No
daba crédito al argumento de la séptima entrega del inspector
Jaritos, el personaje estrella de Petros Márkaris. Dentro del género
de novela negra, misterio y algo de thriller, es sin duda un relato
de asesinatos pero con la particularidad de que las ejecuciones,
gozan del aplauso de los ciudadanos y que sin quererlo, acabamos por
una vez y espero que la última, por empatizar con el malo de la
historia.
Mientras
los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los
griegos empobrecidos por la crisis sólo pueden indignarse ante el
escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la
situación. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la acción y
tomarse la justicia por su mano. Con cartas de amenaza y armas
anticuadas, se dispone a ajustar cuentas. Entretanto, en la Atenas al
borde de la quiebra, todo está patas arriba, excepto el Departamento
de Homicidios. No hay crímenes, sólo rutina y burocracia. Cuando
encuentran el cadáver de la primera víctima que se cobra ese
peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio.
Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han
recortado el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no
encuentra trabajo. Y él tiene que atrapar a un asesino que realiza
una obra «providencial», aplaudida por muchos ciudadanos.
El
comisario Jaritos es un reconocido investigador con fama a nivel
europeo, las novelas que protagonizan han gozado de las buenas
criticas de los suecos, auténticos “hachas” en
este fenómeno literario de los últimos años. “Liquidación
Final”, es la segunda entrega de una trilogía llamada “La
Trilogía de la Crisis”; sin duda el título está más que
meditado, nada es casual, la situación de Grecia y muchos otros
países se convierten en el telón de fondo para la reflexión acerca
de las causas que han provocado un caos de proporciones semejantes.
Toda
la novela consigue enganchar desde las primeras líneas, no hay un
solo acontecimiento fuera de las muertes, con el que no nos podamos
sentir identificados los europeos de estas últimas décadas. Cuando
asistimos a los efectos que producen los asesinatos de este “héroe”
de métodos nada justificados, a muchos se nos pasa por la
cabeza que no estaría mal una “Arreglo final” para
frenar tanta corrupción, robo y mafia institucionalizada como la que
padecen los ciudadanos víctima de gobiernos podridos.
Es
un asesino a los Batman, a lo Robin Hood, porque sus actos criminales
se traducen en ganancias económicas y devoluciones de cantidades
desorbitadas de dinero robado a los contribuyentes y eso “gusta”,
aunque no queremos que en el fondo la ficción se aplique a la
realidad, la sociedad acabaría evidenciando aún más la tan
explicita crisis de valores que padecemos.
Me
ha encantado la estructura de un argumento cerrado, que en realidad
es el resultado de dos tramas que se trenzan a medida que se avanza
en la novela y porque sin quererlo, la desesperación social que nos
cuenta Petros Márkaris, es de tal magnitud que acaba elevando a
nuestro despiadado asesino a la categoría de “héroe
nacional”. Realiza una disección y radiografía de la
Grecia actual y aprovecha esta ocasión para exponer con una prosa
dinámica y diálogos muy acertados, una denuncia política, social y
económica de su país, además de invitarnos a dar soluciones a un
panorama insostenible del que todo formamos parte.
La
recomiendo a los amantes del género y a los que busquen algo
diferente y por supuesto que nadie albergue la idea de liquidar sus
cuentas con Hacienda si no es a la manera tradicional...
“La
dignidad no es una cuestión de principios sino de finales”.
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