Tengo
que reconocer que este estilo de ilustraciones provocan en mi un
auténtico efecto “imán”, me atraen y caigo
rendida a sus pies por la originalidad, el color y lo sugerente de
las imágenes representadas.
Mathias
Malzius ilustra todas las portadas de sus obras siguiendo estos
modelos, tanto es así, que verlas en los escaparates de las
librerías no dejan lugar a dudas de su paternidad.
“La
mecánica del amor” y “La alargada sombra del amor”
son dos breves novelas de este escritor francés que tienen como tema
principal la cuestión universal del amor. Las dos las leí hace unos
meses y las dos tengo intención de reseñar, pero comenzaré por la
primera de ellas y lo haré de forma aislada a pesar de las muchas
semejanzas que guardan dentro del inconfundible estilo del joven
novelista de Montpellier.
Rompiendo
una de mis reglas y ante la escasa duración de la obra, os resumo el
contenido con su sinopsis. Jack,
hijo de una prostituta, nace en la noche más fría del siglo XIX. Su
corazón se encuentra congelado a causa de la temperatura muy baja,
así que la doctora Madeleine, decide ayudar al órgano a través de
un reloj mecánico hecho de madera.
Jack
tiene que tener cuidado con su frágil corazón, ya que algunas
emociones podrían acelerarlo junto con el reloj, y esto puede tener
unas consecuencias nefastas: las agujas del reloj pueden perforarle
la piel, y así, matarlo.
Y por eso la doctora Madeleine le deja bien claro que para sobrevivir tiene que respetar algunas normas difíciles de cumplir:
Y por eso la doctora Madeleine le deja bien claro que para sobrevivir tiene que respetar algunas normas difíciles de cumplir:
Evitar
todo tipo de emoción que pueda alterar su corazón.
Nada
de enfados,
Y
sobre todo, nada de enamorarse.
Desde
las primeras frases me vino a la cabeza el director de cine Tim
Burton y su original manera de llevar a la pantalla historias, que
como estas, siguen el esquema de lo que conocemos como cuentos
góticos para adultos; Malzius es a las letras lo que Burton al cine.
Aprovecho entonces para decir, que a pesar del gran éxito en
Francia, es una literatura para un público muy determinado, pero
apta para todos los que deseen pasar unas horas de entretenida y
relajada lectura, sin temor a desperdiciar ni un minuto de nuestro
preciado tiempo.
Sin
duda es una historia de amor peculiar, narrada en primera persona,
bajo un ritmo ágil y fluido, algo que comparte con su trama de
estructura sencilla y fácil de seguir y reforzada con diálogos y
vocabulario asequible, lo que nos permite valorarlo como un relato
bien escrito, corto y de lectura rápida; tanto que no hay tiempo
para encariñarse con el.
Sin
apartarnos de la afirmación de ser una lectura poco habitual, me
atrevería a decir que las ciento casi ochenta páginas de esta
historia, mezcla de realidad y fantasía, es una historia de amor con
mayúsculas; ese tema universal del amor es moldeado por Mathias
hasta lograr construir una narración conmovedora en la que no
faltan, personajes que sufren, búsqueda del ser amado, decepciones
amorosas, dramas... hasta llegar a un final triste y cuestionado pero
a mi parecer ajustado al tono de lo narrado.
Muy
bien ambientada con la utilización de la luz como recurso que crea
unos espacios melancólicos, tristes, fríos y paradójicamente
románticos, que nos llegan gracias a las impecables descripciones
del escritor.
Desde
el punto de vista literario, Malzius se luce con el repertorio de
frases inteligentemente construidas, el ir y venir por espacios muy
dispares, su trama cerrada y ese final tan inesperado.
Respecto
a los personajes que son el motor de la trama, sin distinciones me
atrevo a decir que la excentricidad y la marginación están muy
presente a la hora de dar vida a este reducido número de originales
seres de un mundo “Timbartoniano” total. De entre
ellos Jack, asume el papel de niño enfermo, pálido, con
limitaciones físicas, romántico y decidido a materializar su gran
desafío; seguir y buscar el amor de su vida. En él se perciben
todos los padecimientos que se sienten al estar enamorado; celos,
rabia, impotencia, deseos de venganza, pasión y sufrimiento.
No
puedo terminar sin decir que he querido ver en este cuento algo
tétrico y siniestro, las metáforas de la vida, de las relaciones
humanas, las facetas del amor, tanto las malas como las buenas, sus
distintos estadios... y pudiendo haber resultado una novela poco
agradable, me ha encandilado su carga de sentimientos y lo entrañable
que resulta desde las primeras páginas; creo que ahí radica el arte
de escribir de este novelista contemporáneo, al que recomiendo no
por ser el siguiente Premio Nobel, sino por tener la capacidad de
sumergirnos en las profundidades de las fantasías de un mundo muy
particular; “El mundo de Malzius”.
“Cerré
los ojos y le pedí un favor al viento; llévate todo lo que no sea
necesario. Estoy cansado de equipajes pesados que no me dejan
avanzar.De ahora en adelante solo quiero llevar lo que quepa en mis
bolsillos y en mi corazón”.
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