servicio de una familia de la aristocracia siciliana, ella y
su historia de vida es el eje sobre el que pivota toda la narración.
Sin llegar a ser una biografía, asistimos a idas y venidas del
presente al pasado y viceversa; con este recurso la autora despliega
una exposición novelada y ficticia de una mujer de orígenes
humildes que alcanzó un papel relevante en una sociedad machista,
mafiosa y axfisiante.
Al
principio me enganchó mucho, luego el nivel de interés se rebaja,
pero existe un equilibrio digno desde el principio al final. Un
misterio inicial te mantiene atenta a la lectura, la presencia de la
Mafia Siciliana, los estereotipos, la mezcla de romance e intrigas
“pueblerinas”
y otros rasgos, hacen de esta novela un homenaje a las obras
clásicas. Sin duda es un cuadro o lienzo coral que retrata una
sociedad tradicional que nos resulta muy familiar incluso a los que
no somos de allí, pero compartimos el perfil “mediterráneo”
de estas latitudes.
Me
ha gustado por la sencillez de la narración, es lo que yo defino
como “una historia bien contada”,
que transcurre a finales de septiembre y en el espacio de una semana.
Aunque resulte morboso, comenzar con un entierro genera una
expectación suficiente como para leerla y saber el desenlace de esta
luchadora. Puede decepcionar tanta curiosidad ante un secreto que al
final resulta ser poco excepcional, pero no es razón para
desecharla...
Para
terminar quiero aportar el dato de su portada; es la fachada de una
casa noble de Notto, una de las localidades más pintoresca y
artísticas de Sicilia.
“El
amor a la vida es una gran evidencia, es el único refugio de la
dignidad humana”.
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